Boko Haran
Se acerca otra nueva navidad de miedo para los cristianos nigerianos. En realidad para los de toda África.
Hace meses el grupo extremista, yihadista, Boko Haran sufrió la respuesta que jamás pensaron. En lugar de la guerra de aislamiento, de defensa, con la que se les hace frente, sufrieron una durísima respuesta en su propio Cuartel General. Medios aéreos, soldados de operaciones especiales, contingentes no muy bien filiados, pues parece que muchos eran voluntarios de diversas nacionalidades, cayeron desde el aire mientras grupos de menor entidad hacían una “falsa ofensiva” distractora. Su estructura de mando quedó en nada. Sus organizadores desaparecidos y dispersos por las sabanas y selvas.El resultado ha sido gozar de meses de tranquilidad. . Extrañamente de esta noticia se ha hablado muy poco. Unos meses después han comenzado feroces atentados yihadistas fuera de Nigeria. El mayor de ellos en Egipto. Es difícil saber cómo se rearman estos grupos pero parece claro que detrás de ellos hay personas desconocidas, grupos, quizás Estados. Nunca se solucionará el problema mientras no lleguemos a la propia raíz del terrorismo organizado. Es como el monstruo mitológico de cien cabezas. Se pueden cortar muchas de ellas, pero siempre se reproducen como si fueran geranios. Mientras muchos han arriesgado sus vidas, algunos las han perdido, en nuestra patria seguimos avergonzándonos de actos tan bondadosos como colocar un belén o un signo religioso. El signo que más abunda en ciudades como Madrid, y alrededores, es la pirámide. ¿Quién organiza todo esto? A lo mejor son los mismos que están detrás de muchos hechos dolorosos que ocurren en lugares distintos del planeta. ¿Sabremos la verdad alguna vez? Mientras tanto de poco valen las armas, personalmente prefiero la oración y que Dios todopoderoso decida nuestro futuro, o nos guíe por caminos tortuosos, jamás imaginados.