El Maltrato al Médico un Extraño Hábito en el Ruedo Ibérico
Por Miguel Ángel Pavón Biedma
El médico, que no otros estamentos sanitarios, está y estuvo (también suponemos que estará o seguirá estando) maltratado en España. ¿Qué desearía un médico? Muy fácil. Un horario aceptable que le permita trabajar con la mente despejada y tener tiempo para seguir formándose y para su familia, una equiparación laboral y unos honorarios que le permitan una dedicación exclusiva a la medicina sin necesidad de buscar trabajos añadidos, la mayoría de las veces infraactuaciones muy por debajo de su cualificación. Es posible llegar a remuneraciones aceptables pero trabajando de sol a sol, en malas condiciones y con más empatía y aguante que ciencia. Pero no es eso. Hasta en países tercermundistas o cuarto mundistas como Guinea Ecuatorial la consideración y el respeto son mejores que en España, aunque luego el desempeño de la profesión sea imposible por las condiciones generales del lugar. Dicen que fue, ya en tiempos pretéritos, el ministro Girón de Velasco el que dijo aquello de “no descansaré hasta ver a los médicos llegar a sus consultas en alpargatas”. Lo consiguió a medias pero el paro médico se disparó hasta límites impensables. Luego, cuando calcularon bien, encontraron que faltaban médicos. La solución fue fácil: abrir las puertas a médicos que no dominaban ni el idioma y convalidar el título de medicina a cualquiera (excepto a los especialistas). España, siempre piadosa madre y huésped de extranjeros tenía que ser fiel a su condición. Para qué hablar de la Sanidad Militar con su fantasmal plan de cierre de hospitales (que ahora lamentan haber perdido), la fuga consecuente de los mejor formados y la extendida teoría de que debía desarrollarse una medicina de “bodas, bautizos y comuniones”. Durante la Transición la situación empeoró y ahora, con los gobiernos neocomunistas, liberal capitalistas (capitalismo de Estado) se recoge lo peor que cada uno puede aportar con total olvido de la persona convertida en un sujeto en el que ” a ver si tenemos suerte y hay que pagarle pensión durante pocos años”. El que suscribe ha ejercido la medicina en países hispanos y no es allí así. Es algo muy típico del ruedo ibérico que, sinceramente, no he logrado nunca entender y he llegado incluso a desestimar comprender el origen moral, o sociológico, de este extraño modo de obrar y actuar. Desde la objeción de conciencia, la eutanasia, la distanasia, los cuidados paliativos el excesivo gasto farmacéutico, las condiciones laborales y distributivas, el vivir de apariencias y tolerarlo, la falta de formación para entender la medicina como una entidad bio-psico-social, la escasa planificación de la Sanidad Primaria, hay un largo etcétera en el que el médico, hace mucho tiempo, debió decir “Basta, por aquí no paso”. El mostrar debilidad hoy y ceder en todo supone que los males del futuro se acrecienten. Los profesionales de la medicina no son ajenos a su (nuestra) situación actual y la mayoría son poco optimistas en que tengan solución “mañana”.
Un comentario en “El Maltrato al Médico un Extraño Hábito en el Ruedo Ibérico”
Ramón de Argonz
Muchas gracias por lo que Vd. afirma.
Permítame un detalle: yo creo que muchos de los males nos vienen en España por el DESAGRADECIMIENTO. Este supone no valorar debidamente al otro, considerarse a uno mismo en exceso, y creer que los demás están a nuestro servicio. Así pues y entre otras cosas, dar las gracias es fundamental entre nosotros para equilibrar nuestros defectos.