Los padres con hijos pequeños se mueven: “no lo soportamos más”
(Por José Fermín Garralda) –
A todos les llega su momento. No pocos padres están hartos. Así se ha oído en la concentración y manifestación realizada por padres con hijos pequeños en la escuela, convocada a las doce del mediodía en el centro de Pamplona, junto al monumento al Encierro, hoy sábado 5 de febrero.
No es la primera concentración de este tipo, pero sí es la primera que saca expresamente el tratamiento de los niños pequeños según el protocolo Covid-19 en el aula. De entrada, éste término “Protocolo” viste y prestigia mucho, porque tiene un carácter administrativo, serio y frío, obligatorio, y pone una barrera infranqueable. Triste prestigio éste, sobre todo si no se habla con los agentes e instituciones sociales, si sólo hay un seguidismo gubernamental, y además nada o poco argumentado.
Había bastante gente en la manifestación, aunque quizás faltaban niños. ¿Sería por el frío? Había padres de procedencia muy diversa: de la escuela regida por la administración pública y también de iniciativa social o privada.
Los padres dicen que no lo soportan más. Defienden su derecho sobre sus hijos, los derechos de los niños, y señalan la verdad sobre los excesos cometidos con motivo del Covid, y el seguidismo de profesores y Centros a la Administración. “Este Protocolo, sí o sí”. Demasiado poder e injerencia la del Gobierno de Navarra, de esa manera, y a eso le llaman dictadura.
Pero los niños exigen respeto. La padres también. Desde ambos puntos de vista, “los niños no se tocan”, fue la conclusión coreada por los asistentes. Estas conclusión tiene sus premisas que la demuestran.
Reconocemos que los eslóganes de una manifestación deben ser simples y directos. No admiten demasiados matices ni consideraciones al qué dirán, sobre todo el destinatario de los mismos. Por eso, algunas afirmaciones realizadas pudieran ser matizadas y relacionarse. Dicho esto, ¿Qué se dijo con un acierto fundamental?
Primero: ¿qué transmiten los niños? Los niños no agarran ni transmiten el covid; los niños muertos al año por covid son el 0‘001%, y los infectado son poquísimos. Los niños sólo transmiten alegría.
Segundo: las llamada “vacunas” son voluntarias y no se puede discriminar por ellas.
Tercero. Los Protocolos son inhumanos porque los niños, que son los menos afectados por el Covid, son los que más restricciones tienen que soportar. Por ejemplo, la OMS indica que la mascarilla prolongada para menores de 12 años es perjudicial, debido a lo esencial que es el oxígeno. También son perjudiciales unas temperaturas tan bajas en el aula, al abrirse ventanas , mantenerlas todo el día abiertas, estar todos sentados y establecer corrientes. ¿Quién puede sostener esto? Es necesaria una infancia sana para tener adultos sanos.
Más todavía: se ha dicho que las mascarillas y las restricciones están afectando el retraso del habla a los pequeños . Recordemos cómo van los periodistas en TV: sin mascarillas y a una temperatura ideal. Y los políticos no digamos. Por otra parte, en un hospital de Madrid se ha comprobado que los intentos de suicidio de los niños han aumentado en un 250%. Las restricciones y los consejos respecto a sus abuelos, hace que los niños se sientan culpables, diciendo que si no hacen eso, eso y lo otro… van a matar a sus abuelos. Hay muchas maneras de adoctrinar a los hijos para que no piensen por sí mismos. Hay muchas formas de adoctrinar a los mayores con normas que todos obedecen por temor y sin una reflexión ética. También en las residencias de ancianos y hospitales se han exagerado unos protocolos que están llegando a ser inhumanos. Para un anciano lo peor es el aislamiento y la falta de sentir el cariño; no se debe aislar a los ancianos.
Los padres están en sus hijos, y los niños en sus padres. Los niños sólo contagian alegría y el futuro depende de ellos. Sí, todo muy sencillo y verdadero, aunque se puedan dar muchas explicaciones.
Estos contenidos, traducidos es eslóganes, se han coreado en la manifestación, que ha recorrido parte de la avenida Carlos III y plaza del Castillo, y todo el paseo de Sarasate, para volver de nuevo al monumento al Encierro. Una madre ha vuelto a recordar todo lo dicho.