¿Qué han dicho Mariano Rajoy y Pedro Sánchez sobre la reforma de la Constitución de 1978?
Los políticos del PP y del PSOE hicieron en el día de ayer sus elogios y sus “autocríticas” con respecto a la Constitución de 1978. Los elogios manifiestos de Mariano Rajoy y los más tímidos de Pedro Sánchez son los más sonados.
Mariano Rajoy se ha mostrado muy orgulloso por lo que ha representado la Constitución de 1978 y también ha declarado que en la actualidad está plenamente vigente. Sus palabras han servido también para justificar su pésima gestión del problema catalán con el artículo 155, que considera “plenamente constitucional y democrático”. Sobre el artículo 155 ha echado la pelota al resto de países europeos donde hay una regulación similar. Por otra parte no se ha cerrado a la reforma del texto, teniendo en cuenta que ya se han realizado cambios en otras ocasiones (en 1992 se permitió a los ciudadanos de la Unión Europea ser electores y elegibles en las elecciones municipales de cualquier país miembro y en 2011 se modificó el artículo 135 para introducir el concepto de estabilidad presupuestaria tras la crisis del 2008). Por otra parte, ha puesto como condiciones para reformar la Constitución que haya un amplio consenso, que se tenga una idea clara de lo que se va a hacer y que no sirva para contentar a los separatistas.
Pedro Sánchez por otra parte quiere empezar a trabajar en la reforma de la Constitución en 6 meses. Esa ha sido su promesa a su electorado. Para Sánchez todas las circunstancias son propicias para una actualización de la norma. 2018 es el año en el que cumplirá 40 años la Constitución, 40 años muy positivos para los socialistas, en palabras del secretario general de la formación. Por otra parte tienen una visión”positiva pero también autocrítica”. Después de las elecciones catalanas del 21D, “las fuerzas politicas se van a incorporar” a la comisión de evaluación del Estado autonómico, donde el PSOE considera que se producirá el primer paso para la reforma de la ley fundamental.
La impresión que da cuando oímos hablar de la Constitución a los políticos es que hablan de un personaje de importancia decisiva para el gobierno y la seguridad del país. Sólo es papel, parecen olvidar. De tantos elogios y tanta preocupación, parece que la personalizan cuando el problema de todos los españoles es su casta política ineficaz y traidora. Sí, es cierto que es un papel el que ha servido como herramienta maestra para aprobar el divorcio, el aborto, la partitocracia, la desigualdad social… Pero no es el papel el que lo hizo propiamente, sino las mentes que se situaron tras innumerables artículos crípticos donde engañaron al electorado con promesas de modernización. Y hoy esas mentes son quizá peores que las de hace 40 años.