Asamblea en la ONU: El castrismo y Robespierre

(Ahorainformacion.es) Este martes, 22 de septiembre, se ha celebrado la Asamblea General de las Naciones Unidas de la que se ha subrayado -en la mayoría de medios generalistas- la reclamación de Donald Trump a la tiranía comunista china, para “pagar” por los estragos causados por el COVID-19. Esta reclamación parecería apoyar la tesis que atribuye el origen de la pandemia a la acción humana en un laboratorio de Wuhan.
No obstante, ha habido otras declaraciones llamativas en la Asamblea. Una de ellas llega desde Cuba, por boca del sucesor de los Castro.
El anhelado derecho de la humanidad a vivir en paz y seguridad, con justicia y libertad, base de la unión de las naciones, es constantemente amenazado por la insensata carrera armamentista que sustenta la política agresiva y guerrerista del imperio. #SomosCuba pic.twitter.com/8L8JKTNT1f
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) September 22, 2020
Como se puede leer en ese tuit, el dictador comunista Miguel Díaz-Canel ha invocado en su intervención unos conceptos tan “sugestivos” como: paz, seguridad, justicia y libertad.
Estamos ante el enésimo juego eufemístico propio de las ideologías más destructivas de la Historia. Pero, veamos, ¿qué sentido tienen sus declaraciones?:
- ¿Qué entender por paz? Cuba no es, en realidad, uno de los países más seguros del área hispanoamericana (por ejemplo, ¿por qué no se publican datos claros y transparentes en la mayoría de informes internacionales?). ¿Y no están apoyando de hecho la instigación de asedio violento por parte del Foro de Sao Paulo en países como Chile?
- Lo “justo” es, para la mentalidad comunista, la igualdad absoluta en cuanto a miseria económica y moral, lastrando y obstaculizando toda labor emprendedora y de dedicación al prójimo.
- Mientras, la seguridad de la que habla, no es mas que el férreo control de las comunicaciones y la vigilancia policial de cualquiera que disienta de las órdenes políticas del gobierno.
- Por último, la idea que Díaz-Canel tiene sobre la libertad es la misma que inspiraba al ilustrado Maximilien Robespierre, una figura imprescindible en la segunda fase de la Revolución Francesa (1789). Ya saben, la guillotina y el genocidio tras potenciar la dichosa igualdad política y el ateísmo. En nombre de la libertad, menoscababan la idea de una sociedad libre y de una persona humana digna.
Así están las Naciones Unidas, que no tienen ningún reparo en albergar esta clase de discursos totalitarios y que lo hacen con el beneplácito de las élites financieras. Su objetivo está cada vez más claro: subvertir el orden natural y elevar a la categoría de nueva religión mundial unos “derechos humanos” cada vez más inhumanos, que dejan al descubierto su inspiración masónica y revolucionaria.