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JxE denuncia la gran mentira del llamado “cambio climático”

COMUNICADO DE JÓVENES POR ESPAÑA ANTE LA CUMBRE DEL CLIMA
Pancarta patriota antiecologista de JxE en Nuevos Ministerios | JxE

Empieza hoy en Madrid la Cumbre del Clima COP25 a la que acudirán miles de dirigentes políticos, burócratas, funcionarios de ONG y ejecutivos que costará a los españoles casi 100 millones de euros del erario público.

Estas 25.000 personas han venido a Madrid para, aseguran, salvar el planeta y detener el cambio climático provocado por el hombre. Sin embargo, las amenazas climáticas catastrofistas no son nuevas. Su existencia ha sido algo habitual a lo largo de las últimas décadas. Basta con echar un poco la vista atrás para percatarse de la gran farsa que supone la emergencia climática. Nunca aciertan en sus predicciones y, a pesar de semejante bochorno, siguen queriendo hacernos comulgar con ruedas de molino.

Hace más de dos siglos Robert Thomas Malthus inició el ciclo de predicciones catastrofistas. Todas se han incumplido. Todas han fallado estrepitosamente. En 1989, Noel Brown, director del Programa de Medio Ambiente de la ONU (UNEP) afirmó que los Gobiernos solo disponían de plazo hasta el 2000 para evitar que el cambio climático escapase al control humano y anunció el derretimiento de los casquetes polares y la subida del nivel de los mares, cataclismos que no se han producido. Ninguno de estos falsos profetas ha reconocido sus errores.

Tras cada catástrofe incumplida ha seguido otra: desaparición de la nieve en Europa, descomunales hambrunas por falta de comida, expansión de los desiertos… Si de verdad la ONU, los Gobiernos nacionales y las ONG que viven de subvenciones y de las fundaciones norteamericanas, quieren ayudar a las nuevas generaciones, les deberían enseñar datos verdaderos, como el aumento constante desde hace más de veinte años de las masas forestales en todo el mundo medido por los satélites de la NASA; el crecimiento del número de osos polares, ballenas jorobadas y de otras especies que estaban en peligro de extinción; o el aumento de la salud y la esperanza de vida de los seres humanos, a pesar de que nos dicen que estamos comiendo alimentos envenenados y respirando aire contaminado.

No lo harán. Su sueldo y su poder actuales dependen de negar los hechos. Y su sueldo y su poder futuros dependen de que los jóvenes sigan a la falsa profeta Greta, una niña a la que los poderosos del mundo permiten que se les acerque para pedirles que tomen las medidas que ellos desean imponernos. Todo es mentira. Todo sirve a oscuros intereses económicos del mundialismo. Para empezar, los de los funcionarios de los organismos internacionales que organizan saraos como el que hoy empieza en la capital de España. Mentira es la imagen de un planeta envuelto en humo y al borde del desastre ecológico. Mentira el concepto de que el crecimiento económico es insostenible. Mentira que los millones de seres humanos que nacen cada día supongan una amenaza para los que ya viven. Mentira que no podamos ofrecer a las nuevas generaciones un futuro próspero. Mentira que esté mal comer animales (en paralelo al creciente desprecio de la dignidad y valor del ser humano con el aborto, la eutanasia y la manipulación genética). Mentira que debamos renunciar a nuestra forma de vida porque no podemos permitírnosla. Es revelador ver a los dirigentes de la banca y las grandes multinacionales predicando el mismo mensaje que los líderes de la izquierda considerada, por algunos ingenuos, antisistema.

Las ideologías criminales, caducas y fracasadas del siglo XX vuelven a la carga con otros discursos, empapados de sentimentalismo y demagogia, para lograr el fin que siempre han perseguido: terminar con la civilización occidental y destruir la libertad de las personas y las familias. El plan descrito por Orwell en 1984. En nombre de la ciencia y de la salud, quieren someternos a una tiranía. En España, menos la honrosa excepción de VOX, la clase política se suma a consignas que nadie puede cuestionar, so pena de ser acusado de negacionista. Para demostrar teorías científicas no hace falta insultar a quienes dudan de ellas. No hace falta usar a una niña con trastornos mentales que terminará siendo un juguete roto. No se evita contestar a las objeciones alegando que hay consenso. Pero en el caso de la llamada emergencia climática sí hace falta recurrir a todo lo anterior, pues es basura ideológica.

Los elementos tóxicos para las personas y los pueblos son quienes han venido a la Cumbre del Clima en aviones privados porque las vídeo-conferencias y los aviones de línea no los consideran apropiados para su categoría de salvamundos.

Frente a tanta mentira e hipocresía Jóvenes por España ha colocado una pancarta en el puente de Nuevos Ministerios de Madrid para señalar la situación de emergencia nacional en la que se encuentra España frente a quienes quieren liquidar su unidad, la libertad, el orden, la justicia social y el bienestar de todos los españoles.

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