Código ¿deontológico o político? médico
(Por Gonzalo García)
Leemos en el portal “redaccionmedica.com” la noticia de que los colegios oficiales de médicos de España están a punto de aprobar un nuevo código deontológico de la profesión que “se adapta a los últimos cambios legislativos”, particularmente en materia de aborto o eutanasia.
Más allá de la evidente degeneración del gremio si analizamos esos dos aspectos en cuestión, el hecho en sí de que un código de conducta moral tan importante como el que debe regir la acción médica se deba ir variando en función de los cambios legales y, por tanto, políticos debería ser motivo de alarma, cuando no de escándalo, para alguien con un mínimo de sentido de la libertad o de la licitud de las actuaciones médicas.
¿Qué diferencia habría entre celebrar pomposamente que se está a la vanguardia por adaptar la deontología al código penal cuando éste fija como derechos el asesinato de nonatos o de enfermos y hacerlo cuando la legislación, hipotéticamente, fijase que es lícito experimentar con personas vivas siempre que pertenezcan a una determinada raza o tengan determinada alteración?
El totalitarismo legal del estado liberal lo abarca todo. No queda rincón en el que habite una mínima libertad. Y un tal Tomás Cobo proclama que los médicos españoles serán los más vanguardistas de este lado de la galaxia porque no podrán ser siquiera reprobados moralmente si sus actuaciones se ajustan a lo que dicte la ley.
Cuando cada vez más gente señala que la profesión médica, en su inmensa mayoría, se ha convertido en simples técnicos de aplicación de protocolos dictados por políticos, sean esos protocolos los que sean, se ponen estupendos y nos tachan de cualquier cosa. Y es que ¿cómo podríamos dudar de ellos, que jamás de los jamases osarán asesinar a nuestros hijos o a nuestros padres sin ajustarse escrupulosamente a los dictámenes del Tribunal Constitucional?
Nunca diremos bastantes veces que la apoteosis del “régimen de libertades” consistía en exterminar cualquier brote de libertad.