Elecciones 2019: la apostasía de España y la trampa del Régimen del 78
Esas masas entontecidas, ebrias en su fiebre hedonista y maltrecha, pulularon ayer por los espacios del Reino rumbo a las urnas: del centro comercial a las urnas, de la casa de apuestas a las urnas, del abortorio a las urnas… Todo terminaba por así decir en las urnas. La fe del demócrata, a falta de un Dios que colme un horizonte existencial, se reduce a esa seudo-fe en unas cajas de plástico. Y es que esas cajas, llenas de papeletas sin alma, simbolizan no sólo el oprobio del pueblo envilecido, vejado, sin agarraderos a los que adherirse, sino también el salvoconducto de su traición a las cosas más santas. Pero el demócrata, para qué engañarnos, no entiende de cosas santas.
La verdadera entraña del problema es, sobre todo, teológica. Ya lo decodificó el preclaro Donoso Cortés en su capital Ensayo; al magno texto decimonónico remitimos.
El triunfo de la anti-España es por tanto el triunfo visceral de este nuevo satanismo de Estado, devenido Estado anti-Cristo.
El resultado del embolado, el peor de los resultados posibles (mas intercambiable en su remate), sólo podía ratificar (por enésima vez) la miseria moral y la putrefacción irreversible de una España sin mañana, que agoniza, como los romanos de la decadencia de Couture, entre los efluvios orgiásticos de una noche de pecado ofrendada a un Baco moribundo.
El lema del nuevo españolito sin atributos, apóstata entumecido sin escapulario, es simple: “cuanto peor, mejor“. Españoles, ¿acaso habéis firmado vuestra sentencia de muerte? ¿Una vez más?
Un comentario en “Elecciones 2019: la apostasía de España y la trampa del Régimen del 78”
María Teresa Caridad
Masas embbrutecidas por la televisión , máquinas más que almas