Como diría Forresta Gumpa: «Tonta es la que dice tonterías»
por Luis B. de PortoCavallo
En las redes ha sido muy comentado la falta de respeto de la «presidente» del senado, que queriéndo hacerse la graciosilla, llamó «senadora» a un señor con barba de Jaén, designado por el Parlamento de Andalucía (lo que en principio nos importa muy poco).
El caso es que quería comentarle a esta Sra. juez político, que el otro día, fui con un amigo «economisto» a un concierto dónde el «violinisto» y el «pianisto» acompañaban a una «cantanta» «espectaculara». En el descanso nos atendió estupendamente la «gerenta» de la sala que nos invitó a un ágape.
Pilar Llop, feminazi progre, pero de las estiradillas peligrosas de verdad, vio brecha en lo de la «violencia de género» para trepar. De la camarilla de Gabilondo en Madrid, y con algún padrino, pasó por el «Observatorio de violencia de género» y de Letrada (que es como una asesora, pero con nombre más rimbombante) de la comisión de «violencia de género», en el Consejo General del Poder Judicial. De ahí, al senado por el PSOE y a «presidente» del senado.
Es una de esos jueces metidos en política, o una político de esos que están metidos en la judicatura, que las puertas giratorias confunden. Tira de escolta policial oficial hasta cuándo va de viaje y juerga particular, que para eso pagan los españoles, y es que una señora «importanta» es una señora «importanta».
En la semana en que el TC ha sentenciado que, hasta desear que vuelva GRAPO y ETA, o la muerte del presidente del gobierno, es ironía y libertad de expresión vamos a aprovechar antes de que se contradigan.
¿Qué justicia puede esperarse de un sistema judicial corrupto lleno de políticos?