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Infinito por cero
(Por Manuel Gutiérrez Algaba) –
Durante mucho tiempo pensé que las matemáticas de BUP y, en general, las matemáticas habían sido solo una mala broma, una especie de tortura, de sufrimiento. Cosas como las series convergentes, las integrales, las derivadas no las he aplicado jamás a algo concreto en mi vida. Sin embargo, de un tiempo a esta parte , esos fantasmas numéricos se me presentan en la mente como ideas filosóficas, como estrategias de pensamiento.
En concreto, en la lucha diaria por despertar a la gente del letargo letal de la inacción, de la bulimia moral, del nihilismo de la voluntad, tanto las series como los límites han cobrado nuevas juventudes. Muchos me preguntan: “¿Y eso de las octavillas sirve para algo? ¿Podemos cambiar algo?” Porque, claro, cada uno de nosotros es muy poca cosa, son casi cero, algo que tiende a cero, aunque no cero, pero, ¿cuántos somos? Y, ¿cuántos podemos llegar a ser?
Si muchos ponemos un poco tenemos que hacemos un total de “algo que tiende a cero por algo que tiende a — redobles de tambor– ¿infinito?” Es cierto que si somos 20, entonces 20 por algo que tiende a cero es también algo que tiende a cero. Pero, ¿y si consiguiéramos ser muchos? ¿y si dejáramos de ser algo que es casi cero? De repente el producto de nuestro trabajo (algo pequeño) por nuestro número sería algo significativo . El límite de nuestra aportación(en un tiempo) multiplicado por el número de aportantes (en un tiempo) cuando el tiempo tiende a cero podría llegar a ser un número importante. ¿Cómo conseguir que seamos cada vez más? Con mensajes afines, de problemáticas actuales, captando nuevos carlistas y simpatizantes, movilizando a los ya afiliados.
¿ Cómo conseguir que hagamos cada uno, un poco más ? Pues convenciéndonos de que el costo de repartir una octavilla puede ser 0,005 euros , la mitad de un céntimo,y que podemos repartir de forma casual y aleatoria en nuestros quehaceres diarios,es decir, lo podemos incorporar a nuestra higiene de caridad diaria, sin ningún tipo e perturbación,sobresalto, ni sobrecarga de agenda, al ir a comprar al supermercado, al pasear, al pasar por una hilera de casas, cualquier momento puede ser bueno.
Me contaba, nos contaba, un carlista activista que había estado quitando, o poniendo, banderas por las carreteras, no sé, y un día se entero de que en su misma calle había 5 personas que pensaban como él y que se había enterado al cabo de los años. Cinco personas que podría haber captado de haber dejado alguna octavilla en algún parabrisas, alguna noche al sacar la basura.
Recuerden infinito por cero puede llegar a ser infinito. Recuerden que son hijos de Dios y “grandes cosas podríais hacer si tuvieseis fe”. Ahí estuvo Hernán Cortés, entre otros muchos. La tristeza, la resignación, la indiferencia no son virtudes cristianas.
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