Seguir el blog (Follow.it)

23 de noviembre de 2016 3 / / /

La bajeza humana y un minuto de silencio

Por Javier Mª Pérez-Roldán y Suanzes-Carpegna


No soy yo, desde luego, defensor a ultranza de los minutos de silencio, que son con respecto a la caridad para con los difuntos, algo así como los “bautizos civiles” con respecto a los bautizos sacramentales.

20163-11-23-minuto-de-silencio

En ocasiones una escena irrelevante o un episodio anecdótico describen un momento histórico con mayor precisión que un largo tratado o un enjundioso compendio de razones bien hiladas.

Tal es el caso de la negativa de Unidos Podemos cuando el 23 de noviembre de 2016 decidió no respetar el minuto de silencio acordado el Pleno del Congreso de los Diputados por el fallecimiento, tres horas antes, de la senadora Rita Barberá.

No soy yo, desde luego, defensor a ultranza de los minutos de silencio, que son con respecto a la caridad para con los difuntos, algo así como los “bautizos civiles” con respecto a los bautizos sacramentales. Y es que el minuto de silencio es la copia grotesca y antitea de la obra de caridad de rezar por los difuntos. Sin embargo, aunque simple sombra de ello, por lo menos tiene la utilidad de recordar, de manera “aconfesional”, el novísimo de la muerte: la fugacidad de la vida, lo pasajero de la gloria, la vanidad del tiempo.  El minuto de silencio es un invento del soldado australiano Edward George Honey que en 1919 ideo el mismo como modo de expresión de respeto a todos los fallecidos en la Primera Guerra Mundial. Desde entonces el minuto de silencio solo es eso, una muestra externa de respeto por el fallecimiento de alguien, así como una exteriorización de las condolencias a sus familiares y deudos. Nada más.

Si tal minuto fuera una forma de homenaje a su figura política, no lo defendería en esta reflexión, pues desde luego me encuentro en las antípodas políticas de la Sra. Barberá.

En este caso concreto, el minuto de silencio por el fallecimiento de Rita Barberá no puede entenderse, de ninguna manera, como forma alguna de homenaje a su acción política o personal. Y de hecho, no lo entendieron así ni los socialistas, ni los radicales de ERC, ni los miembros de Compromís, principal rival político de los últimos tiempos de la finada. Si tal minuto fuera una forma de homenaje a su figura política, no lo defendería en esta reflexión, pues desde luego me encuentro en las antípodas políticas de la Sra. Barberá.

Sin embargo, esta negativa nos da idea de la bajeza moral de los miembros de Unidos Podemos. Y nos da idea del retroceso civilizatorio de una generación perdida. Tanto estos falsos políticos como sus corifeos en las redes, que se están burlando del fallecimiento de la Senadora, son buena muestra de cómo en las sociedades humanas cabe el progreso y el regreso. El regreso a la caverna, a la ética del odio, del rencor, de la venganza y del escarnio al enemigo. Y es que, aunque algunos no lo crean, hubo una época en que era práctica habitual el escarnio del enemigo muerto. Eso fue en una época anterior a un Divino Maestro que enseñó a perdonar las deudas, a tener caridad con el prójimo, a ser manso y humildes y, además, a amar a los enemigos.

Su enseñanza prendió como una llama en la vieja Europa, y aún entre los rescoldos del fanatismo antiteo, que desde el siglo XVIII recluyó la fe en el ámbito privado, muchos de sus postulados sobrevivieron como código ético laico, informando la cultura y las relaciones humanas. Sin embargo, asistimos ahora a la eclosión de una generación de bárbaros despiadados que quieren arrumbar los logros de veinte siglos de civilización.

Tristes tiempos estos en los que hasta la humanidad, la piedad, la empatía con el otro, son objeto de ataque, de mofa y hasta de delito político. Nada dejaremos a nuestros descendientes de los siglos futuros si somos incapaces de respetar lo que de bueno y amable nos dejaron nuestros ancestros de los siglos pasados. Nada útil y grande podrá hacer España si no somos capaces de recuperar la humanidad y el sentimiento, si dejamos que el odio se enseñoree de la voluntad. Si, en fin, no recuperamos la virtud de la templanza, siempre tenida como la menor de las virtudes, pero fundamento para alcanzar las otras.

Estos psicópatas metidos a políticos que son capaces de reírse de las víctimas del terrorismo o de unas niñas violadas y asesinadas, que se mofan de magnicidios políticos, que se niegan a respetar a los difuntos (hubieran sido buenos o malos en vida), que agreden a los fieles que oran en un templo, nos enseñan que el ser humano es siempre capaz, si se le deja a su capricho, de ser la más vil y abyecta de las criaturas.


(Visited 543 times, 1 visits today)

3 comentarios en “La bajeza humana y un minuto de silencio

  1. ManuelMorillo

    Tan bajo han caido como los miembros del PP y el PSOE que controlaban la Mesa de la Cámara Baja que denegó en 2010 la posibilidad de rendir homenaje a José Antonio Labordeta (Diputado dos legislaturas)
    “Si tal minuto fuera una forma de homenaje a su figura política, no lo defendería en esta reflexión, pues desde luego me encuentro en las antípodas políticas de la Sr. Labordeta ”
    Sin embargo, esta negativa nos da idea de la bajeza moral de los miembros del Partido Popular y el Partido Socialista
    Estos falsos políticos como sus corifeos en los media del Sistema, que se negaron en el fallecimiento del Congresista, son buena muestra de cómo en las sociedades humanas cabe el progreso y el regreso.

    Responder
  2. SMC Carlos Javier

    MAgnífica reflexión de los hermanos Perez Roldán. La discrepancia política no quita para ello. Otra cosa es que cuando muera un representante político recemos durante un minuto por su alma , es otra opción

    Responder
  3. identicon

    Emilio Luis TEJERO

    Lamento profundamente no estar de acuerdo. Cuestión de opinión. Me parece tan fuera de lugar la omisión de unos, como hipócrita la acción de otros.

    La sustitución del debido responso religioso por la cursilería del postureo del minuto civil, con la que se intenta trasladar el auténtico sentido, no sólo en el fondo, sino tambien en la forma apropiada e incluso el lugar apropiado, es inadmisible. Así los minutos se escenifican en centros administrativos, políticos, instituciones… …o a sus puertas -para que quede mejor la foto- y no en sacros lugares.

    Pero en este caso concreto se aunan, además, otros factores:

    Primero el agravio comparivo. Han muerto otros diputados, senadores, miembros del TC -incluso en atentado-, ministros, todos ejercientes y no se ha hecho el cursi minuto, porque no se ha considerado oportuno, lo que sinceramente es de agradecer, pero hace sospechar el por qué ahora sí.

    Segundo, en todo caso y hechas las salvedades, el órgano donde tendría cabida por ubicación sería en el que desarrollaba las funciones, que no era el congreso.

    Tercero hay una premisa incorrecta, la mesa del congreso no llega a ningún acuerdo porque no es la mesa, sino una reunión a puerta cerrada de la presidente del congreso, a instancia suya, con los portavoces de las agrupaciones políticas, los que se reúnen, no llegando a acuerdo. Por su cuenta y riesgo, al abrir la sesión, impone el minuto, previamente negado a otros en misma circunstancia, por lo que todo huele a maniobra política sensiblera de quienes una semana antes hablaban del “asco” (sic) que esa persona les daba y renegaban de ella. Hipocresía en grado sumo, para advertir de las maldades de quienes investigan a los políticos que nos han traído dónde estamos. “Pobrecitos, no nos agobieis, que nos puede dar algo”.

    Cuarto. Todos los días mueren niños no nacidos, gracias al concienzudo trabajo de esa casa llamada congreso, sin un minuto de silencio. Y gentes que se han quedado sin nada, gracias al concienzudo trabajo de esa casa llamada congreso, sin un minuto de silencio. Y gentes en listas de espera para atencion sanitaria, sin un minuto de silencio. Y sufridos súbditos de a pié, a los que se supone representan, sin un minuto de silencio.

    Todo ello no es más que una opinión personal más. Todo el mundo opina, y para bien o para mal, todos nos vamos a morir. No hay verdad como ésta. Y en esta opinión pongo de relieve que no quiero dejarme llevar por la hipócrita sensiblería que tratar de sacar provecho indigno.

    Recemos un responso por su alma, que Dios N.S. sea misericordioso con sus deudas y perdone nuestros pecados, (que para eso no es necesario un minuto).
    RIP. Amen.

    Responder

Deja tu comentario

Ahora Información agradece su participación en la sección de comentarios del presente artículo, ya que así se fomentan el debate y la crítica analítica e intelectual.


No obstante, el equipo de Redacción se reserva el derecho de moderar los comentarios, sometiéndolos a una revisión previa a su autorización.


Aquellos comentarios que lesionen el honor de terceros o incluyan expresiones soeces, malsonantes y ofensivas no serán publicados.


Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*
*