Rumanía se despide de Miguel I, rey destronado por los soviéticos y amado por su pueblo
El pasado día 5 de diciembre, miles de rumanos y nobles europeos despidieron a Miguel I, el último rey de Rumanía que fue destronado por el golpe de estado dado en 1947 por las fuerzas pro-soviéticas.
Reinó durante 10 años hasta que fue destronado por los comunistas, que no aceptaron los resultados de las elecciones nacionales. Durante los años previos a la revolución socialista pidió la ayuda del Reino Unido y de Francia sin que ningún aliado previniera la dictadura. Desde 2001 fue reconocido como ex-jefe del estado y como Rey de Rumanía. Frente a la clase política desprestigiada de su país, lideró en los últimos años de su vida iniciativas sociales importantes que le engrandecieron como monarca y le granjearon apoyos entre el pueblo, a pesar de residir en Suiza. De hecho, decenas de miles de rumanos le han despedido en Bucarest, después de fallecer en la ciudad de Ginebra.
Como contraste al prestigio del monarca rumano, acudieron al funeral los nobles europeos, entre ellos Sofía de Grecia, prima hermana del difunto, y Juan Carlos, primo en tercer grado. Frente a los crecientes adeptos a la monarquía en Rumanía, en España, por causa de una república coronada, los españoles cada vez se ven más desencantados de la realeza, por su parcial y mala experiencia del presente.