Un partido con trampa
Por Zortzigarrentzale
En la tertulia de café a la que acudimos durante varios años, participaba un cubano que había tenido que abandonar la isla por culpa del régimen de Fidel Castro.
Cuando se legalizó en Partido comunista en España, se escandalizó. Por su experiencia personal, hacía la siguiente comparación:
Los comunistas son unos señores que te invitan a jugar un partido de pelota. Se van desarrollando las jugadas hasta que, de repente, ellos hacen el tanto. Toman la pelota, pero, en vez de sacar para seguir jugando, te dan en la cabeza con la pala y te dicen: se acabó el partido; hemos ganado nosotros.
Lo ocurrido en diversas partes del mundo avalan el símil de nuestro amigo cubano. Era algo que ya se sabía cuando don Juan Carlos, Suárez y sus adláteres, legalizaron el partido comunista. Con tal legalización, introdujeron en el sistema el virus que hoy le está llevando a su fin. La proyectada ley de la memoria democrática responde a la imagen del que toma la pelota, te da un garrotazo con la pala y te dice: se acabó el juego y hemos ganado nosotros.
Por eso, quienes hoy ensalzan a don Juan Carlos, Suarez y demás compañeros por su audacia al legalizar al Partido Comunista, incurren en una contradicción cuando ensalzan al sistema democrático como el de la convivencia fraternal de las diversas ideologías. Los personajes cuyas glorias nos cantan nos metieron a jugar un partido contra un tramposo que, con sus trampas, acaba ganando siempre.
Un comentario en “Un partido con trampa”
Ramón de Argonz
Muy claro, querido amigo,