Asalto a Ceuta, desinformación y globalismo: la cara oculta de un conflicto
(Por Miguel Ángel Pavón Biedma) –
La prensa internacional recoge los mismos tópicos, ya habituales, sobre la emigración y la situación que sufre, especialmente, la ciudad de Ceuta. Unos refieren la crisis humanitaria, otros los problemas diplomáticos con el conflicto saharaui de fondo y, en cualquier caso, subrayan la problemática de Europa como frontera sur. Los diarios locales (El Pueblo de Ceuta y el Faro de Ceuta) ofrecen cifras de los que entran y salen ilegalmente. Una multitud de imágenes seleccionadas intentan, en los diferentes medios, presentar la imagen de unas fuerzas de seguridad dotadas y consistentes que actúan, al mismo tiempo, con orden y humanidad.
El problema de fondo es desconocido por la mayoría. Puede que interese a muy pocos. En Ceuta entraban diariamente unas 20.000 personas procedentes de las ciudades marroquíes vecinas. Miles de familias vivían del pequeño comercio transfronterizo. También los comerciantes de Ceuta se enriquecían con estos intercambios. A raíz del incidente del islote de Perejil el Gobierno marroquí declaró, abiertamente y sin ambivalencias, que crearía un inmenso puerto de contenedores y una zona franca anexa y que ese proyecto además de generar riqueza ocasionaría la desaparición progresiva del comercio transfronterizo transformando a Ceuta en un tierra estéril, una carga para el Estado español. Mientras se creaban las nuevas infraestructuras, año tras año, el número de personas que podían llegar a Ceuta desde Marruecos disminuía progresivamente. Incluso el trato que recibían resultaba peligroso y degradante: muchedumbres de “portadores” que a veces se aplastaban literalmente contra las vallas de contención. Muchas veces temíamos que se produjeran muertes por aplastamiento y, en ese sentido, ocurrieron numerosos incidentes. El puerto de Tánger Med (el gran macroproyecto de la monarquía alauita) fue creciendo y participan en el mismo más de 600 empresas españolas que, pese a su crecido número, son escasas en comparación a las estructuras multinacionales de otros orígenes europeos y árabes como Emiratos, etc. Ese inmenso lugar de riqueza sólo puede compararse con los puertos de Urban en Suráfrica o Port Said en Egipto. Los productos africanos fluyen a Europa desde Tánger Med y los europeos llegar a África por Tánger Med. Una moderna red de autopistas y ferrocarriles complementa las inmensas instalaciones portuarias. De esa riqueza generada, poco o nada ha llegado a las localidades vecinas a Ceuta. Arruinado su pequeño comercio como “porteadores” (vendedores a pequeña escala) no les queda otra cosa que la miseria. El descenso progresivo de “permisos” para transitar otorgado por las autoridades marroquíes llegó a un cero absoluto e irreversible con la crisis del coronavirus como excusa.
Resultaba muy fácil “empujarlos” contra Ceuta en busca de no se sabe qué cosa. Basta llenarlos de “bulos”, “noticias falsas” hábilmente dirigidos por los instigadores de turno. Marruecos es el país de los pequeños espías, de los delatores del Gobierno encriptados en cada rincón de su tejido social. Son fácilmente manejables. Para aumentar el problema incrementaron el contingente asaltante con menores de edad y con emigrantes subsaharianos. Entre los que así han llegado es muy probable que exista una cierta proporción de agentes gubernamentales, cabecillas religiosos y hasta de terroristas.
Conocíamos los puntos vulnerables de la frontera. Sabíamos que por los espigones de Benzu y el Tarajal podría ocurrir exactamente esto. Lo comentábamos desde hace años entre familiares y amigos. ¿Cómo puede pasar esto inadvertido a los servicios de inteligencia del Estado? ¿Han dimitido ya? ¿Cuándo van a hacerlo? ¿O es que quizás se trata de que, poco a poco, vaya aceptándose la idea de que Ceuta siempre será una fuente de problemas y que la única forma de evitarlo es su entrega (la amputación de nuestro territorio) o alguna forma extraña e imaginativa de soberanía compartida?.
El gentío por las calles de Ceuta no ha sorprendido, probablemente, demasiado. Tal vez recordara a los visitantes habituales de todas las épocas. Aquellos lo hacían con un fin comercial . Estos sin una finalidad conocida más que el seguimiento de consignas difusas o del deseo de llegar a un mundo mejor no se sabe cómo ni de qué manera.
Unos días antes de la violación del territorio español, el rey de aquel Estado se dirigía a sus fuerzas armadas en su 65 aniversario. Su creación coincide con la invasión del entonces territorio español de Ifni con un siniestro plan de asesinatos e infiltraciones selectivas que fue conocido a tiempo pero que desencadenó un conflicto con más de 800 muertos. La política y los hechos de nuestros vecinos es perseverante y hasta coherente. Podemos esperar que, cada pocos años, tendremos algún incidente que en alguna circunstancia podría acabar en tragedia.