¿A por la semana laboral de 4 días, menos jornada y ganando lo mismo?
(Por José Fermín Garralda) –
El sindicato laboral LAB en Navarra, propone reducir la semana laboral a 4 días -32 horas semanales-, sin reducir por ello el salario. Ese ha sido su proyecto de este invierno 2023. No sabemos si lo ha consegido. Trabajar un día menos, menos horas, e igual salario… pero porque se trabajará mejor. Exponen sus motivos, aunque nos parecen muy atractivos pero poco significativos y algo o mucho sesgados y exagerados (Infoadm, enero 2023, 4 pp.).
Esta propuesta sueña muy bien. Quizás sea un engaño para captar un espacio sociolaboral y mostrarse pioneros, adelantados, tíos “fetén”, o bien refleja -más bien creo esto- que se trabaja día tras días sin la debida productividad durante cinco días a la semana. ¿Hay motivos para que el personal colapse, cuando hoy muchos no colapsan aunque “se lo curren duro”, y hace pocos años desde luego que tampoco?
Siento decir que no veo el plan, y que hay motivos para recelar de él, quizás porque la demagogia ha estado y sigue muy presente , y de tanto hablar, desear y tener las manos libres para cualquier idea, es la hora del triunfo de los sueños. Y cuidado que viene Quevedo a desjarretar la vaca que ríe.
Para nosotros lo tentador es que LAB diga: “incluso el Gobierno de Madrid ha anunciado un plan piloto en el sector privado para estudiar la viabilidad de esta medida”. Pues bien, habrá que ver si es verdad este caramelo en la boca, en qué empresas se pondrá en práctica, cuáles serán las condiciones y cómo resulta. Porque lo más importante son los resultados, que sean objetivos, comparados, sostenibles y sobre todo prudentes. De todas maneras lo que ronda en Madrid es un plan piloto, en el sector privado (que se lo tomarán muy en serio) y para estudiar qué pasará. A diferencia de ello, la propuesta de LAB es para el sector público, como dice después, lo que remacha al afirmar que: “En Portugal se ha empezado por el sector público”. Esto ya es más creíble.
Por nosotros, ojalá se trabajasen menos días, menos horas y con el mayor rendimiento. La verdad es que no nos va a tocar, después de haber trabajado toda la vida como dos o tres profesionales creativos. Decimos que ojalá, pero creemos que eso no es posible porque:
1º LAB toma la excepción (180 empresas en el mundo, el Ayuntamiento de Valencia, y ciertas leyes en algunos países) y el ensayo o programa piloto, como lo necesariamente deseable. Desde luego, Islandia no es España. Personalmente, no me gustan los experimentos sobre algo tan importante como el trabajo humano, en nuestros días tan críticos, y con la huella que -salga el ensayo bien o mal- dejará. Experimentos con gaseosa.
2º No hay dinero con el que pagar las horas para atender al público o consumidor correspondiente al día de reducción de jornada. Si hay relevos y con eso basta, resulta que hoy sobrarían brazos. Luego, en tal caso, que no digan que hoy se trabaja bien. No, los números de producción y productividad no salen, salvo reducidos.
3º No deben hacerse agravios comparativos, pues LAB piensa sobre todo en la administración pública. ¿Por qué el sector público sí y el sector privado, que es el realmente productivo, no, o mejor pasado mañana…?
4º Sesgan y exageran presuntos argumentos. Me explico. Hablan de los beneficios del aumento de productividad, pero ocurre que cinco jornadas muy bien trabajadas aumentarán la productividad que ofrecerán cuatro jornadas asimismo muy bien trabajadas. Luego sigamos con los cinco días de trabajo. Nuestra economía debe buscar la productividad y desde luego tener con qué pagar.
5º Hablan de mejorar la conciliación (personas dependientes…), pero con un día libre a la semana no se cubren necesidades. Salvo quizás que trabajen dos en la familia y tengan dos días libres a la semana, además del finde. Pero esto no es lo habitual, ya por voluntad propia, ya por el paro laboral o ya porque no son funcionarios los dos.
6º Hablan de disminuir el estrés, pero todos sabemos que cuatro jornadas rindiendo como cinco, lo aumentaría. El problema del estrés es otro, no de horas bien trabajadas. Tiene mucho que ver con el sentido de la vida, la satisfacción de lo que se hace, la excesiva competitividad, y cómo es el jefe.
7º Lo de mejorar la sostenibilidad por reducir la contaminación sería como matar mosquitos a cañonazos. Además, el trabajo en casa o a domicilio soslaya este inconveniente.
8º Ni siquiera el talento se atrae y retiene por trabajar 4 días en vez de 5, porque los jóvenes se marchan a otros países por otros motivos, y el talento se supera a sí mismo.
9º Es cierto que llega un momento que no por trabajar más horas se rinde más. Sin embargo, el umbral de agotamiento o estrés no se mejora por trabajar menos horas de las ya establecidas, salvo en algunos empleos y puestos de la empresa privada que, con el proyecto del sindicato LAB, serían los últimos en beneficiarse.
10º De hacer el experimento, yo no lo aplicaría a la administración pública (me extraña que los funcionarios hablen de agotamiento, máxime cuando sobran empleados en el sector, y el desánimo y la falta de calidad no es por el número de horas trabajadas…). Lo aplicaría a los que trabajan por cuenta ajena en el sector privado, a los docentes de centros privados de educación infantil, primaria, secundaria y bachillerato (concertados o no), a los médicos de la Seguridad Social. ¿Verdad que a todos ellos la idea de trabajar 4 días no es aplicable porque hay “clientes” a los que deberían satisfacer los cinco días de la semana?
11º Lo más extraño de todo es que la semana laboral de 4 días se plantee como “derecho laboral”, salvo que se confunda la normativa con el derecho. Para algunos, hoy primero es la normativa y como consecuencia se genera Derecho. Pero no es lo mismo generar Derecho que tener derecho. En realidad, eso ha sido al revés: cuando el mundo laboral exigió derechos es porque la norma debía amoldarse a algo previo, a los derechos y circunstancias objetivas de cada cuál.
12º Con la reducción a 4 días los trabajadores de la administración pública estarán encantados. Los de la empresa privada no, porque deberán condensar el esfuerzo de cinco días en cuatro, y acabarán todos más “turutas”, estresados y descontentos que antes. Ojo, que no por trabajar de firme la gente está descontenta. La gente quede descontenta cuando no ve sentido a su trabajo, el jefe no da ejemplo, hay desorganización y faltan objetivos claros, hay dedismo y politización sindical o partitocrática, cuando cada cuál campa por sus respetos, cuando unos chupan el trabajo ajeno y no todos trabajan de firme, acaparando algunos todas las bajas laborales…
13º La reducción a 4 días favorece a los políticos de la partitocracia y sindicatos politizados, porque, con ello y con nuevos contratos, podrán reducir los número del paro laboral.
COLOFÓN. Es maravilloso que haya propuestas como la comentada de los 4 días laborales y el cada vez mayor empobrecimiento de la sociedad, España y el Estado, para mantener afiliados e ilusiones, ganar credibilidad entre el público sindicado y votantes, y para los amigos que tienen afán de novedades y experimentos.
Por último, diré que en el último Congreso de la CTC a fines de 2022, hubo una ponencia regional que criticaba los temas que se trataban en la Comunión, diciendo que abandonamos el tema social y laboral. No creemos que sea cierto, pues el Programa de la CTC trata estos temas por extenso. Lo que resulta paradójico es que ninguno de los pocos que hicieron tal crítica, ha tratado ni aportado comentarios y soluciones a los problemas sociales, económicos y laborales. Mucho me temo que algunos buscan sacar defectos para bajar el nivel de compromiso y el prestigio de la CTC, aunque desde luego que nos estimulan con sus decires.