5 de enero de 2023 0

Monarquía de veras: la monarquía tradicional en Navarra

(Por José Fermín Garralda) –

Mañana viernes, 6 de enero de 2023, los carlistas que quedamos en Navarra, celebramos el Día de la Monarquía tradicional. Al no existir otra monarquía de verdad y respetable en España que la monarquía tradicional, al haberse paralizado hoy a toda la sociedad, y debido al engaño que supone el principio liberal de la “soberanía” individual y  popular, muchos juancarlinos o felipistas son de hecho republicanos.

Así es como el Liberalismo resabiado e ideológico, trae la República. Con ella, trae un desorden radical  fruto de la desvertebración y masificación sociales, trae una división y riña entre los muy dignos pueblos de la Patria común que es España, trae la anulación de España a la que se quiere extirpar, y trae una indigna sujeción de el Estado español a oligarquías de secta o bien del gran capitalismo internacional. Al final, llega la dictadura de izquierdas, ante la cual la del generalísimo Franco quedará a modo de una hermanita de la caridad. (Decir esto no es lógicamente ser lo que llaman “franquista”).

¿En qué consiste la celebración de mañana 6 de enero, día de la Epifanía del Señor? Como años atrás, la Junta Regional Carlista de Navarra se sumará respetuosa y discretamente a los Actos a celebrar en la S. I. Catedral de Pamplona con ocasión de la festividad de la Epifanía o manifestación del Señor. Por lo mismo, anima a todos los carlistas y simpatizantes a acudir. Al final se repartirán los hermosos y “activos” calendarios de bolsillo de este año.

Siguiendo la tradición, a las 11:45 h. los fieles acuden procesionalmente, desde donde se encuentra el bajorrelieve de la Adoración de los Reyes Magos en el claustro catedralicio, hasta el presbiterio, con la reliquia del pesebre y sonando las chirimías. Ahí asisten a la Santa Misa con la intervención de la Capilla de Música de la catedral. Tras el canto del Praeconium o solemne anuncio de las principales celebraciones del año litúrgico, el señor arzobispo imparte la bendición papal.

Venga ahora alguna explicación.

1º)Quedamos pocos monárquicos de veras en Navarra -aunque más de lo que parece-, porque la sociedad en general, después de ser anulada durante la “dictadura”/dictablanda, y en un sombra de “democracia”/verdadera dictadura, ha estado muy mal dirigida. Y dirigida por republicanos vergonzantes. No digan que el pueblo se dirige a sí mismo, y mucho menos con el Liberalismo -desvertebrador y estatista- y la partitocracia su hijuela. 

Por una parte, mal dirigida -decimos- por intereses oscuros de secta, lobbies, el capitalismo globalista y a lo Kissinger. Mal dirigida por los políticos llamados “del candelero”, que están siempre “con el que manda”; unos “franquistas” que se hicieron un a modo de harakiri, otros “demócratas de toda la vida” que se “enchufaron” al poder global que engulló España, y, al fin, una casta partitocrática en general inepta, insolvente, descarada y corrupta. Mal dirigida también por buena parte de la jerarquía eclesiástica que -salvo un selecto grupo de ocho señores obispos, enteros y valientes, con el cardenal primado al frente- apostó vergonzosamente por el Liberalismo en 1976 y 1978, para que luego no pocos hayan coqueteado y coqueteen con realidades dolorosísimas  que ahora omitimos. La Iglesia en España ha querido hacer un mentís a lo ocurrido en la historia de España, como si los errores fuesen de la verdad y los españoles de bien, y ha salido todo al revés de lo deseado. Todo por la culata. No saben qué hacer. Nos están llevado a las catacumbas y aquí sálvese quien pueda. Mal dirigida -decimos- por un liberalismo mentiroso y maestro del engaño, desde las trampas de 1812, 1833, el pronunciamiento militar de  Martínez Campos en 1874, la designación hecha por Franco y continuada en 1978 hasta hoy. Si la elección de un rey por la sociedad es sólo  fundacional, la elección de don Juan Carlos y Felipe ha sido imposible y por ella contradictoria dentro del Liberalismo. También la Constitución de 1978 se hizo e impuso desde arriba. Así es como, tras 1975, la sociedad en general ha aceptado ingenuamente y porque sí la monarquía liberal-socialista.

Si a ello sumamos la dirección suprema de la Agenda 2030, dígannos para qué sirven los figurantes que se pliegan a ella.

2º) Junto a lo anterior, digamos que un rey liberal es una sombra de Rey, y más peligroso para la verdadera monarquía que la República declarada. Está atado e inutilizado por la ideología a la que se entrega de pies y manos. Pero más que un secuestro voluntario, la secuestrada es España, pues todos saben lo mucho que los españoles siempre se fiaron del rey y sus élites. De ahí que su lema último haya sido: “¡Abajo el mal gobierno!”.

La Monarquía  -impuesta, consentida, aceptada o votada- debe partir de sus obligaciones políticas para con Dios, siendo esto -y no su vaciado radical por el voto popular- lo más importante para proteger y sostener a todos los españoles y pueblos de España. No creer en ello por caer en el Liberalismo, por falta de fe religiosa, o fruto de la conspiración del silencio, ha traído males sin fin. Basta remitirse ahora a los hechos, que han mostrado que mirar y reverenciar a Dios, declaradamente y de hecho, es la única manera de servir a los hombres, y que sólo Dios es la defensa del débil y del que nada tiene. Asimismo, ante los grandes acontecimientos que están ocurriendo, si la sal se vuelve sosa… ¿qué se hará con ella?

3º) La cuestión de la legitimidad es una cuestión moral y jurídica. El Rey legítimo de España o las Españas, debe ser fiel a las exigencias de la Monarquía española, católica, social y representativa. Si esto es así,  ¿qué harán los monárquicos? Por un lado, ninguno de los que apoyó el Liberalismo de Rousseau, de Voltaire, de Maritain u otros “moderaditos”, “acomodaticios” y gurús de la “suprema inteligencia”, puede quejarse, pues tenemos el desarrollo lógico, malicioso o bien ingenuo, de sus premisas. Por otro lado, en la actual y crítica situación de la Patria, es hora de las grandes resoluciones, de tener perspectiva y miras altas, de decir la verdad entera y con claridad -siempre lo hicimos-, de estar dispuestos a testimoniar lo que la realidad debe ser sin ceñirnos casi siempre a lo que de hecho es, de los pequeños y grandes heroísmos, y de mostrar la contradicción que es  poner tronos a las premisas y cadalsos a las consecuencias. La monarquía liberal-socialista es la inversión de la Monarquía, y no puede resolver sino agudizar los problemas provocados por las ideologías que ella misma abrazó.

Una y mil veces la realidad nos ha dado razón y nunca es tarde para trabajar por una verdadera restauración de los españoles y España. Es hora de mantener la concepción de la monarquía tradicional, frente a los que te llaman soñador, que son los que en realidad sueñan con improcedentes e imposibles “frenazos”, yendo de fracaso en fracaso por el franco camino hacia la República declarada. Peor que el mal, es el mal pero con engaño.

4º) En el Carlismo no hay “pretendientes” al trono carlista, sino reyes que lo son para toda España, por lo que los llamados a ocupar esta suprema magistratura, deben estar dispuestos a aceptar incluso el destierro. Si la línea dinástica es clara, díganse reyes como lo hicieron los tales hasta 1936. Si no es clara y sólo hay candidatos -no ya pretendientes-, díganlo, dense a conocer, apoyen nítidamente la tradición española y a quienes más han hecho y hacen por ella, y que luego sea lo que Dios quiera. En el futuro se dirá.  Lógicamente respetaremos con afecto a los candidatos siempre que sean totalmente fieles a la boina roja (ideario y programa), sabiendo que no se quieren enredos ni vaguedades ni dependencias, sino la verdad lisa y llana, que es preciso trabajar en todos los planos o direcciones, y que toda aportación es necesaria y bienvenida. Que el edificio se comience por abajo, situará en su lugar la concreción última del cuarto elemento de nuestro lema, con cierto relativismo, sin malentendidos ni apresuramientos,  sin polarizaciones ajenas a la realidad, sin macrocefalia ni esa exageración hispana o barroca propia de tantísimos años de orfandad.

Las fuerzas de los carlistas o tradicionalistas debieran dirigirse principalmente a asuntos como la Agenda 2030 y a  proclamar quién es el Señor del mundo, conforme a la relación que debe haber entre la Iglesia católica y las diferentes situaciones de las sociedades y los Estados. Por eso, si ante el liberalismo, el comunismo, nacismo, fascismo… Pio XI proclamó con fuerza a CRISTO REY (“Quas Primas”), ante el coloso que dirige la Agenda 2030 nosotros diremos igualmente: ¡Viva Cristo Rey! El mal, el Maligno, finalmente ha cerrado toda opción a cualquier tipo de supuestos neutralismos, mentirosos e idiotas: estaba avisado y no podía ser de otra manera. Pero temo que quien esté secuestrado por el Liberalismo, sea incapaz de darse cuenta, y siga erre que erre expulsando a Dios, Cristo y Su Iglesia -que sigue siendo la de muchísimos españoles-, de la Constitución. Este es el mayor servicio que podemos hacer a los alejados artificial e inconscientemente en los últimos tiempos de la Iglesia, para que puedan volver. 

Ante nuestra actual imposibilidad, los tradicionalistas no haremos astillas de la monarquía liberal o república coronada, pues iría a beneficio de la República declarada. Más que hacer astillas con todo, denunciamos a ambas por mentirosas y perjudicar a España. Las verdades del barquero son para todos, incluidos lógicamente los republicanos vergonzantes.

La Junta Carlista de Navarra, única que defiende los verdaderos Fueros de Navarra en forma y contenidos, también les desea un venturoso Año Nuevo 2023,  mientras agradece todo el apoyo que le han prestado.

José Fermín Garralda, Pte. de la CTC de Navarra.

Pamplona, 6 de enero de 2023

La Monarquía tradicional rinde pleitesía y adoración al Rey de Cielos y Tierra.