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1 de mayo de 2017 0 / / / / / / / / / / / / / / / / / / / /

Hoy, primer día de mayo de 2017. ¿Dónde está el pueblo?

¿QUÉ CELEBRAMOS?

HOY celebramos el 1º de mayo, día del Trabajo. Para nosotros es el día de San José Obrero. Muy bien: ojalá que todo el año podamos celebrar este día en el sentido positivo del término: trabajo para todos, trabajo estable y dignamente retribuido conforme a la subida del nivel de vida, pensiones dignas, menos impuestos, a la par que libertades económicas y sociales. Todos lo ansiamos.

Desde su origen, el 1º de mayo no existe sin la reivindicación: la protesta contra lo que no hay, contra lo que no se hace, y contra lo que no se paga, con el error añadido de callarse los errores del sector Público (administración Central, autonómica y municipal), de la utopía del “Estado del bienestar” que debiera de ser sustituida por una “Sociedad con bienestar”, de la partitocracia, de la economía mixta escorada a la planificación central, del mundialismo liberal-capitalista, de.

Sabemos que en nuestra sociedad cada vez hay más injusticia y un gran descontento, y es muy bueno decirlo. Pero para no ser hipócritas, dígase también que es una gran desgracia que, estando bien preparados, nuestros jóvenes se vean obligados a emigrar de su patria con el aplauso en su día don Felipe de Borbón. Una cosa es poner buena cara al mal tiempo y otra aplaudir el desastre social y económico. Dígase la extrañeza que conlleva que los más contentos -los que viven a costa de sindicatos y la partitocracia así como el excesivo funcionariado- sean quienes se manifiesten mientras que los descontentos se quedan en sus casas. Dígase lo hipócrita que resulta  criticar sistemáticamente al sector privado o economía social, y poner en solfa a los empresarios, mientras se pide una inexorable subida de sueldos, más impuestos, y más intromisión del sector público, y se omite la crítica a la plutocracia y las corporaciones internacionales que no pocas veces discurren en perjuicio de la economía privada o social.

Lo peor es que estamos multiplicando la injusticia con cada vez más comportamientos amorales, fruto -en última instancia- de haber expulsado a Dios de nuestra vida individual, social y política, y de negar la doctrina social de la Iglesia, así como el tejido social y empresarial.

Todos tenemos mucho que reivindicar en el tema laboral, trabajo y derechos, contra la pobreza salarial y social, pero también en otros muchos temas, que suelen estar vinculados entre sí. Así pues, ¿no necesitaremos todo el año para reivindicar este tema en su sentido positivo y negativo, lo mismo que  otros temas más graves tan relacionados con él?

¿Y cómo vamos a hacerlo durante todo el año? Lo decimos porque sólo en la calle no se solucionan las cosas, salvo un pequeño e insuficiente desahogo emocional del pueblo masificado y dirigido. El tema a resolver es tan serio y complejo, que es insuficiente e inútil ponerse a gritar una hora y un día en la calle. Además éste no es el cauce de una sociedad bien organizada: quizás sea por eso por lo que la gente no sale a las calles y plazas. Conozco a quien de joven creía en la eficacia de los gritos callejeros y la jalea “progre”, y ahora, en su madurez, ha caído en el escepticismo más total. Y eso es una pena, porque no es bueno.

EL LÍO PRODUCIDO

Los gritos de la calle este 1º de Mayo no hacen sino aumentar la exasperación, el descontento y la desesperanza: ¿se actuará sólo para que los sindicatos politizados y los políticos de los partidos a los que pertenecen sigan en sus trece? Sí, hoy los sindicatos politizados, la partitocracia, el sistema, quieren justificar con las manifestaciones su existencia y suculentas retribuciones, y poco más. Lo último que quieren hacer, que saben y que hacen es arreglar esto.

Nuestros gritos callejeros… Ahora mismito estoy escuchando gritos desde la calle que llaman soberana. Los dirige un altavoz, coreado por los amigos. Dice con una voz poco madura: “Contra el paro, lucha obrera” y Que viva la lucha de la clase obrera”, como si el paro afectase a sólo los llamados obreros y no a los restantes trabajadores del sector Secundario, a los del sector Primario y sobre todo del Terciario.

Dice otra: “No falta dinero, sobran ladrones”. Y tienen razón, sobre todo cuando los ladrones, una vez juzgados, no devuelven el dinero. Ahí está la corrupción en el PSOE de la gran Andalucía, en el PP de Madrid y Valencia, en el nacionalismo separatista catalán una vez que Hacienda ratifica que Convergència (no sólo los Pujol) cobró mordidas… Más que una vergüenza. Desde 1986 por la competencia de Alemania, Francia, Italia y Reino Unido, y con la crisis de 1973, 1983, 1991 y sobre todo 2017, hoy vemos que España está como en venta, como en el siglo XIX. El sistema oligárquico y político liberal, sin el mandato imperativo, sin el juicio de residencia, y sin una representación de instituciones fuertes, independientes de las subvenciones y libres de las mil disposiciones y trabajas administrativas, agudizan este “En venta” colectivo. Mi pregunta es: ¿quiénes desearían que España quedase como unos zorros?

Seguimos escuchando: “No hay excusas”. Gritan contra el trabajo precario, los bajos salarios y las bajas pensiones; y tienen razón. Por ejemplo, España es el segundo país de la UE con mayor tasa de empleo temporal, pues llega al 26%, lo que entre los jóvenes afecta a tres de cuatro puestos de trabajo. Gritan…. pero no por eso se arregla algo. Lo que sobre todo se les olvida es que la hucha de las pensiones ha quebrado por culpa de los Gobiernos socialistas, omiten  el maltrato a la familia y a la natalidad desde posiciones socialistas y liberales, y arremeten indistintamente contra todos los empresarios si no suben los sueldos. Sepan que exprimiendo a las empresas desde los sindicatos politizados y el Estado partitocrático (hay sindicatos que tienen su partido y al revés), acabamos con las empresas que son las llamadas a generar empleo y riqueza. No porque haya unos patronos encastillados en los salarios basura y trabajo temporal, todos son igual. Habrá que ver el porqué de tal encastillamiento y facilitar -y desde luego no perjudicar- a las empresas su propio dinamismo. La demagogia es fácil.

Gritan “Gobierno dimisión”, pero en Navarra se trata de su propio Gobierno cuatripartito…: esto no hay quien lo entienda.

Una divertida demagogia renovada de hace cien años grita que A partir de hoy la calle es del pueblo”, como si desde hace muchas décadas no lo fuese. No tienen razón salvo que se refieran al pueblo de verdad y no a la masa; pero el pueblo de veras no se manifiesta así, de forma desorganizada, masificada  y dirigista, obligada por el interés propio de los sindicatos obedientes a la partitocracia, una hora sólo y ya está. El pueblo no es una suma de mil soviets, ni de partitocracia con sus sumisos sindicatos politizados. 

Gritan “Independenzia”. Y esto no es un tema laboral sino político e ideológico. Pero es lo que sobre todo buscan: el centralismo de Madrid o bien el separatismo periférico.  Los sindicatos que se autotitulan “obreros” están divididos, pues CCOO y UGT piden a los nacionalistas anteponer los problemas sociales a la independencia política. Se lían entre ellos y lían las soluciones.

Y gritan de nuevo: “Sozialismoa”, aunque todos sabemos a dónde conduce el socialismo económico, el sistema de planificación central, o bien el de mercado mixto pero intervenido y ahogado por el poder político: a la ruina de todos apta sólo para hacer una revolución política. Como en la Venezuela de Maduro. Por algo Maduro se fotografió en otro día con una bandera estelada.

Que estos griten así más parece un engaño y una hipocresía.

¿Y QUÉ HACE EL CUATRIPARTITO EN NAVARRA?

Ocurre que los que gritan así tienen el poder del cuatripartito en Navarra o son amigos de él como el PSN. ¿Y qué hace su cuatripartito?

Hace las cosas muy mal. A propósito o bien por inútiles. Seguramente que lo primero, porque en varios asuntos Barkos hace lo contrario al PNV en Euzcadi. No en vano Geroa Bai no se une al rechazo de los presupuestos del Estado, presentados por el Gobierno del PP, después del acuerdo entre éste último y el PNV (DdN, 3-V-2017). Vivir para ver.

El cuatripartito está llevando a Navarra a la ruina. Asistimos al declive económico de Navarra.

Grave es que Navarra cerrase el primer trimestre con 700 parados más y 1.300 ocupados menos. Pero eso no es todo, ni mucho menos.

¿Por qué el rechazo al TAV en Navarra? ¿Por qué advertir con tanto retraso y por fuerza mayor (12-I) la necesidad de agua para la Ribera? ¿Por qué perjudicar a la empresa CUN y la UNAV? Es tremenda la subida de impuestos, y más a las familias numerosas; tal es la suerte de Navarra, que es la comunidad  donde más se paga después de haber ocupado muy buena posición en el ranking económico. La mayoría de los que están haciendo la declaración de la Renta están enfadadísimos; ya nos dirá Uxúe Barkos por qué salimos tan perjudicados en la declaración de la renta de este año 2017. ¿Por qué a las familias numerosas se les grava con mil euros, y se reducen las becas a los estudiantes de la UNAV?  ¿Por qué la fiscalidad invita la fuga de empresas de Navarra? ¿Por qué desviar ingentes masas de dinero a temas secundarios, ideológicos y no productivos? ¿Por qué imponer el euskera -no digo la noble lengua vasca-  a la población en la rotulación en la vida pública, y sobrevalorarlo en la administración pública? Háblese también de la nueva euro región que los separatistas quieren crear en Europa.

El por qué de todo esto es largo, y no puede decirse en una manifestación. Sin embargo, ningún sindicato politizado ha dirigido hacia esto sus peroratas: me refiero a UGT, CC.OO., ELA, LAB, CGT, ESK, CNT, Solidari, Steilas, Colectivo contra la precariedad.

Los sindicatos no politizados no se manifiestan: mejor.

Repetimos lo dicho: este 1º de Mayo está manipulado políticamente, ya por los partidos políticos de la partitocracia ya por los sindicatos politizados de dichos partidos, mantenidos y cobrando  del Estado. Por lo mucho que se omite y por no atender a cómo se sale de la crisis, éste 1º de Mayo  en un engaño más y refleja una gran hipocresía.

¿Y las formas? Más que razones saliendo de los manifestantes hay gritos y ruido. Predomina un  sonido que aturde el cerebro y embota el ánimo. Escuchamos una rapidez y superposición de eslóganes, un ritmo in crescendo, la alternancia de frases, cambios y superposiciones de ritmo, una música de fondo enervante que en algunos momentos llega a exasperar, voces, silbatos, arritmia… Ya lo he escuchado en otras manifestaciones reivindicativas, por ejemplo de Buenos Aires hace unos pocos años.

Un rato, una hora, y ya está. Labor cumplida y todos a casa. Pues no, la crisis hay que solucionarla y el poder público DEBE AYUDAR A LA SOCIEDAD a hacerlo. 

PERO TODO SEGUIRÁ IGUAL.

Los Sindicatos politizados de izquierdas y separatistas que cobran del erario público han cumplido, y los partidos de la oposición están encantados de tener estos sindicatos a su servicio. Unos y otros se reparten muy bien el dinero público de los españoles y entre ellos de navarros, aunque cada vez movilicen a menos gente.

No sé si los manifestantes creen que por hablar tan bien el mundo laboral irá a mejor, y si son tan ilusos de creer que han cumplido con su obligación de ciudadanos. Con sus posturas yerran de lleno en las soluciones, aunque no les falte fuerza de enganche ante la deplorable situación que atravesamos.

Lo que siento es que el sistema político haya paralizado a la población.

Por un lado, es una pena que la gente más social y del día a día,   se encierre en casa y desconfíe de su propia capacidad creadora e inversora, productora y distribuidora; que desconfíe de los sindicatos no politizados que hay; que se olvide de los muchos y magníficos empresarios que existen entre nosotros al margen de los amigos del salario basura y la precariedad; y que pueda dudar de que la sociedad es el principal agente económico. No debieran darle motivo para considerar que el poder público conservador o socialista, y los sindicatos mayoritarios o politizados, son los enemigos de la sociedad y la economía.

Por otro, es una pena que la gente más reivindicativa aunque de formas broncas y erradas, sea finalmente dirigida por los que mantienen el actual estatus y quieren controlar todo. Es una pena que el stablisment haga estéril cualquier reivindicación justa, que proponga como solución el crecimiento del PODER POLÍTICO y del ESTADO, así como del PARTIDO y el FUNCIONARIADO, que oponga los factores de producción (tierra, trabajo, capital y empresario) que de por sí son complementarios, y que confunda el capitalismo salvaje del liberalismo pagano y las corporaciones internacionales con el capitalismo social y no liberal, las PYMES, y las corporaciones que sean opuestas al mundialismo.

Tocqueville tenía razón y se quedó corto en 1848, como Aparisi Guijarro en 1868, el catolicismo social y tantos otros. Nuestros padres son los que hicieron el “Desarrollismo” o “milagro español” -que no fue la especulación del ladrillo con Aznar-, es decir, la industrialización y despegue económico de España desde 1960.

Como nadie convoca al pueblo a la calle -no es el estilo de gran parte de la población, que es de gente amante de la estabilidad- para sacar la tarjeta amarilla a Uxue Barkos y su cuatripartito navarro por su política antieconómica y antisocial, no sabemos qué va a pasar el año que viene, porque el arte de la manipulación y los medios que hoy la hacen posible son inmensos. No basta que la oposición saque la tarjeta roja en las próximas elecciones, pues las cosas se preparan antes. Debiera de ser la propia sociedad organizada, independiente y viva la que manifieste su oposición, que el sistema ahoga y dirige.

Advertimos a los conservadores que no queremos tronos a las premisas y cadalsos a las consecuencias, y a todos que nosotros sí creemos que hay soluciones.

José Fermín Garralda

 

 

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