San Maximiliano Kolbe y los anticuerpos
(por Javier Urcelay)
14 de agosto, festividad de San Maximiliano Kolbe.
El P. Kolbe (1898-1941) fue un fraile franciscano conventual que murió voluntariamente en lugar de Franciszek Gajowniczek en el campo de concentración de Auschwitz, en la Polonia ocupada por los nazis. Es conocido como el apóstol de la consagración a María. Fundó la Milicia de la Inmaculada para la conversión de los pecadores, herejes, cismáticos, infieles y, especialmente, de los masones, y para promover la santificación personal bajo el patrocinio de la Virgen María Inmaculada.
14 de agosto de 1990. Durante una reunión filosófica organizada en el Vaticano, el papa San Juan Pablo II toma la palabra un momento durante la comida:
“Desde esta mañana tengo en la cabeza algo que deseo decir. Hoy es el día de San Maximiliano Kolbe, aquel franciscano humilde y modesto. Sus mismos hermanos decían que estaba “loco”; sí, un loco lleno de amor de Dios. Y en Auschwitz, con su actitud, fue como un anticuerpo frente a la barbarie. Y me venía a la mente esta idea: frente al mal que vemos en el mundo de hoy, frente al poder del príncipe de este mundo que ha entrado incluso dentro de la Iglesia, necesitamos esos anticuerpos que con su actuación resistan y ofrezcan una solución. Deseaba decir esto desde esta mañana, y lo digo ahora -concluyó sonriendo- durante el almuerzo, para que se digiera mejor”.*
La situación del mundo no ha mejorado desde entonces. Tampoco el príncipe de este mundo parece haber salido por completo de la Iglesia. La solución no son los líderes políticos, ni las manifestaciones, ni los articulistas, ni los recursos económicos… lo que necesitamos son esos anticuerpos que son los santos, esa inmunidad que es la santidad a la que todos estamos llamados.
Digirámoslo, y pensemos cada uno, ante el Sagrario, qué puedo hacer yo para no ser una voz más en el griterío vociferante, sino para ser un anticuerpo frente a la barbarie, un loco lleno del amor de Dios, porque esa es la solución que el mundo y la Iglesia están necesitando.
San Maximiliano Kolbe, ruega por nosotros.
*Joaquín Navarro-Valls: Mis años con Juan Pablo II. Notas personales. Barcelona: Espasa, 2023, pág: 213,
2 comentarios en “San Maximiliano Kolbe y los anticuerpos”
Enrique Goicoechea
Merece la pena recordar aniversarios como éste. porque el acto de amor y generosidad de san Maximiliano Kolbe es también un acto de heroísmo ejemplar. Cuántos pensamientos y reflexiones nos pueden venir a la cabeza meditando sobre este hecho tan singular. Dediquemos, al menos, el día de hoy a pensar en ello.
Jose
San maximizando kolbe mi santo preferido