¡A por el Estado!
«No podemos pensar de ninguna de las maneras que los hijos pertenecen a los padres»
Esta frase aparentemente apetitosa fue mencionada ni más ni menos que por nuestra querida ministra de educación y formación profesional Doña Isabel Celaá.
Así a primera vista no le encuentro ningún fallo a esta oración puesto que cierto es que nadie pertenece a nadie, solo los objetos deberían ser contados como pertenencias. Pero es esto lo que esconde esta oración pronunciada por una ministra de ideas socialistas, esas que ponen al Estado como una especie de dios.
Pues señoras y señores, espero no estar en lo cierto, pero creo que siguiendo las ideas socialistas proestatales, del partido de esta señora y de otros tantos, la oración enunciada terminaría así: Esta muy claro que pertenecen al Estado.
Si no es eso lo que esconde es un gran alivio, pero si es el verdadero significado de esa declaración, mas nos vale prepararnos para luchar contra esa idea realmente (no aparentemente) terrible. Si no quieres luchar y estas de acuerdo ve despidiéndote de tus hijos para poder así recibir a los pequeños seres vivos adoctrinados por el Estado y listos para terminar con cualquier sujeto, machista, heteropatriarcal, homófoba, etcétera.
Ha llegado el momento de dejarse de tonterías, babayaes como diría cualquier paisano de mi tierra, y ponerse en pie señalando al Estado como culpable de tantos ataques a nuestra sociedad, de tantas deshumanizaciones. ¿Dónde buscan la paz los políticos? ¿Acaso la buscan en secuestrar a hijos? O peor aun ¿La buscan en enfrentar a sus ciudadanos?
Oh gran Estado te ruego perdones nuestras iniquidades. A ti nos sometemos ya que parece que tu contienes toda la sabiduría que Sócrates y miles de filósofos, teólogos, etcétera, han buscado toda su vida. Debe ser que eran todos unos pobrecillos que no entendían nada.
Rezad gentes de bien que aun conservéis la humanidad en la que Dios nos creó, rezad para que esta pesadilla se acabe ya.
2 comentarios en “¡A por el Estado!”
Aven
Se empieza por no creer en él, y ya con eso se habrá ganado mucho.
Y recordad, que el Estado no existe! No existe más allá de las personas que lo componen. El Estado: esa máquina de triturar hombres, como decía Simone Weil. La familia es el “katejon”, el último obstáculo que le queda por conquistar a la máquina, y adiós libertad. Cardenal Caffarra: la última batalla entre cristo y el demonio será por la familia y el matrimonio.
Porque ahora van a pretender no solo que obedezcamos las normas, sino que pensemos como ellas. Y eso es el totalitarismo.
Antonio Jesús Sanabria
Eso es el Estado. Una cosa es la autoridad, un reino, una república en el sentido etimológico de la palabra, que no tendría por que ser incompatible con un reino.
(Recuerdo a Gabriel y Galán en su poema “La Pedrada” y aquellos versos:
Yo he nacido en esos llanos
de la estepa castellana,
donde había unos cristianos
que vivían como hermanos
en república cristiana).
Pero lo que hoy conocemos con la palabra Estado, es en realidad un estado de conflicto social, que encubre al sistema de dominio que lo origina, tanto si adopta la forma de jefatura política con corona, como con jefes de cuatrienios. Los que realmente mandan, no firman leyes, se las encargan.