¿Qué pasó en las urnas catalanas ayer? Por supuesto que nada…
Este gráfico lo explica todo: el conflicto social que sigue viviendo Cataluña por cuenta de separatistas, constitucionalistas, comunistas y socialistas. Resulta que en número de escaños el vencedor ha sido Ciudadanos en cuanto a partidos; y el separatismo en cuanto a bloques ideológicos. Pero también hay que tener en cuenta que en porcentaje de votos, el independentismo ha perdido con un 47% frente al 52% no independentista.
La cuestión es compleja entre los no independentistas. Por una parte está Ciudadanos, PSC y el moribundo PP: el llamado bloque constitucionalista. Ciudadanos es centralista, PSC federalista y el PP irrelevante. Por otra parte se encuentra Cataluña en Común, la máxima expresión del “una de cal y otra de arena”: estamos a favor del “derecho a decidir” pero no queremos “vía unilateral”; es el sentir del pueblo pero lo importante son los derechos sociales… Nadie sabe lo que piensan los comunes y a favor de quién se posicionarán realmente. Es importante saberlo porque en el hipotético caso de que algunos diputados estén en la cárcel, la mayoría absoluta del independentismo estaría en duda. Ya sabemos que investidura de Inés Arrimadas no habrá, pero está en juego también la gobernabilidad de un posible gobierno separatista. Las autoridades judiciales tendrán también algo que decir en cuanto de ellas depende la permanencia en prisión preventiva de algunos diputados.
Es cierto que Puigdemont ha ganado contra todo pronóstico (¡enhorabuena!) pero si quiere ser investido tendrá que volver a España y ser detenido por una orden de detención que expidió la Audiencia Nacional (no dejes para mañana lo que debas hacer hoy). Por otra parte, Oriol Junqueras tendrá que pedir permiso extraordinario para poder ir al menos al pleno de investidura si quiere postularse como Presidente autonómico. ERC está en una posición difícil con respecto a la izquierda de las CUP y el ala más social de su partido, ya que apoyar a JuntsXCAT puede destruirle electoralmente para los próximos comicios, que pueden estar a la vuelta de la esquina. Sin embargo, si no apoya a Puigdemont será acusado de falta de compromiso con el pròces, con el mismo efecto que el desatender a sus bases socialistas. Las CUP quieren independencia unilateral o si no, advierten, no darán su apoyo. ¿Cumplirán su palabra?
Por último, cualquier decisión o pacto parte de la siguiente premisa: fastidiar el sentir de la otra mitad de los catalanes. La mitad más uno o la mitad menos uno, el 47% de independentistas o el 52% de no independentistas… han quedado entre la espada de la secesión y la pared del legalismo constitucionalista que no lucha contra el nacionalismo mentiroso día a día.
En realidad, cómo era de esperar, no ha sucedido un milagro ni para unos ni para otros. Más bien una desgracia de Parlamento para todos.