La Comunión Tradicionalista Carlista es un partido político.
(Por José Fermín Garralda) –
Ahí van tres consideraciones, amigos. Según mi criterio, un digital político muy nuestro como “Ahora Información”, debiera tratar el tema de las presentes elecciones municipales y autonómicas. Él mismo o a través de sus colaboradores. Ahora bien, cuando abordo las elecciones en este blog, me siento como pez fuera del agua. No debiera de ser así. Mi pregunta es: ¿qué tenemos que ofrecer en Ahora-Información?
La PRIMERA consideración -el qué hacemos-, recuerda que la CTC es un partido político, lo que no se casa bien con nuestro silencio en el período electoral de estos días. Ya sé que no tratar este tema ya es una manera de actuar, pero desde luego no tratarlo es una forma muy poco o nada política y del todo cómoda. Declaro de antemano que la CTC es partido-antipartido -se dijo-, por ser completamente distinto, por su naturaleza, por basarse en los cuerpos intermedios, no buscar el poder a toda costa, querer una verdadera representación mediante otra sistemática y porque se nos obliga por ventanilla a ser partido (esto es, antipartido).
A lo que vamos. Un digital es para comunicar y poner en común. No me digan que este medio no es útil; tampoco son útiles los libros y se siguen editando más que nunca. De ahí que nos preguntemos qué piensan o hacen electoralmente los carlistas de las diversas Regiones de las Españas. ¿Queremos que esto “se mueva algo” en un sentido diferente al neoconservadurismo de cierto partido del presente?
¿Qué se hace en Pamplona durante estos días electorales Se hace un pelín y me enorgullecería que se hiciera más. Hay quien expresa su parecer en El Irrintzi y en este digital Ahora-Información, hay quien pone grandes carteles sobre la Agenda 2030 en lugares muy concurridos, los navarros presentarán su “Reflexión”, y lo que sea. Que se haga y se siga esto.
En Sevilla se ha anunciado una estupenda manifestación para HOY, 20 de mayo: “2030: Su agenda es nuestra pobreza”, desde San Telmo a la Plaza Nueva a las 12 del mediodía. Seguro que ha hecho buen tiempo y ha estado acompañada de gente activa y responsable. ¡Gracias por vuestro ejemplo, carlistas sevillanos! Esperamos vuestra extensa crónica y que nos incitéis a imitaros. Ojalá supiéramos. (Ya hemos visto una imagen, por cierto que preciosa. Ya hemos visto el vídeo, que entusiasma de verdad, con el significado del Bando del alcalde de Móstoles)
Pues sí, esto último es hacer política municipal, regional y adelantando la nacional. Hay que hacer y decir esta política, su para qué y, sobre todo, el por qué se hace en tales momentos. Desvelando la secularización y persecución religiosa (laicismo), desvelando la destrucción de todito el ser humano, desvelando el vaciado total de las patrias, recuperando todo Fuero, y desvelando la Agenda 2030 deben ir nuestros “tiros”. Cualquier prospecto que nos ha llegado para las elecciones de dentro de una semana, omite este gran tema de la Agenda 2030. Incluidos los programas neoconservadores: siendo decirlo, pero es verdad. Claro que como la gente está tan harta del cuatrienio revolucionario frentepopulista…
En SEGUNDO lugar, repensemos la ocasión actual. ¿Qué diremos cuando el frentepopulismo se prepara para su último asalto?, ¿y cuando nunca hemos callado que la derecha liberal sea la gran responsable de los males actuales?
¿Nada qué decir cuando, en nuestro caso, la llamada derecha navarra (PP, UPN…) acepta la Agenda 2030? Si la única preocupación es que la Agenda 2030 venga directamente a Pamplona o lo haga pasando por Vitoria, para eso no necesitamos alforjas.
¿Qué diremos cuando Vox puede ilusionar a algunos porque varios de sus políticos -lo que se agradece- han dicho verdades redondas en las instituciones políticas, chocando vivamente con el cero redondo y el engaño descarado del PP? ¿Sustituir al PP, o apostar por “otra cosa” para que haga la tarea que el PP nunca ha querido hacer, seguramente porque tiene jefazos que comparten mandil con el PSOE?
Si durante estos días mantenemos silencio, que no transmita que la política es para triunfar, y que si no triunfas no existes. Anhelar el triunfo a toda costa, haría caer en una segunda tentación: rebajar el Programa que necesitamos con urgencia. Tiene que haber un equilibrio, pero rebajar el programa necesario es apolítico (pan para hoy y hambre para mañana) e ineficaz en España. Tampoco se deben cultivar nuevas desilusiones conservadoras -tan frecuentes en la historia-, que sería meter la pata y perder de tiempo. Ojo que sólo hablamos de hacer lo que otros hacen y de tener ilusión por ello.
¿Qué diremos cuando algunos curiosean con cariño nuestro Programa, tan distinto a las modas actuales? Recordemos el “todos unidos y no partidos”; hasta UPN de Navarra Suma ha partido la suma en tres cachos para mendigar un imposible apoyo del PSOE, que nunca querrá ir de “segundón” pudiendo con otros ser el primero. Recordemos las candidaturas de vecinos por el “bien común” como “bien posible”, de independientes de veras y de gente capaz en los pequeños municipios. Habrá que ver cada caso. No creo que recordarlo desgaste el fondo ni la forma, ni decirlo impida totalmente el voto a un verdadero “mal menor”.
No tenemos por qué promocionar el silencio en estas elecciones. Este silencio es un “barra libre” y un vote Vd. a quien quiera, lo que indirectamente puede animar a votar al “menos malo” -que desde luego no es el PP-. La postura cómoda y no comprometida es “no decir”, pues no nos mojamos. Sin embargo, la mirada hacia la Agenda 2030 también debe ser -y es- una mirada hacia los partidos que se presentan a elecciones.
TERCERO, preparando el día siguiente. Es verdad que la CTC no es un partido político como los demás, sino que es un partido con vocación “anti partido”. Pero eso no justifica su inexistencia en la práctica, contradictoria con su existencia legal. Que la CTC no pueda presentarse a las elecciones debe ser motivo suficiente para hablar en ese momento de la política partitocrática, de un sistema que se cae a trozos como crónica de una muerte anunciada, de qué debiera ser, y de cómo organizar el futuro inmediato.
Ser partido político no sólo nos faculta para presentarnos a las elecciones. Ante la sociedad enfatizamos -aunque no sea la única vía- que enjuiciaremos la forma de hacer política, los procesos y seguimiento electoral, a exigir que el sistema no caiga en sus propias incoherencias, a denunciar que no se realice el recuento final y obligado de votos tras los resultados provisionales, a intentar gobernar desde fuera el sistema como otros lo han hecho aunque por medios perversos. Por eso de alguna manera hay que estar en período electoral. También nos faculta para recurrir ante la Justicia, las instituciones públicas o bien la sociedad, por los etarras que han metido en listas electorales. Al ser partido político nos obligamos ante la gente a cierta incomodidad, a mostrar un compromiso y sensibilidad mayor que si fuésemos una asociación cultural, histórica, recreativa, familiar, profesional, piadosa. Y es decir a la sociedad que el tema político -también el electoral- nos lo tomamos especialmente en serio.
Si no podemos presentarnos a las elecciones, al menos no “pasemos” de ellas. Ya sé que los carlistas no lo hacen, pero a veces parece. Como la política es de todos los días, de alguna manera hay que estar en los momentos y lugares en los que los españoles más se han reservado -para bien o mal- al efecto. Que ello no sea la excusa para la inoperancia, o para entusiasmarse con quien no se debiera con la excusa de faltar otro mejor, o de no poner en contraste nuestros criterios.
Ni entendemos la culturilla de los partidos políticos (partitocracia), ni la cultura de letras al estilo liberal, reducida a un saber contemplativo, a hacer “curriculum” o ganarse el pan, a casi un ocio es ajeno a la militancia y a una concepción mas general. Reducir la política al ámbito de la cultura, es -creemos- el comienzo de, perdida la política, disolver también la cultura que carecerá de precisión, agudeza y vitalidad.