Los cambios que se avecinan en la Iglesia española
(Luis B. de PortoCavallo)
En 1 de octubre de 2019 fue nombrado nuevo Nuncio Apostólico en España y Andorra ―que es quién representa a la Santa Sede―, el arzobispo filipino Excmo. y Rvdmo. Mons. Bernardito Cleopas Auza, de la Fraternidad Sacerdotal de Santo Domingo (sacerdotes seculares que se adscriben a la Familia Dominicana), y un auténtico desconocido para el episcopado español.
Aterrizó en Barajas en 4 de diciembre, siendo recibido, en nombre del card. Ricardo Blázquez (entonces presidente de la Conferencia Episcopal, que no pudo estar) por el Vicepresidente, el arzobispo de Valencia card. Antonio Cañizares, por el secretario general, mon. Luis Argüello, el arzobispo de Madrid, card. Osoro y el arzobispo Castrense de España, mons. Juan del Río. Presentó cartas credenciales en 16 de enero de 2020 en el Palacio Real. Lleva, por tanto, de forma efectiva, apenas cinco meses, de los cuales tres han sido de confinamiento.
En dos años el nuevo Nuncio tendrá que enfrentarse, nada menos, que a decisiones sobre el nombramiento de 33 nuevos titulares de diócesis españolas, lo que supone la mitad del plenario de la Conferencia Episcopal. Entre las diócesis que cambiarán de prelado figuran Sevilla (mons. Asenjo cumple 75, en octubre, y ha presentado su renuncia, comenzado el proceso), Madrid (el card. Osoro presentó su renuncia el 16 de mayo), Barcelona (el card. Omella habrá de hacerlo en abril de 2021), Valencia, Toledo, Santiago…
Aunque todo indica que los arzobispos de Madrid y Barcelona permanecerán por ahora en los cargos ya que los relevos dependerán, en buena medida, del triplete que formarán junto al Nuncio, por lo que serán claves en los nuevos nombramientos.
Es visible la inquietud entre muchos católicos españoles, hijos fieles de la Iglesia que quisieran un cambio de rumbo y se preguntan: ¿Presentarán ante el señor Nuncio los miembros de la Conferencia Episcopal Española la desastrosa situación en que se encuentra la Iglesia española, como el “gran logro” de una “inmejorable gestión”?
¿Pondrán en primera línea sus actuaciones como ong, o los balances de cuentas, ocultando la realidad de la carencia de conversiones, menos matrimonios que nunca, iglesias vacías, conventos ruinosos, incumplimientos del concordato, la educación católica en riesgo por los propios centros religiosos, ataques a templos incluso de políticos en ejercicio, banderas LGTBI en fachadas de sedes episcopales, secesionismo político en determinadas diócesis, etc.?
Siempre se puede hacer algo, además de rezar por la Santa Madre Iglesia. Solicitar audiencia, escribir cartas, notificar la extrema situación de sacrilegios, ataques y desmanes que se están cometiendo casi cotidianamente… Quizá haya llegado el momento y la oportunidad.
Por nosotros que no quede; luego… la responsabilidad de atender, o la omisión, que quede en la conciencia y la balanza de otros, para el imperioso e ineludible día del Juicio.
Un comentario en “Los cambios que se avecinan en la Iglesia española”
José mari
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