Navarra, esperanza en el bien: condición de la manifestación del 3 de junio
Comunión Tradicionalista Carlista y “Diario de Noticias”
YA NO SABEN qué decir para atacar la manifestación del 3 de junio, a realizar en defensa de los símbolos de Navarra ante la posible y próxima imposición de la ikurriña en los ayuntamientos navarros, según digan los reyezuelos taifas de la partitocracia interesada. Allá los separatistas y comparsas cuando se ponen nerviosos.
En el cuatripartito –fastidiosa sopa de letras para sus comensales- se llevan mal y hasta se arrancan banderas en la calle: unos arrancan la bandera republicana de la Parte Vieja de Pamplona y los otros todavía no hacen lo mismo con la ikurriña porque por ahora los suyos la esconden estratégicamente.
Ahora quieren asustar a los socialistas para apartarles de la manifestación y para que quizás se sumen al cuatripartito. Y para ello arremeten contra la Comunión Tradicionalista Carlista y su digno secretario general. (“Diario de Noticias”, 17 de mayo, edición convencional y digital). Eso les vendrá bien un día para, al siguiente, dar una fea patada en el ipurdi a los socialistas navarros. Y peor, porque el tal Martínez de Geroa Bai dice que:”En el PSOE hay personas que han sido asesinos de ETA”. El debe saber que no es verdad.
Ya no sabe Diario de Noticias qué decir sobre los carlistas y la manifestación del 3 de junio, lo que expresa el gran peligro que tiene cabalgar todos los días sobre una continua demagogia. Las palabras de este diario pierden sentido cuando se refiere a los demás. Así mismo, cuando exige y habla no sabe qué es el respeto, ni la ecuanimidad, ni un razonable buen trato. Y menos le interesa eso de la verdad porque que demostrado que “todo vale” en en su discurso politizado.
Diario de Noticias une las ovejas churras macedonias con las tradicionales merinas cuando le conviene, y lo hace en falso aunque sepa que sus apacibles rebaños nunca se mezclan. Con su capote torero los del Noticias se retrotraen 80 años, como si los carlistas a quienes tan mal quieren hubieran hecho lo que ellos les atribuyen, como si hubiese que responsabilizar a la República de los abusos cometidos por estos u otros republicanos, como si hoy todo fuese igual que ayer, y como si las circunstancias de entonces se hubiesen fosilizado. Todo lo que no sea de la cosecha del Noticias, éste diario -y su oculto periodista- lo define como catálogo de barbaridades.
Pues, miren, señores: ¿no estarán haciendo Vds. las cosas muy requetemal?; claro es que no esperábamos otra cosa. ¿Y por qué con el poder en la mano no dan riqueza ni felicidad a la generalidad de los navarros sino que les reparten pobreza y hastío?
Les pica que el dignísimo secretario general de la Comunión Tradicionalista Carlista diga las verdades del barquero a todos los políticos y especialmente a los que hoy ocupan el poder como consecuencia de los errores del ayer. Les pica que los carlistas de siempre defiendan una Navarra Foral y Española, y desde luego cristiana, como tantos otros navarros donde quieran que estén. Les pica que dicho secretario general denuncie el insulto permanente de los jefes del cuatripartito -ya está visto que otra cosa es el votante en general- hacia los navarros que no se pliegan a sus propósitos, a su demagogia, ni a la estrategia del nacionalismo separatista.
Aunque ha pasado tiempo, les recuerdo alguna cosilla que callan. Ahí están las similitudes entre Hitler y Sabino Arana cuando repensaban sobre “sus naciones”. Como las deificaban aunque en grado distinto, la preeminencia de la nación en Arana se plasmó en el hecho de que la élite peneuvista -salvo la de Navarra y Álava- prefiriese su “nación vasca” a Dios Jaungoikoa en aquel 1936, fecha ésta última citada de forma arrojadiza por Diario de Noticias. Quizás por esta ambivalencia y por su espíritu conservador, los republicanos de entonces no se fiaban mucho de los nacionalistas.
El nacionalista José Antonio Aguirre escribió en su diario sobre su relación con ese buen socialista que fue Indalecio Prieto: “(…) somos nosotros quienes le hemos derribado de su pedestal político al cual subió en Euzkadi con ayuda de quienes nos critican. Hoy en Euzkadi no hay lugar para el espíritu extraño de Prieto o de Franco y sí sólo para el espíritu nacional vasco”.
En fin, no hay tiempo para hablar hoy del abandono del PNV (Ajuriaguerra…) a la República cuando los gudaris se rindieron en Santoña, y cuando sus jefes intentaron negociar con las tropas fascistas italianas su rendición y evacuación. Peneuvistas e italianos eran nacionalistas, mientras Alemania hacía su Anchluss (anexión nacionalista) sobre Austria el 18-III-1938. Ya se sabe que los nacionalistas se fueron separando cada vez más de la República española. Según autores como José Díaz Herrera y otros, el Euskadi Buru Batzar confiaba que el nuevo orden europeo impuesto por Alemania favoreciese a los vascos.
Dejen, dejen en paz a los navarros, parte de los cuales son muy vascos y nada nacionalistas. Vascos sí, nacionalistas y/o separatistas no. En efecto, Navarra es una unidad de síntesis como bien se explicaba en “El Pensamiento Navarro” en torno a 1980. Por algo a los carlistas no les gustó nunca eso del “¡Gora Euskadi!”, pues significa un “¡Arriba Euskadi!” de impronta hegeliana, que eso les trae recuerdos de cuando eran perseguidos por el Movimiento Nacional desde 1937. Fal Conde fue desterrado y a don Mauricio de Sivatte de Bobadilla se le amenazó con el destierro. Ya saben todos que el Carlismo era un firme defensor de los Fueros y de la lengua vasca, contrario al absolutismo monárquico, al autoritarismo hegeliano, al estatismo y a la actual deriva pre-totalitaria. Por eso los carlistas recuerdan a Navarra como Reino cristiano, y el principio de subsidiariedad aplicado en todos los ámbitos. Todo indica que los del cuatripartito son los jacobinos que pronto tendrán que explicar eso de “Libertad, Libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre”.
Pues bien, el 3 de junio los navarros que quieran salgan tranquilamente a la calle, con entereza y sin la mala baba que Diario de Noticias muestra hacia ellos. Si éste tiene su más que rabieta, allá él, pues lo que le pasa lo tiene bien merecido.
Los carlistas de siempre saldrán a decir que con la bandera roja de Navarra -de escudo coronado y laureado mil veces- no se juega, que a ésta ni se le menosprecia ni se le ningunea, y que esta bandera no puede quedar equiparada ni absorbida por la ikurriña. Esto no se hace con los navarros de hoy -ni con sus hijos en situación expectante-, pues sólo les falta ser arrinconados en su propia casa y su propia tierra, en su viejo Reino y su Comunidad Foral diferenciada. Navarra es una unidad, una síntesis me enseñó aita Teodoro, y si está viva a pesar de su silencio hasta hoy es porque, a diferencia del nacional-separatismo, Navarra no es el opio del pueblo como lo es el nacionalismo, sino esperanza en el bien.
José Fermín Garralda