¿Te gusta Trump?
(Por Javier Urcelay) –
La retransmisión del acto de toma de posesión de Donald Trump de su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos ha sido un acontecimiento histórico, seguido ayer por cientos o miles de millones de espectadores en el mundo entero.
No solo nos permitió contemplar una ceremonia envidiable en tantos aspectos -una nación unida en torno a su historia, sus leyes, sus símbolos y sus instituciones-, sino escuchar el discurso programático de Donald Trump, completo, en directo y sin que fuera un sesgado intermediario quien nos lo contara.
No hay más que leer o escuchar a los medios de comunicación del sanchismo para apreciar la colitis y desesperanza que la llegada de Trump al poder ha provocado en las mesnadas de la progresía dominante, la sensación de que, efectivamente, se les va a acabar la fiesta.
La cultura Woke, el Me too, la dictadura de la corrección política, el revisionismo histórico, la imposición de la ideología de género, el victimismo social, el feminismo radical, el buenismo ante la inmigración ilegal, el control higiénico de la población, el camelo de cambio climático, el ecologismo de salón, la matraca de la sostenibilidad y demás señas de identidad de este progresismo tóxico que ha hecho entrar al mundo occidental en un periodo de indisimulable decadencia y ocaso del sentido común, parece que tienen los días contados.
Oír a un presidente de Estados Unidos la declaración rotunda y sin concesiones -ante las propias narices del decrépito Biden y la actriz de reparto Kamala- de su intención de barrer del mapa esa bazofia progre, resulta muy esperanzador, y permite comprender el entusiasmo que la figura de Trump despierta en muchos sectores en nuestro país, y no solo entre los simpatizantes de Vox.
Como escribe con acierto Luís Ventoso en El Debate, el conjunto del discurso de Trump fue “una estimulante apelación a la confianza en el futuro y al aprecio patriótico por la propia nación”, proporcionando a su país “un chute de autoestima”, como en su día hizo Reagan en su investidura. “¡Ojalá -concluye el periodista- tuviésemos en España un político que nos hablase con esa claridad, esa fe en las potencialidades del país y ese optimismo!
Y yo lo suscribo, aunque confieso, sin embargo, que a mí hay algo de los que vi y oí ayer, que no me acaba de gustar, que no me deja tranquilo. Y no es por la liturgia de exaltación de la Democracia, o las discrepancias ideológicas respecto a un convencido liberal que se me pueden suponer por mi condición de tradicionalista. Sería ridículo esperar otra cosa de un presidente de Estados Unidos, así que no es por eso.
No me gusta el nacionalismo, que algunos confunden con el verdadero patriotismo, y que no solo no son sinónimos, sino que son antitéticos. Al nacionalismo deben los siglos XIX, XX y lo que va del XXI muchas de sus páginas más sangrientas.
No me gusta el mesianismo, colectivamente expresado en la idea de ser la nación escogida, e individualmente en la autoconsideración de ser el salvador del mundo.
No me gusta el liderazgo que se rodea de determinado tipo de gente, referentes planetarios de la codicia, la insolidaridad y la falta de justicia social.
No me gusta el maniqueísmo ni la polarización, la división del mundo en buenos y malos, en amigos y enemigos.
No me gustan los que solo se preocupan de ganar, y se desentienden del destino del que pierde.
No me gustan los que creen que el fin justifica los medios, a lo Netanyahu, ni que los intereses nacionales conceden una ilimitada patente de corso para actuar como el sheriff de la pradera.
No me gusta el que invoca a Dios, pero sólo para proclamar que Dios está de su parte, y no él de parte de Dios.
Ese mesianismo, ese nacionalismo cerrado, esa determinación a imponer sus ideas caiga quien caiga, me recordaron a otras figuras históricas que también suscitaron esperanzas de un nuevo renacer y acabaron preludiando tenebrosos desenlaces.
Trump ejemplifica un mecanismo de acción y reacción a nivel de una sociedad harta de un wokismo que solo alimenta su burbuja ideológica, despreocupándose de los problemas reales de una población crecientemente empobrecida y coaccionada.
Los que lo han generado no pueden llevarse ahora las manos a la cabeza. No es la primera vez en la historia que esto ocurre, que la gente se agarre a alguien que le libere de la pesadilla.
Por eso la llegada a la Casa Blanca de un hombre como Trump, que anuncia que el mundo entra con él en una nueva era, me produce una mezcla de esperanza y de intranquilidad.
No comparto la cobardía del PP, siempre temeroso de lo que la izquierda pueda decir de ellos, y mucho menos la cruzada antitrumpista de Sánchez, que en esta ocasión atenta, además, contra el interés nacional.
Pero tampoco me sumo al entusiasmo de algunos, que creen que lo que necesitamos es traer lo de Trump a España para hacernos “great again”.
Siguiendo con los anglicismos, prefiero un prudente y expectante “wait and see”
3 comentarios en “¿Te gusta Trump?”
José Enrique Florencio Domínguez
Otra cosa que no me gusta de Trump: El asunto de la inmigración no tiene nada que ver con lo que pasa en Europa. Aquí nos invaden con moros y otros africanos que en su mayoría no tienen nada que ver con nuestra religión y nuestra cultura y que como Dios no lo remedie de aquí a un tiempo van a sustituir la población de una Europa en la que ya no nacen niños. Al menos los que vienen de Hispanoamérica son de nuestra familia y comparten lengua, cultura y religión; están en casa, lo mismo que en los muchos años que viví al otro lado del charco nunca me sentí en tierra extraña ni entre desconocidos. Pero en Estados Unidos los mejicanos y otros hispanoamericanos vuelven a la tierra que era suya y en la que nunca se ha dejado de hablar español, y que los protestantes yanquis les robaron en una guerra (¡más de medio Méjico!), tras la cual exterminaron a los indios y les robaron las tierras que les habían dado los españoles. EE.UU. creía tener un “destino manifiesto”, como ellos lo denominan, de que Dios los ha llamado a crear un gran país de costa a costa que sea luz y modelo para todos los demás. Ahora este tejano con pinta de vaquero bruto se pone a hacer redadas en busca de “inmigrantes” ilegales, y dice que va a mandar el ejército a la frontera mejicana. Y no hablemos ya de sus planes imperialistas para con Panamá y Groenlandia.
Y aunque haya que reconocerle que en cuanto a temas como aborto, LGTB, agenda woke, supuesto cambio climático, retirada de la OMS y otras cosas así esté acertado, con su actitud y comportamiento da mal ejemplo y hace quedar mal a los que se oponen a esas cuestiones, porque aprovecharán para decir que son unos fanáticos como Trump. El típico fanático protestante yanqui.
Miguel Angel
¿Han visto algo más antipático que una frontera? Sus alambradas, vigilanntes, trámites y corruptelas. Claro que son necesarias. De hecho España está en trance de desaparecer por una mezcla de apoptosis, vejez, dejación de funciones e inmigración descontrolada. ¿Les gusta el feminismo como movimiento? Confieso que a mi no. Y es por un motivo porque en muchas cuestiones (ajenas a las biológicas) la igualdad es tan evidente que resulta poco entendible que tenga que existir un movimiento que exija lo que es natural. Y así una larga lista. Trump es una mezcla de lo necesario y evidente (aunque moleste a los sentidos, como el referido tema fronterizo) con un proteccionismo trasnochado, siempre abocado al fracaso. Quizás me parece el menos malo, o el menos tonto, de todos los tontos pero en definitiva me produce rechazo. Y Méjico (su presidenta y el partido que suciamente la sustenta) recibirán, con Trump, sencillamente lo que merece. Por tanto, no me gusta Trump. Simplemente me disgusta un poco menos que todos los otros.
I. Caballero
Marcos 8:38
… cualquiera que se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre también se avergonzará de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.
Dar testimonio de Cristo Jesús Nuestro Señor significa en todo momento proclamar nuestra FE. Viva Cristo Rey
Al fin, una buena noticia …
Con esa frase la inmensa mayoría de Ingenuos españoles católicos y de derechas saludaban alborozados el pasado cinco de noviembre el democrático, limpio, claro y contundente triunfo de Donald sobre el muy malo y de izquierdas, Kamalo Harris un transexual de parecido calibre.
Sobre el nuevo y buen presidente americano de derechas extremas, Donald Trump
No es ninguna novedad que casi todos los judíos, perdón, Secretarios o su equivalente Ministros de Donald son israelitas o al menos declarados y furibundos halcones sionistas con la excepción de Robert Kennedy, Jr. que si Lucifer no se opone – y se va a oponer en el Senado yanqui – se puede convertir en Secretario de Sanidad.
El bueno de Robert lo tendrá muy complicado porque ese Senado, por supuesto de los EE. UU. dispone de solo 10 senadores judíos …. escribo sin error, SOLO.
Nunca ese órgano de nuestros muy buenos amigos americanos había dispuesto de tantos israelitas … la vez que más, contábamos justo la mitad … casualidad que con nuestro amado Donald la cifra haya escalado un montón de peldaños … casualidad o no tanta …
Marco Rubio
Quizás los dos Departamentos centrales del Gobierno de Donald son el de Defensa – antes denominado de la Guerra, nombre harto combativo – y el de Estado donde encontraremos un furibundo soldado, Marco Rubio, sionista de pro al que las malas lenguas atribuyen en su despacho senatorial una enorme bandera de Israel para acoger como amante de la paz – la de las tumbas y cementerios – a sus visitantes.
Tanto el ministerio de Defensa como el de Estado son instrumentos bélicos al servicio del imperio decadente yanqui y tanto monta el uno como el otro. Puede que el segundo sea para nosotros los Ingenuos de la Complosfera más peligroso por contar con un brazo armado y, por supuesto, amante de la paz e inofensivo, la CIA.
El nuevo presidente, marioneta de la Jabad Lubavitch, se prepara en nombre de la paz a emprender nuevas guerras contra todo el que se mueva, comenzando por Irán.
Los que piensan que de forma inmediata va a parar junto a su íntimo amigo Vladimir – otro lubavitcher furioso – la guerra de Ucrania, se equivocan y que las hostilidades en esa nación castigada continuarán hasta rellenar los cementerios con millones de muertos.
Entre Donald y su amigo íntimo del alma, Vladimir, ambos judíos de la Jabad, nadie piense que pararán la Guerra de Ucrania.
Rabino Schneerson
Guerra contra los pueblos eslavos cuyo objetivo es su genocidio planeado por el Rebbe – el Rabino Schneerson – en 1994, al que tanto Donald, como otro considerado de los buenos de derechas extremas y libertario Javierito Milei, convertidos al judaísmo radical ortodoxo y agradecidos al Rebbe al que como su dios de las tinieblas cumple el deber de visitar su tumba como símbolo de sumisión.
La elección de Donald es fruto consecuente de esa devoción al dios de la oscuridad, a Lucifer y no a lo que los Ingenuos consideran “a la democracia”.
El Kamalo un transexual abortista casada/casado con un homosexual NO hizo los deberes exigidos por la Jabad y que nadie piense que pudiera ser mejor o peor porque el que se sienta en el despacho oval será siempre un monigote a las órdenes del judaísmo extremo y ortodoxo.
El Gobierno Trumpista será un siervo fiel del judaísmo belicista adorador de Lucifer y resuelto a esclavizarnos en el mejor de los casos.
De este mandato de Donald preparémonos a disfrutar de una nueva plandemia – gripe aviar del virus H5N1 – con su derivada vacunación, de la inminente guerra con Irán y muy posible la apertura de una nueva en Oriente entre Pakistán y Afganistán.
Las monedas digitales de bancos centrales, CBDC, serán una realidad y aperitivo de la implantación de la marca de la Bestia, 666, que me atrevo a vaticinar hacia finales del mandato, es decir, el 2028 …
El numero 666 va unido al Anticristo y su nueva y única religión, la del demonio.
La Jabad Lubavitch propone al yerno de Donald, Jared Kushner – que todo quede en casa – como propietario de la marca, pero, el segundo candidato, Elon Musk, aparece agazapado con su imagen impecable de bueno y de derechas dispuesto a ocupar el puesto.
Todas las condiciones pasan por destruir a Irán, muy debilitado por la caída pactada de Siria y cuya eliminación abriría las puertas a derribar la mezquita de Al-Aqsa donde se ubicará el Tercer Templo de Jerusalén. Por cierto, los israelitas tienen todo preparado para su construcción inminente – planos, elementos prefabricados, etc. – para una vez desaparecido el régimen de los ayatolás, el Templo sea en pocos meses una realidad.
La construcción del Tercer Templo es la condición necesaria y previa para la llegada del Messiah, que nosotros calificamos como Anticristo
Fíjense como las líneas convergen hacia el objetivo planeado desde hace siglos por el judaísmo extremo en el sentido de destruir la verdadera Iglesia de Cristo y la única que se opone – mejor, rectifico, se oponía – a la perversidad genocida del sionismo ortodoxo, reducir la humanidad a un décimo de su población, implantar la dictadura de su Messiah/Anticristo y que exista un único Gobierno mundial desapareciendo todas las naciones y religiones, reducidas estas a la adoración a Lucifer.
No se si calificar a los Ingenuos de la Complosfera con ese término o imaginar otro más benévolo porque nada ni nadie se puede oponer al Imperio del mal – los EE. UU. – y su Gobierno psicópata, porque enfrente creemos que disponemos de una reserva de espiritualidad …. me refiero al también bueno y cristiano Vladimir … otro judío del mismo equipo y excelente actor … que en pocos meses dispondrá ya de su rublo digital mucho peor y estricto del que prepara el BCE para el euro
… en definitiva que estamos más solos que la una y, demos gracias a Dios de que el advenimiento de Donald era una buena noticia …
Trump y su equipo de sionistas radicales – pero de extrema derecha … – va a acelerar todo el Plan previsto desde hace siglos.
Viva Cristo Rey
Un solo Rey, CRISTO, una sola Patria, España