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3 de noviembre de 2020 2

Ecos de San Pedro

Por Porfirio Gorriti – 

Cada papado tiene su impronta personal. En fin de cuentas, la cabeza de la Iglesia es una sucesión de hombres. Una dialéctica poderosa e ingeniosa, acompañada de gestos sorprendentes, define al actual Santo Padre, personaje popular ya desde su tiempo de obispo de Buenos Aires. A diferencia de otros Papas recientes que no han provocado más allá de las fronteras católicas más que rechazo o indiferencia, Francisco ocupa frecuentemente las portadas informativas del mundo globalizado. Paradójicamente, su figura es considerada un peligro por algunos sectores católicos, a pesar de que SS Jorge Bergoglio no ha cambiado una coma de la doctrina de la Iglesia en su pontificado– siendo quien para hacerlo– ni ha manifestado intención alguna de que ello vaya a suceder.

La publicación de su encíclica Fratelli Tutti no ha pasado desapercibida para la opinión pública, habiéndose destacado en titulares de prensa la crítica papal contra el neoliberalismo. Dentro del contexto social español en el que casi nadie lee una encíclica papal ni sabe qué es el neoliberalismo, Pedro Sánchez lanzó sus garfios de calavera pirata a la nave vaticana. La puerta principal de San Pedro se abrió para el actual presidente español, paladín del “progresismo”, en búsqueda de una foto publicitaria con un líder espiritual con buena prensa. Ya conocen nuestros lectores la mirada – en la instantánea oficial del Encuentro– que dedicó el Pontífice al arribista de la Moncloa. Francisco se saltó el protocolo ordinario de este tipo de recepciones y dirigió un pequeño discurso a la delegación española, sin ningún papel de apoyo y aparentemente improvisado.

Los hispanohablantes tenemos el privilegio de escuchar directamente las palabras de Francisco en nuestro querido idioma español, en esta ocasión con sutiles matices entre “país”, “nación” y “patria”. Al final del artículo, el lector dispone del texto íntegro de las palabras que el Papa dirigió a un “peregrino” tan especial. Se trata de una alocución impresionante que dejaría estupefactos a sus oyentes, con un mensaje central en forma de parábola y que ofrece variadas interpretaciones. Francisco demostró estar perfectamente informado de la realidad socio-política española y llevar en el corazón a la madre patria de su Argentina. Por ello, sus palabras merecen un análisis y una reflexión profundas. El abanderado del laicismo Pedro Sánchez las escuchó con educada atención e incluso pareció asentir, en algunos momentos, la amonestación papal. Vivir para ver.

No cabe dudar de que Francisco criticó con máxima severidad las líneas maestras de la política de Sánchez. La mención del concepto del auténtico progresismo de un país y el riesgo de la destrucción de la patria por el triunfo político de una ideología fueron referencias directas. El hecho de que también defenestrase, durante su oratoria, la práctica de un tradicionalismo enquistado en el pasado, no debe verse de otro modo que al de la luz que marca el camino a seguir. ¿Alguien duda de que el tradicionalismo debe beberse en odres nuevos para que España se alce de nuevo? El peso auténtico de las palabras del Santo Padre lo trasladamos al juicio de cada selecto lector de Ahora Información.

DISCURSO ÍNTEGRO DEL PAPA ANTE PEDRO SÁNCHEZ.

CIUDAD DEL VATICANO. 24/10/2020.

Muchas gracias. Y… pensando en qué podría decirle a usted… en reconocer en usted la labor de los políticos. El Papa Pablo VI, retomando también una tradición de otro Papa, decía que la política era una de las formas más altas de la caridad. La política no es solo un arte sino que para los cristianos es un acto de caridad, ennoblece y muchas veces lleva sacrificios… ¿cierto? De la propia vida… tiempos de privacidad, tantas cosas, por el bien de los demás.

Y esto es porqué el político tiene entre sus manos una misión muy difícil, muy difícil. Con tres canales, digamos así. Para con el país, para con la nación y para con la patria. Tiene la misión de hacer progresar el país por la agricultura, ganadería, minería, investigación, educación, arte… el país crezca, que crezca el país, que crezca. Y eso es desgastante ¿no?

Tiene la misión de consolidar la nación, no solo cuidar las fronteras, que ya es muy importante, sino la nación como organismo de leyes, de modos de proceder, de hábitos… consolidar la nación. Y tiene la misión de hacer crecer la patria. Si país, nación y patria están en manos de un político, bueno es bastante trabajo así que no es fácil, así que usted transmítalo a los miembros de su parlamento, lo que piensa el Papa de esto. Y el gran respeto por la vocación política, una de las formas más altas de la caridad.

Si bien… hacer progresar un país parece fácil pero no lo es, supone relaciones internacionales, continuamente, de comercio, de ciencia, de técnica, de todo… Consolidar una nación a veces supone dificultades de entendimiento con los localismos, en todos los países los hay ¿no?… los dialectos, pero también de entendimiento del derecho, la justicia, pero de hacer que la nación sea cada vez más fuerte. Y quizás lo más difícil sea hacer progresar la patria, porque ahí entramos en una relación de filiación… la patria es algo que hemos recibido de nuestros mayores. Patria, Paternidad. Viene de ahí. Y es algo que tenemos que dar a nuestros hijos. Estamos de paso en la patria. Y construir la patria es lo que yo diría en este caso.

Si con el país hay que hacerlo progresar, con la nación consolidarlo y con la patria tenemos que construir. Construir la patria con todos. Y eso no es fácil. La patria donde no nos es permitido el borrón y cuenta nueva. No. En una empresa nos es permitido. No. Porque es algo que hemos recibido. Y tampoco nos es permitido ir a refugiarnos allá, en lo que fue hace 50 ó 100 años. No. El desafío de recibir de las raíces para poder dar fruto. Y ahí hay un poema de Bernárdez (Francisco Luis Bernárdez) muy lindo… que dice: “Todo lo que el árbol tiene de florido le viene de aquello que tiene de soterrado”. Pero no se quedó en las raíces. Quizás la fantasía tradicionalista es: “Ah, ¡volvamos a las raíces!”. Y no. No. Tomo la inspiración, soy hijo, pero también tengo que ser padre en el futuro y para eso tengo que vivir un presente que implica discernimiento. Y esto no es fácil, para mí es lo más difícil de la política. Hacer crecer la patria porque siempre se encuentran como coartadas para eso, coartadas que, disfrazadas o de modernidad o de restauracionismo… los movimientos son varios ¿no? Pero coartadas para que la patria sea lo que yo quiero y no lo que he recibido y que tengo que hacer crecer libremente. Y ahí entran en juego las ideologías. Armar una patria a mi cabeza, a mi mente, a mi idea, no con la realidad del pueblo que recibí y que tengo que llevar adelante, que estoy viviendo.

Hace dos años, quizás usted, señora embajadora, lo conoce, se publicó acá en Roma un libro de un intelectual italiano del Partido Comunista. Tiene un título muy sugestivo: “Síndrome 1933”. ¿Lo conoce? Una tapa roja ¿no? Vale la pena leerlo. Se refiere a Alemania, obviamente. Caído el imperio de Weimer, ahí empezó todo una ensalada de posibilidades de salir de la crisis y ahí empezó una ideología a hacer ver que el camino era el nacionalsocialismo y siguió y siguió hasta el drama que fue Europa con esa patria inventada por una ideología. Porque las ideologías sectarizan, las ideologías deconstruyen la patria, no construyen. Y aprender de la historia. Y este hombre, en este libro, hace un, con mucha delicadeza, un parangón con lo que está sucediendo en Europa. Dice: “Cuidado que estamos siguiendo un camino parecido”. Y vale la pena leerlo.

Con estas palabras simplemente quiero recordar a los políticos que su misión es una forma muy alta de caridad y amor. No es cuestión de maniobras o de resolver casos que todos los días llegan al escritorio del político sino de servicio. En las tres vertientes, de hacer crecer el país, de consolidar la nación y de construir la patria.

Y es muy triste cuando las ideologías se apoderan de la interpretación de una nación, de un país y desfiguran la patria. Me viene a la mente en este momento el poema de Jorge Dragone “Se nos murió la patria”. Es el réquiem más doloroso que yo he leído y de una belleza extraordinaria. Ojalá nunca nos suceda a nosotros.

Señor presidente, agradezco su visita, agradezco a ustedes que hayan venido, me gratifica mucho y les pido por favor que recen por mí y los que no rezan, porque no son creyentes, al menos mándenme buena onda, que me hace falta. Muchas gracias.

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2 comentarios en “Ecos de San Pedro

  1. Carlos Ibáñez Quintana.

    Estupendo.
    No sé dónde se habrá publicado esta intervención del Santo Padre. Pero la he conocido por Ahora-Información. Un éxito periodístico.
    Enhorabuena Porfirio.

    Responder
    1. identicon

      Porfirio Gorriti

      Gracias por sus palabras, sr. Ibáñez. El discurso se encuentra disponible en la red (romereports.com), así como el video en YouTube.
      La versión que ofrecemos a los lectores de AH es literal, habiéndose contrastado y corregido con el audio.

      Responder

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