19 de septiembre de 2024 2

Sobre la movilización abertzale el 12 de octubre en Navarra

Por David. Católico, euskaldun fededun y español.

Les escribo con ocasión del anuncio de la movilización abertzale el 12 de octubre. Cabría pensar que tras la desmovilización del independentismo catalán, el vasco seguiría la tendencia, pero está más activo que nunca.

El nacionalismo vasco abertzale, es un movimiento liberal vasquista que ha parasitado de las antiguas bases carlistas y que lleva a cabo la revolución que les dejaron los peneuvistas hace aproximadamente unos 30 años. Es la continuación política de las ideas que dieron nacimiento en los años 60 a ETA, continuando la violencia y coacción por otros caminos. Antes, lacayos de la agenda de la URSS en España, hoy, lacayos de la agenda globalista “feminista, abertzale “patriota” y euskaldun (Contradicción con lo anterior)”

¿Cuáles son las razones detrás de una movilización tan multitudinaria?: “Que no somos españoles y que no tenemos nada que celebrar”.

Como estamos acostumbrados, no les mueve la defensa de nada noble ni digno, sino una mera actitud de crítica y oposición a todo lo establecido. Posición típica de una revolucionario. Herramienta útil de un globalismo disgregador que al final va a acabar aplastando todo lo que hayan podido creer defender.

¿Qué les queda por defender típicamente vasco que el orden liberal no haya destruido o conculcado?. 

• ¿La defensa del euskera? El euskera es cada vez menos hablado en zonas euskaldunas y, también por su culpa, más politizado. La razón más grave, el despoblamiento rural y la escasa natalidad euskaldun es ignorada por la mayoría de los independentistas. Centran sus esfuerzos contra el Estado Español, que como Estado liberal que es actualmente, no les quitaré la razón que históricamente ha atacado al pueblo vasco. La verdadera razón es que el liberalismo (que ellos defienden) es antiespañol y por ello, antivasco. No se dan cuenta de que el cumplimiento de sus consignas globalistas es, precisamente, la extinción de su pueblo.
• ¿La defensa del sentir histórico vasco? El euskaldún ha sido siempre fededún “catolicísimo”. La noble fe católica que movió a sus antepasados ya nos les mueve, sino que la han sustituido por el sucedáneo materialismo histórico marxista, que es, irónicamente, esa “ideología de maquetos” que criticaba en su día su predecesor en el nacionalismo Sabino Arana.
• ¿La defensa de la raza vasca? La inmigración irregular desmedida y la casi inexistente tasa de natalidad de los vascos étnicos apunta a una creciente sustitución étnica por grupos de magrebíes, africanos y chinos. En 20 años (miren qué generoso soy con ellos, muchos menos serán) ya no habrá un solo vasco en cientos de pueblos. El “aitite” Sabino Arana estaría revolviéndose en la tumba por las acciones de sus nietos ideológicos.
• ¿La búsqueda de la creación de un Estado vasco independiente?. ¿De qué sirve un Estado si el pueblo se ha corrompido gravemente o ya no existe tan siquiera?. Una cáscara hueca que la historia tirará a la basura a la menor oportunidad como ya ha ocurrido con muchos pueblos. Las antiguas juntas y hermandades vascas se caracterizaron por una pujante actividad de la sociedad vasca al margen del Estado y por un derecho propio basado en la ley natural y el evangelio. En contraste, el abertzale promedio es un idólatra del Estado bautizado. La hipotética independencia vería un “opresor” Estado español y centralizado sustituido por un opresor Estado vasco a menor escala con esas características en peor grado. Un mismo rebaño con una etiqueta “vasca”, como sacado de “rebelión en la granja”.

¿De qué les ha servido realmente toda la violencia que han utilizado contra aquellos que se sentían españoles o defendían un proyecto político hispanista?

De absolutamente nada, porque su objetivo nunca ha sido dar soberanía a los vascos sino llevar a cabo la revolución, que es la sustitución de un orden natural preexistente, nacido de la historia por un orden ideal fantasioso siguiendo ideales de “libertad, igualdad y fraternidad… ¡o la muerte!”.

No son, como querrían ellos pensar, continuidad con el histórico vasco, sino continuidad con el enemigo afrancesado al que supuestamente odian.

Todo lo que hacen es alardes, golpes de pecho y mucha presión. ¿Para qué?, si su final si siguen así no es solo la muerte como pueblo, sino también la muerte espiritual por sus pecados nefandos que sus mayores habrían aborrecido, incluso prefiriendo morir a incluso presenciarlos. Eligieron la muerte… y de peor manera.

Permita el Señor que tengan un arrepentimiento sincero de corazón antes de que sea demasiado tarde…

Erruki Jauna, Kristo Erruki, Erruki Jauna