Ahora los mexicanos verán que AMLO tampoco es la solución
Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones presidenciales de Méjico el pasado domingo con el 54% de los votos en una victoria histórica, siendo el presidente más votado de la historia de Méjico, a pesar de no representar a ninguno de los dos partidos principales, y dando un respiro a la decadente izquierda en Latinoamérica.
Sin embargo, el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), el partido de López Obrador, no ha logrado la mayoría en la Cámara y el Senado, por lo que tendrá dificultades para realizar reformas constitucionales y no podrá perpetuarse en el poder.
López Obrador defiende que va a librar una dura batalla contra la corrupción. Otras intenciones, sin embargo, no resultan tan positivas: MORENA aseguró que se mantendrán las leyes del aborto, el matrimonio homosexual y la adopción por parte de parejas homosexuales.
En su discurso tras la victoria, López Obrador hizo referencia a alguno problemas que existen en Méjico, como la necesidad de muchas personas de emigrar para lograr una vida mejor y la corrupción. Otros asuntos que el país debe solucionar son la violencia crónica, a menudo asociada al narcotráfico, y las desigualdades sociales.
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