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20 de diciembre de 2023 0

Marcelo Gullo analiza a fondo las dos cosmovisiones radicalmente opuestas: catolicismo y protestantismo

(Una entrevista de Javier Navascués).-

Recientemente entrevistamos a Marcelo Gullo con motivo de su último libro Lo que América le debe a España, (ver la entrevista) y ahora aprovechamos su buena disponibilidad con este medio para profundizar en la abismal diferencia entre dos cosmovisiones radicalmente opuestas, la católica y la protestante, creadora de la leyenda negra.

Usted ha publicado con enorme éxito en España tres libros, Madre Patria, Nada por lo que pedir perdón y el más reciente titulado Lo que América le debe a España. ¿Cuál es la idea fuerza central, que guía toda su obra escrita?

La idea fuerza central que guía todo mi pensamiento, es que hay una gigantesca falsificación de la historia universal. Falsificación sobre el origen de la riqueza y el poder de las naciones, tema que traté en mi obra, La Insubordinación fundante. Breve historia de la construcción del poder de las naciones y que profundicé en mi libro, Insubordinación y Desarrollo. Las claves del éxito y el fracaso de las naciones. Falsificación de la historia de la conquista española de América que traté en Madre Patria, Nada por lo que pedir perdón y Lo que América le debe a España. Sin duda alguna, hay una historia negra de España y de la conquista española de América que se enseña en todos los colegios y universidades del mundo, y hay una historia rosa de Holanda, de Inglaterra, de Alemania, de los Estados Unidos y de sus respectivas conquistas que se enseña en todos los colegios y universidades del mundo. La leyenda negra no es otra cosa que un tiro sobre elevación al catolicismo.

¿Usted esta sosteniendo que el hecho axial del siglo XVI y XVII fue la guerra del protestantismo contra el catolicismo?

Así es efectivamente. La mayor parte de las personas, incluidas las que poseen una educación universitaria, desconocen, pero deberían conocer para poder interpretar correctamente el pasado y el presente, que hubo una guerra gigantesca entre el protestantismo y el catolicismo que ganó el bando protestante.

Sin embargo, importa resaltar que esa guerra tuvo un trasfondo metafísico. Con la cristianización de los pueblos germanos allende al Rin, surge la Cristiandad Occidental o la Nueva Cristiandad -porque la Cristiandad vieja era la Cristiandad Oriental, pero es importante subrayar que Cristiandad era el sustantivo y occidental el adjetivo. Es sustancial remarcar que, con la mal llamada reforma protestante -porque en realidad fue una rebelión de los ricos, una rebelión de los nobles alemanes para quedarse con los bienes de la Iglesia- los pueblos que se pasan de bando se quedan con el adjetivo y pierden el sustantivo. Nace así lo que hoy el común de la gente llama Occidente, es decir la Cristiandad despojada de su sustancia que era la búsqueda del bien (el bien común) la verdad y la belleza.

Me explico. Lutero va a predicar que el hombre se salva por la fe, olvidándose que la fe sin obras es una fe muerta. Y Calvino, que sistematiza el luteranismo, va a agregar que Cristo no ha venido a la tierra -que el Verbo no se ha encarnado- para salvar a todos los hombres sino a unos pocos. Y cuando en Ginebra sus acólitos le preguntan: ¿cómo podemos saber quiénes son esos pocos? Calvino responde que la riqueza es un signo de predestinación. Casi de forma inconsciente el hombre protestante calvinista ya no buscará entonces hacer el bien a través de las obras -porque el hombre solo se salva por la fe y las obras son innecesarias- sino que buscará enriquecerse sin importar el mal que pueda hacer. Es decir, se quedan con la idea de la Libertad, pero reniegan de la idea de Justicia. Ya no buscarán hacer el Bien en este mundo (el Bien Común), la Verdad y la Belleza, sino solo buscarán hacerse ricos. El hombre protestante buscará siempre la libertad como valor supremo, pero será una libertad sin justicia.

El liberalismo, que es la expresión política de la teología calvinista, le dirá luego que el egoísmo es una fuerza positiva de la historia, y que la mano mágica del mercado al final arreglará todo, y entonces el hombre protestante, que sigue leyendo el evangelio, podrá dormir tranquilo porque el mercado arreglará todo el mal y el daño al prójimo que él haga para hacerse rico, y al final todos serán más felices.

A partir de la reforma, la forma de amar, de vivir y de morir de los pueblos católicos será sustancialmente distinta de la de los pueblos protestantes. Y no vale decir que en Alemania hay católicos porque éstos, después de que Bismark los venció políticamente, se convirtieron en verdaderos protestantes, protestantes que podríamos llamar protestantes de rito católico. Tales católicos posiblemente vayan a misa, pero, sin dudas, piensan como protestantes: Es bueno lo que es útil y es útil lo que me hace ganar dinero. Esa es su forma mentis.

Y como la historia la escriben los vencedores, las potencias protestantes falsificaron la historia, y por supuesto falsificaron la historia de la conquista española de América. A esa jauría de potencias que falsificaron la historia, para presentar a España como la nación más abominable del mundo, se unió después de 1789, por odio al catolicismo, la Francia revolucionaria. Cuya máxima no fue en realidad “Libertad, Igualdad y Fraternidad” sino: Descatolización o Guillotina. Por ello, aquellos supuestos “revolucionarios” cometieron el primer Genocidio de la llamada era moderna que fue el Genocidio de La Vendée, el Genocidio de los católicos franceses que se negaban a dejar de ser sustancialmente católicos. Mis libros son la otra cara de la moneda de esa historia falsificada. Si la historia la escriben los que ganan quiere decir que hay otra historia.

¿Cuál fue el papel de Inglaterra en esa guerra entre el protestantismo y el catolicismo?

Importa resaltar que la rebelión protestante hace más hincapié en el Antiguo Testamento que en el Nuevo Testamento, por eso, cuando Inglaterra se hace protestante la elite inglesa dice: si Cristo no ha venido a salvar a todos los hombres tampoco ha venido a salvar a todas las naciones, y apoyándose en el Viejo Testamento reintroduce el concepto de pueblo elegido, y dice entonces: el pueblo inglés es el nuevo pueblo elegido por Dios. Y como nuevo pueblo elegido tiene el derecho de hacerse rico y la riqueza que logremos hacer será la prueba de que somos los nuevos elegidos. Por eso Inglaterra se lanza a la conquista del mundo para enriquecerse, y va entonces a oprimir y explotar cuanto pueblo pueda en el mundo para hacerse rica.

La fe no necesita de las obras de bien y la riqueza es un signo de predestinación. Esa es la idea fuerza que guía a la elite inglesa que es profundamente calvinista, por eso va a expoliar, sin remordimiento alguno, a los pueblos del mundo, y por eso a partir de que Inglaterra conquista la hegemonía mundial derrotando al Imperio español y balcanizando Hispanoamérica, Occidente se transforma en sinónimo de imperialismo. Por eso un católico para ser coherente con su fe debe ser profundamente antimperialista. Y esto es lo que no se entiende, lo que no se comprende en España ni en las otras naciones católicas de Europa porque no se entiende que Occidente es la negación de la Cristiandad Occidental, la negación de la Catolicidad. Claro que para ser justos es preciso aclarar que la aparición de la Unión Soviética, que se convirtió en el enemigo principal del cristianismo, llevó a la Iglesia Católica a realizar una alianza con Occidente y eso hizo que muchos católicos olvidaran que Occidente era la negación de la Catolicidad.

¿Qué les dice a los críticos que aseguran que usted transforma la leyenda negra en rosa?

Lo que se le oculta a los jóvenes españoles e hispanoamericanos es que cuando España llega a América no era un paraíso, era en realidad un infierno donde reinaba el canibalismo y la antropofagia. El imperialismo astrologado de los aztecas asesinaba 20.000 personas por año del pueblo que dominaba. España pacificó el continente y sembró América de hospitales, colegios y universidades. El dato histórico mata la leyenda negra. No hace falta exagerar nada porque los datos están ahí. Si la leyenda negra fuese cierta y España vejó, explotó y aniquiló a los pueblos originarios, los primeros que tenían que haberse sublevado en 1810 tenían que haber sido las masas indígenas.

Sin embargo, vemos cómo en la última batalla, la de Ayacucho (1824), que decide la suerte de España en América con dos bandos, solo en un bando -el ejército realista- había indios: de 6000 hombres, 5000 son voluntarios quechua hablantes. Mientras que en el llamado ejército independentista había españoles peninsulares y criollos, pero no había indios. Y cuando el ejército realista fue derrotado, las masas indígenas continuaron resistiendo en lo que se llamó la Guerra de los Castillos, con una bandera que decía: “por Dios, por la Patria y el Rey” y lucharon hasta 1830. Para demostrar que no fue una excepción, la mayor oposición a Bolívar fue la de los indios guajiras y la de las de las masas mulatas que solo fueron vencidas cuando Bolívar consigue el apoyo de 5000 soldados británicos. Contra Bolívar lucharon los más pobres, los negros, los mulatos y los indios.

No hay leyenda rosa sino la exposición de datos históricos concretos, lo que ocurre es que la exposición de esos datos es tan increíble, fue tan increíble la obra de España en América que parece una mentira. La mayoría de los españoles que iban ahí, por supuesto no eran ángeles sino hombres, pero estaban movidos por un gran idealismo. Quienes dicen que hago leyenda rosa en realidad no tienen coraje, son unos cobardes, son materialistas sin un solo ideal en la cabeza y piensan, como el ladrón, que todos son de su condición, por eso no pueden comprender a los españoles que protagonizaron la epopeya del descubrimiento y liberación de América de los dioses de la muerte, la antropofagia y el canibalismo.

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