Y tú más…

(Ahorainformacion.es) – El debate de la partitocracia se caracteriza por mezclar en el mismo plano y sin ningún criterio cualquier clase de crítica con tal de que parezca útil para el desgaste electoral del adversario. Los partidos de izquierda han elegido en este momento como arma arrojadiza las presuntas irregularidades cometidas por la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, al contratar una residencia temporal en un apartahotel durante el estado de alarma. Este asunto, que ha sido llevado a la fiscalía por el PSOE, tiene para los partidos la misma trascendencia que la gestión de las residencias o cualquier otra responsabilidad.

Por su parte, la campaña de los liberal-conservadores contra el gobierno se está centrando en este momento en el extraño “caso Dina”, un episodio de las “cloacas” -según la versión de Podemos- en el que se mezclan robos de móviles, filtraciones a los medios, extrañas tramas policiales y hasta un posible espionaje o infiltración de intereses marroquíes en Podemos. Dina Bousselham es una especie de “princesa mora”, miembro de una rica familia bien relacionada con la monarquía de Marruecos, que conoció a Iglesias en la universidad. En su etapa de eurodiputado, Pablo Iglesias la nombró responsable de su equipo de asesores en Bruselas. Después vino el culebrón: el presunto robo del móvil de Dina; su aparición en la redacción de Interviú de donde fue devuelto no a Dina sino a Iglesias; la aparición de una copia de la tarjeta en manos del ex-comisario Villarejo; las filtraciones en varios medios como OK Diario para perjudicar a Podemos; los chivatazos ilegales de la fiscalía a Pablo Iglesias sobre el asunto; o la extraña eliminación de pruebas por parte de Iglesias que, cuando por fin devolvió la tarjeta original a Dina, le entregó una tarjeta dañada e ilegible. En este momento Iglesias intenta seguir haciéndose la víctima.

Demasiadas preocupaciones, sin duda. No es de extrañar que el vicepresidente no haya tenido ánimo -ni él ni Pedro Sánchez, claro- para asistir al funeral que ayer se celebró en la catedral de la Almudena por sus miles de compatriotas muertos por la epidemia.