Novedades sobre la Pandemia
(Por Miguel Ángel Pavón Biedma) –
Al comienzo de este triste año del 2021, que quedará en la mente de casi todos con amargo recuerdo, comentábamos que sabríamos muchas cosas sobre el coronavirus con el devenir de los siguientes meses. El tiempo ha transcurrido. La experiencia vacunatoria de Israel era el espejo, acaso el orgullo, de las políticas gubernamentales. El primer país con la totalidad de su población vacunada y que, orgullosamente, podían retomar sus actividades sin mascarillas aunque con una certificación electrónica de buenos y cumplidores ciudadanos, vacunados con todas las dosis. Con el pasar de los meses vemos, de nuevo, que lo que fue el año pasado vuelve a ocurrir en este. Volvieron las mascarillas y hablan de nuevas redosis, revacunaciones, postinyecciones o como quiera llamarse en ese baile de neologismos que hieren, día a día, los oídos de cualquier persona medianamente instruida. De la mortalidad masiva en nuestras residencias de ancianos pasamos a la mortalidad casi cero y, de nuevo, a nuestros ancianos acudiendo maltrechos a los servicios de urgencias hospitalarias. ¿Qué ha pasado? Con hartera habilidad nuestros gobernantes, deslegitimados por los hechos, “escurren el bulto” refiriendo la gestión de la pandemia a la comunidades y municipios. De esta manera el paisaje se divide en parcelas y será difícil reconstruir el rompecabezas para adquirir una imagen global de lo que está ocurriendo: divide y vencerás, oculta y comunica medias verdades para ocultar grandes mentiras. Las vacunas aprobadas son, según dicen muchos expertos, léanse las opiniones de la CDC norteamericana, unidimensionales: actúan por un mecanismo único que protege durante unos meses. Pasado el efecto volvemos a las mismas. Una vacuna que merezca ese nombre, diferente al de un medicamente con acción molecular selectiva y específica, actúa de diversas formas y en distintos lugares del virus. Estos, según opinión de los citados inmunólogos, lo hacen sobre la expresión de una determinada proteína mediada, cómo no, por el correspondiente ARN mensajero. Muchos se niegan a darles el nombre de vacunas. Agotado su efecto, y como es natural, serán necesarias nuevas dosis. Ya hemos sido advertidos de que las vacunaciones serán, probablemente anuales y “ab aeternum”. No es pequeña, sino faraónica, la labor de vacunar a casi cincuenta millones de habitantes cada año. Pero hay algo más grave: la protección que ocasiona el padecimiento de la enfermedad es muy superior al de la vacunación. Un grupo de inmunólogos australianos nos advierte que la vacunación masiva a grupos de escaso riesgo puede ser un serio obstáculo para el desarrollo de la inmunidad natural protectora. Afirman que las vacunaciones deberían dirigirse a grupos de especial riesgo pues en su conjunto el porcentaje de complicaciones en personas jóvenes y sanas es escaso. La escuela epidemiológica sueca vuelve a insistir en conseguir la inmunidad de rebaño por medios naturales pero protegiendo a colectivos, mediante vacunaciones, tales como ancianos en residencias, presos, soldados hacinados, zonas de especial pobreza etc. De cualquier forma el pensamiento dogmático se impone y cualquier opinión moderadamente disidente corre el riesgo de ser severamente corregida, castigada y de sufrir la punición inquisitorial al uso. En España estaban en estudio dos vacunas. Una de ellas ha sido, al menos de momento, interrumpida por motivos poco transparentes. La otra elaborada en Cataluña sigue adelante (cómo no…). Tampoco está claro por qué las vacuna rusa y china, ambas de probada eficacia, quedan fuera del arsenal terapéutico disponible. “Sorpresas que da la vida, la vida que da sorpresas”. Después de un esfuerzo económico inmenso casi nada ha cambiado y, desde luego corren malos tiempos para la libertad en todos sus aspectos.
Un comentario en “Novedades sobre la Pandemia”
José Fermín Garralda
Muchas gracias por su aportación.