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14 de septiembre de 2024 0

Eusebio, agricultor y gran apóstol en defensa de la vida…batallando a tiempo y a destiempo

(Una entrevista de Javier Navascués).-

Eusebio es una persona que ha dedicado su vida laboral al campo. Agricultor de profesión, siempre luchó por mejorar las condiciones de los que trabajan la tierra. Hoy en día, ya jubilado, se dedica a otro tipo de siembra: la de la Palabra de Dios en defensa de la vida. Es un apóstol infatigable que hace todo lo que está en sus manos para defender la vida y salvar a los niños de las garras del aborto. Lo hace con entusiasmo sin respetos humanos y sin miedo a nada ni a nadie, pues se sabe protegido por Dios y por la Virgen.

¿Cómo fue el momento de acercarse a la fe en su vida?

Estando en la mili. Todas las semanas recibía una carta de mi novia. Una semana no la recibí, me entró tristeza y me fui a la capilla del campamento del Ferrol. Me senté en un banco delante del Sagrario y en ese banco había un libro llamado Camino.

Yo no lo conocía y por curiosidad lo abrí. En el primer punto decía: “Que tu vida no sea una vida estéril. Se útil. Deja poso. Ilumina con la luminaria de tu fe y de tu amor. Borra, con tu vida de apóstol, la señal viscosa y sucia que dejaron los sembradores impuros del odio y enciende todos los caminos de la tierra con el fuego de Cristo que llevas en el corazón”.

Salí contento. Pensaba entonces que Camino lo había escrito Javier Escrivá, un actor de cine muy famoso. A partir de ese hecho, me entró inquietud por amar a Dios. En la contra portada de Camino ponía el nombre del propietario. Yo estaba de peluquero en la mili. Un día se fue a cortar el pelo un soldado y al presentarnos me di cuenta de que era el que había dejado el libro Camino en aquel banco de la capilla.

Este soldado se llamaba Juan José de Francisco y me invitó a asistir a algunas charlas de formación cristiana. Me presentó al sacerdote, amigo suyo, y me encantó el ambiente de aquella gente que trasmitían buen ánimo con su alegría y después de la mili frecuenté centros de la Obra.

Yo seguía con mi novia y algunos días me acompañaba a la puerta del centro. Le dije a mi novia que me iba hacer del Opus Dei y a la semana siguiente me llamó para decirme que ella iba a ser monja, cosa que hizo al poco tiempo. Fue una conversación muy bonita. Cuando me enteré de su entrada como religiosa me dio mucha alegría. Ella había terminado magisterio y empezaba a dar clase. ¡ Dios no se deja ganar en generosidad!

¿Cómo nace su vocación como agricultor y qué cargos ha ocupado en el mundo del sindicalismo agrario?

Siempre he estado enamorado de mi profesión como agricultor, a pesar de ser dura. He tenido y tengo ilusión por mejorar mi explotación agraria. He asistido a cursos de mejora de la agricultura; realizando análisis de la tierra para sacar mayor producción, y aprovechar la mejora del abonado, semillas, etc.

Desde muy joven tuve inquietud por el cooperativismo, mejora del medio rural, sindicalismo agrario, etc. Soy una de las ocho personas que fundamos Jóvenes Agricultores. Fui presidente provincial de esta entidad que hoy se llama ASAJA. He ocupado diferentes cargos como vicepresidente de la cooperativa de cereales de mi pueblo, rector de la cooperativa azucarera (ACOR), promotor del Instituto de Desarrollo Comunitario de Castilla y León, coordinador de las Escuelas Familiares Agrarias en Castilla y León y alcalde de mi pueblo. Soy propietario de dos museos etnográficos, con el nombre de MUSEO DEL AYER etc.

Soy un enamorado del medio rural y sus gentes, me encantan los espacios abiertos donde existe vida muy variada y rica. Me apasionan las costumbres del ayer. De hecho escrito un libro con el título Costumbres y oficios del ayer. No está reñido lo antiguo con lo moderno. La profesión se la debo a mi padre, un hombre castellano recio que me enseñó a ser sacrificado, aprovechar todas las circunstancias para mejorar en la vida. Al meterse Dios en mi vida me dio lo fundamental: la fe. Y esta fe me ayuda a sacar provecho de todo para ofrecérselo a Él.

¿Cómo conoció el apostolado Provida y por qué decidió hacer rescates?

Siempre he estado a favor de la vida y asistía a todas las manifestaciones que podía en favor de la vida. Cuando me impliqué más a fondo fue cuando me enteré hace dos años, a través de la prensa, que existía 40 Días por la Vida en Valladolid. Desde entonces he procurado ir casi todos los días a rezar el Rosario y otras oraciones a la puerta del abortorio de Valladolid.

¿Cómo ha sido la experiencia en estos dos años?

Tengo muchas anécdotas positivas. El primer rescate que hice fue a una chica joven y guapa. Cuando entró al abortorio pensé con una gran pena en el bebé que iba a matar. Yo seguí rezando el Rosario enfrente del abortorio y esta chica salió a la puerta con el móvil y a fumar. Al verme volvió la cabeza y yo seguía rezando. Ella se giró de nuevo y me miró. Yo la miré y le sonreí. Ella me sonrió y se metió al abortorio. Al poco tiempo salió y me dijo que ya no iba a abortar gracias a la sonrisa que le había dado.

En esta ocasión conocimos a una chica de Perú que quería abortar, presionada por su pareja. No tenían papeles ni trabajo y se veía en la calle. Nos dijo que necesitaba trabajar y providencialmente la persona que me acompañaba le dio unas horas de trabajo para limpiar y ella se alegró mucho. Después le buscó más trabajos para acompañar a personas mayores y rezar el Rosario con ellas. Felizmente al tener trabajo no abortó y estamos esperando que tenga el bebé en septiembre. La Virgen nos ayuda mucho. Hay más rescates que no están registrados. Hay parejas que van a abortar, pero al vernos con el cartel rezando ya no entran al abortorio.

Trabajamos con Red Madre, que hace una gran labor. He entablado cierta amistad con el médico que hace los abortos. El primer día me dijo que me fuera a otro sitio a rezar con malas formas. La segunda vez me dijo que iba a cansar a Dios de tanto rezar. La tercera le invité a una cerveza. Me dijo que había estudiado en un seminario y ya había rezado para toda su vida. Él me decía que no hacía abortos sino curas. Yo le dije que estaba preparándose el camino para el infierno. Me contestó, que cuando se vaya a morir rezará un padre nuestro para ir al Cielo. Alguna de las personas que me acompañan no les gusta que hable con el médico. San Josemaría decía que por salvar un alma se va hasta las puertas del infierno, pero no entrar más adentro. La ultima vez que hablé con él le dije que dejase este trabajo y me contestó que pronto se iba a jubilar.

Aparte del aborto, hacemos apostolado con los vecinos y personas que pasan. Algunas se han unido a nosotros para rezar, otras nos dicen que encomendemos algún problema familiar que tienen. Me ha pedido la policía la documentación siete veces. Un día me dijo un policía que estaba a punto de cruzar la raya roja y que como me pasase me llevaba al calabozo. Le contesté que me daría alegría ir al calabozo por defender la vida.

¿Qué ha supuesto en su vida dedicarse a éste apostolado?

No me dedico solo a este apostolado, pues toda mi vida es hacer apostolado. Lo hago cuando voy por la calle, cuando estoy con los amigos, con conocidos y con extraños, etc. En el abortorio es exclusivo porque hay que dedicar tiempo concreto, unos días dos horas y otros cuatro. A veces vienen chicas acosadas por la familia, la pareja o la situación económica etc. Algunas salen llorando o vomitando, y hay que ayudarlas. Esto produce dolor a los rescatadores. Ha servido para rezar más y mejor el Rosario y tener más fe en el Ángel Custodio y en la Virgen, etc.

Estas situaciones animan a ir al abortorio con la ayuda de la Virgen. Para mí la puerta del abortorio es la del infierno. Notas que el demonio está presente y eso ayuda a rezar, a tener más fe y volver al día siguiente. A veces te puede venir la desesperanza, porque no ves con tus ojos los frutos que deseas, pero sabes que la Virgen actúa siempre donde más falta hace. Hay que dejarlo todo en sus manos y olvidarse de ver los frutos. Hay que gozar de ser instrumentos de Ella. Siempre hay frutos. Cuando dejemos este mundo nos llevaremos agradables sorpresas.

¿Qué es lo que le mueve a perseverar prácticamente todos los días?

Estar enamorado de la vida. Cuando veo a una mujer embarazada me acerco a ella y le doy la enhorabuena por traer un nuevo bebé al mundo. Todas lo agradecen y me dan las gracias. A veces me acerco alguna pareja que llevan al bebé en el carrito para verle y entablar conversación con ellos. No podría aguantar si no tuviese vida interior, ni dedicase unos ratos a charlar con la Virgen, con Jesús en la Eucaristía y tener un plan de vida como lo tenemos para alimentar el alma. Un alma sin vida interior se mueve como una veleta. El aborto es uno de los pecados mayores contra la humanidad y contra Dios.

¿Por qué es importante seguir dando batalla para salvar vidas?

El Papa dice que hay que seguir manteniendo la llama de la lucha en contra del aborto. No se puede parar, tenemos que ganar a más personas que se comprometan en favor de la vida. Sabemos que estamos perdiendo batallas, pero la guerra la tenemos ganada. No podemos dejar de insistir, el diablo no se conforma y está muy rabioso. Tenemos que insistir en rezar y actuar, pues la Virgen está con nosotros. No podemos perder ninguna oportunidad en defender la vida desde cualquier sitio que estemos.

¿Cómo ha notado la mano de Dios en los rescates que ha podido hacer?

La verdad no fue nada especial, estoy siempre con el Rosario en la mano y es Ella la que se encarga. Le sigo pidiendo a la Virgen que siga dándome esos deseos y fuerzas para no caer en el aburguesamiento o tibieza. Es fácil caer en el desánimo. Hay que tener un plan de vida interior y vivirlo para poder aguantar. El demonio es muy astuto y te tienta. La mano de Dios se nota cuando se lucha por mejorar, sobre todo en la Eucaristía diariamente, en la confesión semanal y en la oración. Así no se cae en el pesimismo. La dirección espiritual también es importante para desahogarte tanto en lo bueno como en lo malo.

¿Qué diría a otras personas para que se animen a rescatar o hacer otro apostolado provida?

Actualmente hay mucha tarea si se quiere para salvar vidas. Desde nuestro sitio se puede ayudar a defender vidas, en una conversación con un amigo, desde la familia, en una conferencia de algún personaje con tus preguntas etc. Cualquier persona con sentido común defiende la vida, lo que pasa es que hay muchos respetos humanos e ignorancia por culpa de los medios de comunicación. Un buen católico tiene necesidad de hacer apostolado en todos los aspectos, pero antes tiene que haber tenido trato con el Señor para defender la verdad y ser libres, a pesar de nuestros fallos.

No hay que dejarse llevar del mundo, por las malas películas, las malas lecturas y conversaciones impías, la pornografía etc. El hacer apostolado es lo más bonito que se puede hacer, te desahogas, con lo que crees y necesitas dar a conocer a Dios, pero de una forma normal, sin beaterías excesivas.

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