Monumento de Navarra: entre los Talibán-dinamita y los museológicos.
(Por José Fermín Garralda) –
A casi 5.000 navarros que de ellos murieron, se levantó el monumento de Navarra a los muertos en la Cruzada. No se levantó contra nadie.
Dieciséis significados escritores, más amigos de conservar museos que de la verdad, de enseñarla a tiempo, de romper el silencio y desmontar las tácticas comunistas y separatistas, deciden que “Los Caídos, enfoque urbanístico en el Ensanche” (Diario de Navarra,21-III-2021), debiera ser el Museo de la Ciudad de Pamplona. Los conservadores siempre llegan tarde.
Ellos han dejado y dejan morir el monumento, su uso propio y ante la opinión, y ahora quieren convertirlo en museo para que Talibán no lo dinamite. Toman el camino más fácil y usan expresiones convencionales y vacías, para apaciguar a quienes, con un enorme atrevimiento y odio, se presentan como dinamiteros.
He aquí dos “propuestas” de minorías artificiales y enrarecidas, por un lado los activistas ideológicos marxistas y separatistas, y por otro los de un vacuo y huidizo profesionalismo. “Diario de Navarra”, que en contra de su propia historia ha apuñalado por escrito al monumento de siempre, les refuerza. Ahora bien, un deconstructor ¿de qué puede salvar? Vuelven los errores de origen porque no se les dio respuesta a tiempo y con una entereza que no entiende de estatus y debilidades profesionales.
No mencionen la opinión pública, dormida e indiferente, que nunca debatió sobre esto, alejada de las ideologías y la partitocracia. Más, el monumento, salvo la cripta cuyo usufructo lo tiene el arzobispado, ya es una sala cultural sin referencias a la guerra -¿quieren aún “limpiarla” más?- y, a pesar de la profanación y varias tremendas agresiones, no tiene el uso prometido. ¿La culpa es del coronavirus y la ruina económica de la ciudad?
Los dieciséis sólo alegan motivos artísticos. ¿Es eso lo que sienten de veras? ¿Consideran este monumento una obra de arte más aunque única? Para nosotros el monumento tiene su propia defensa, y resignificarlo es destruirlo moralmente y remodelarlo puede conllevar su destrucción física. ¿Van a tapar los frescos de la cúpula, quitar las cruces, tapar indignamente y todavía más inscripciones, arrebatar la cripta…? ¿Qué dirían de ser un monumento a gudaris, brigadistas, milicianos…? ¿A qué se atreverían? Y lo mismo se lo digo al Sr. Arzobispo mons. Pérez González.
Aceptar las diferentes sensibilidades no debe significar carecer de alguna, ni quitar al que tiene, ni violar la verdad, relegar a los navarros muertos en el frente, ni hacer tabla rasa del pasado. Esto no reconcilia. Para vivir en verdad y respeto no se puede huir siempre. ¿O no se debe recordar? ¿Lo dicen los guerracivilistas talibanes y los museólogos? El olvido como nexo no hace bien a nadie.
Quien no defiende el monumento por lo que es, que luego no se eche las manos a la cabeza ante aquellos para quienes la lucha y la distorsión es gimnasia revolucionaria. Meter la pata durante décadas, exige sacarla pero sin cargarse el monumento. Digan que plantear la dinamita expresa odio y una rabia enfermiza contra lo que significó -y significa- el monumento, incluso aunque ahora digamos y se diga de él que ya no significa “eso”.
Lea, quien se crea despierto, la CARTA de un hijo del pueblo que salió al frente en 1936, y recuerden.
Así dice nuestro voluntario, en este caso un requeté:
“Urdués (Huesca) 23 julio 1942 / Muy Ilustre Señor / Doctor Don Blas Goñi / Canónigo de la Santa Iglesia / catedral de Pamplona. / Ilustrísimo Señor: Despues de un saludo cariñoso hacia V.S. y esa Tierra Santa de Navarra y hermanado con ella y la verdadera Causa de Cristo Jesús, haré mi presentación y seguidamente la petición por la que a V.S. me dirijo. Mi bisabuelo luchó bajo la “sacrosanta bandera” de la Tradición y mi casa ha sido un hogar en donde mis antepasados han venerado y defendido hasta la muerte la doctrina y principios de nuestros llorados Reyes muertos en el destierro. El 19 de julio del 36 a las 2 de la madrugada porque el clarin de la Tradición mandaba salir a morir por el triunfo de nuestro Ideal, sali yo de mi hogar con mis 22 años a morir con la misma prenda que mis antepasados llevaran. Terminó la lucha y hoy de Cabo de la Guardia Civil de fronteras; aquí estoy en este pueblo dicho de Urdues en la provincia de (Huesca); mirando nuestro “Pensamiento Navarro, vi cuando se creó la “Hermandad de Caballeros de la Cruz”, quise escribir entonces para ver si me admitian como hermano ya que yo el 1er dia salí de mi casa por el triunfo de Dios y de mi Rey Alfonso Carlos I, pero no sabiendo a quien dirigirme no lo hice. Hoy me atrevo a dirigirme a V.S. como Padre espiritual y porque parece que siente mis mismas Ideas para que vea a ver lo que necesito para pertenecer a esa Hermandad comunicándomelo para llenar todos los requisitos e ingresar en ella para asi mejor poder defender a Cristo Jesus. / Aprovecho gustoso esta ocasión para reiterarme de Vd. affmo. s.s. y rogado por el Reinado de Cristo en España, firmes a nuestros principios que son los salvadores se despide de V.S. hasta la suya quien se encomienda a sus oraciones. / Francisco Ramia (firma y rúbrica). / Francisco Ramia Hiraldo / Cabo de la G. C. de fronteras”. (Carta, Archivo de la HCVC).
¿Qué dirán los dieciséis a éste voluntario y a los demás que lucharon por Dios y por España, para mantener la libertad religiosa del católico, defenderse del comunismo y Stalin, mantener la unidad de España y permitir el progreso? Recuerden lo que todos les deben. Seguiremos; otro día más, que el tema lo merece.
José Fermín
Publicado en el quincenal “Siempre P’alante” nº 850 (8-IV-2021) p. 14