(Ahorainformacion.es) – 140 plataformas distribuidas en un total de 20 provincias españolas han unido esfuerzos para dar voz a la España vacía o vaciada y para pedir un reequilibrio territorial que permita la repoblación de sus comarcas. Las reivindicaciones angustiosas de este movimiento que clama por algo tan básico como la pura supervivencia de cientos de municipios despoblados, han conseguido un hueco en las agendas y los discursos de muchos políticos hasta el punto que ya se habla de ello incluso en la «Comisión de Reconstrucción» del Parlamento. Lo que en el fondo piden estos españoles es totalmente anticonstitucional y alguien tendrá que decírselo. Piden, por ejemplo, que los diputados de cada provincia defiendan en el Parlamento los intereses del territorio en el que fueron elegidos. O sea, que están pidiendo la vuelta del tradicional mandato imperativo que es una institución expresamente abolida por la Constitución del 78. Según la doctrina parlamentarista liberal los diputados pueden ser elegidos por circunscripciones pero NO representan a su circunscripción sino a una entelequia llamada «voluntad general». Piden estas asociaciones una política que mire a España en su conjunto y a largo plazo, procurando un equilibrio en el espacio y en el tiempo. Pero olvidan que ese tipo de política será imposible de materializar mientras siga vigente un sistema partitocrático que solo atiende a los intereses de partido y al plazo que marcan las sucesivas campañas electorales.

Por otra parte, y puesto que el principal problema de la España vaciada es la falta de población se echa en falta que dentro de sus reivindicaciones no exija este movimiento popular la abolición del crimen del aborto, que priva a España cada año de 100.000 nuevos niños. Sería más creíble esta lucha contra el despoblamiento si sus líderes defendieran la promoción de la natalidad con medidas favorables a la familia, animando a los matrimonios, desincentivando las rupturas o salvaguardando el patrimonio familiar intergeneracional.