La derrota de la democracia
Pasa el tiempo desde el triunfo-sorpresa de Donald Trump y el resultado sigue siendo noticia. Al sistema mundial de globalización le convenía el triunfo de su adversaria, Hillary Clinton. Y no ha sido así. El sistema mundial de globalización no acaba de digerir su derrota.
En Norteamérica se celebran manifestaciones en contra del Presidente electo. En nombre de la democracia. Flagrante contradicción en la que no les importa incurrir a los demócratas. Es algo que tiene carácter mundial. Hoy son los demócratas americanos los que no admiten el resultado de su sistema democrático. En 1934 fueron los demócratas españoles los que se levantaron contra su República democrática, porque no admitían el resultado de las urnas. De las mismas urnas que ellos consideran sagradas.
En una tertulia televisiva hemos visto a un socialista español repetir, una y otra vez, que Trump es un impresentable. Y es verdad: sus exabruptos en la campaña lo acreditan. Pero ha salido. A pesar de no ser presentable. Prueba evidente de que los norteamericanos están hartos de políticos presentables dóciles a las consignas del mundialismo.
El triunfo de Trump es una derrota del sistema democrático. Pero queda muy lejos de ser la victoria de nuestros ideales. Trump tiene que enfrentarse a una sociedad engañada por siglos de liberalismo. No podrá llevar a cabo las elementales reformas que ha prometido. Además le falta la base doctrinal que tenemos otros grupos que aspiramos a la restauración de la Cristiandad. Pero por algo de empieza.
Por lo menos, la reacción de los mismos demócratas demuestra que ni ellos mismos creen en la democracia que proclaman. La democracia es un mito. Un ídolo en el que sólo es posible creer cuando los pueblos han dejado de creer en Dios.
Es el momento de que nos compenetremos a fondo con los principios que defendemos. Y los difundamos por todos los medios. Que demostremos a los hombres de hoy que existen las libertades, cuando se ha visto que la Libertad (prometida por la Revolución) es un mito. El triunfo de Trump demuestra que el pueblo está harto de esta falsa Libertad. Y la reacción de sus adversarios, que ni los demócratas creen en la democracia.
Un comentario en “La derrota de la democracia”
Miguel Angel Bernáldez
Lo de Donald Trump no es más que un Tramp-antojo. Es solo el triunfo del menos malo, pero sigue siendo malo.