A nuestros hermanos portorriqueños
Me llega la noticia de que en Puerto Rico ha surgido un Movimiento para la Reunificación con España (MRE) La noticia me ha alegrado. Pues mi interés por los asuntos de esa Isla me ha acompañado desde mi adolescencia.
En Puerto Rico viven unos primos segundos, que tenían casa en nuestro pueblo. En ésta residía permanentemente la madre. Por ello las estancias de los primos junto a nosotros se repetían.
En mi primera juventud me interesé por la figura de Don Pedro Albisu Campos, líder independentista encarcelado por los americanos.
En el curso de un viaje a Suiza, en el verano de 1953, para participar en un campo de trabajo estudiantil, conocí a un médico portorriqueño que ampliaba estudios en la universidad de Ginebra. Me auxilió para resolver algunos problemas relacionados con la incorporación al campo de trabajo. Su ayuda me fue muy valiosa. En las conversaciones, él se consideraba español. “Nosotros los españoles”, repetía una y otra vez a pesar de que la isla está en poder de los americanos desde principios del pasado siglo.
En aquel mismo año vino de Puerto rico uno de mis primos que había participado en la guerra de Corea encuadrado en un regimiento portorriqueño. Por él me enteré de algunas particularidades interesantes.
A los soldados les daban clases teóricas de formación política. Les explicaban la esencia y el funcionamiento de la democracia, con sus excelencias. Las clases solían terminar con un coloquio. En el mismo, los oyentes replicaban al monitor con ejemplos de cómo se conculcaban, en Puerto Rico, los principios que se les habían explicado. Los monitores terminaron por prohibir que en los coloquios se adujeran casos ocurridos en l Isla.
También me contó de la discriminación que existía en la división respecto al regimiento portorriqueño. En una ocasión llegó un cargamento de guantes para usarlos en algunas acciones, como el tendido de alambradas. Omo no había bastantes, los repartieron en los otros dos regimientos yanquis y se quedaron sin ellos los españoles. Así llamaban los yanquis a los portorriqueños. En más de una ocasión, se alteró el turno de actuación de las unidades si la operación se adivinaba dura. Pasando a encomendársela a los portorriqueños, aunque le correspondiera a cualquier otro de los regimientos. Hubo un consejo de guerra contra unos soldados portorriqueños que se negaron a obedecer una orden. Se anuló porque la defensa adujo que la orden les fue dada en inglés y los soldados no la entendieron. Una chapuza para echar tierra al asunto.
Y es que, a la sazón, Puerto Rico estaba oprimido por los americanos. El mismo hecho de que se obligase a ir a la guerra y no pudieran participar en las elecciones presidenciales, es un ejemplo. Parece ser que desde entonces ha mejorado la situación.
Pero si mi voz llegase hasta estos hermanos que piden la reunificación con España, les diría que, de momento, renuncien a ese objetivo.
Existen dificultades: las relaciones de todo tipo establecidas con los EE. UU., la distancia existente entre ellos y nosotros. Que recuerden que, a mediados del siglo XIX, la República Dominicana se unió a España y hubo de separarse de nuevo.
Además, y es lo más importante, que las actuales circunstancias de España no hacen conveniente esa reunificación. El sistema que rige en España es antiespañol y está arruinando a España. Para ellos sería más perjudicial que la dominación yanqui.
En las desfavorables circunstancias que ésta supone, ellos han sido capaces de conservar su hispanidad durante ciento veinte años. Los actuales gobernantes de España atacarían sus esencias españolas, como ya lo están haciendo con los que vivimos aquí.
Ellos ya son españoles. Como tal se confiesan y como tal – spanish – les denominan los yanquis. La unión política con la Península no les aportaría nada y les perjudicaría mucho.
Es preferible que concentren sus esfuerzos en conservarse españoles, como hasta ahora. Refuercen el cultivo de la religión, del idioma y de las costumbres. Que procuren sacar las mayores ventajas materiales de su situación. Que sus esfuerzos se dirijan a conseguir de Washington lo que Luther King logró para sus negros.
Para ello les serviría mantener un contacto con los demás grupos que enarbolamos la Bandera de la Cruz de Borgoña.
Lo hispano está tomando incremento en los EE. UU. Leo en la revista Cristiandad que el pasado Viernes Santo se celebró en los EE. UU una jornada de oración para pedir a Dios el fin de la pandemia del coronavirus. El acto se celebró en la catedral de Los Ángeles (California) y fue presidido por monseñor José Gómez, su arzobispo y Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los EE. UU. La ceremonia se celebró en inglés y castellano. La revista reproduce una invitación al acto, redactada en castellano. La participación
Pero si se empeñan en lograr hoy la reunificación política con España. Se encontrarán con una barrera difícil de franquear. Gastarán sus fuerzas en vano. Y aunque lo lograsen, en la España actual no encontrarán lo que buscan.