(Por Gonzalo García) –
Algunos hablan de terremoto político, por las noticias de esta mañana: Mociones en Murcia y Castilla, elecciones anticipadas en Madrid…
Creo que es un simple reajuste, en el que las organizaciones partitocráticas fijan posiciones movidos por su lucha sin descanso en pos del mayor bien posible. Del mayor bien propio, claro, como siempre.
A saber: Ciudadanos vive sus últimos estertores. Todos los sabemos, y algunos incluso nos reservamos el brindis y la celebración cuando tan deseada extinción se produzca. Y sus miembros deben trabajar en pos del bien posible: A ver quién me coloca que me asegure un sueldecito.
El PSOE lo ve, y en pos también de sus intereses supremos, que son asirse a los resortes administrativos que se le resisten, pacta con ellos prometiéndoles carguito, cochecito oficial, sueldecito, enchufito y retirito para el día de mañana. En Murcia, en Castilla la Vieja y en donde se pueda.
Y el PP y sobre todo Ayuso que lo ve, aprovecha la jugada -no sin motivo, hay que reconocerlo-. Primero, para evitar que se la cuelen en Madrid como a sus compis murcianos, y segundo porque necesitaba una excusa para afianzar su posición.
En medio queda Vox, que era parte de los acuerdos que se dinamitan. Sabe que donde hasta ahora eran los terceros en la mesa, con la desaparición de los naranjitos van a ser segundos, y se mantienen al tanto pero sin meterse en el barro. Cuando se les cita para que se mojen un poco, su portavoz(a) madrileña se retrata: Lo último, que gobierne la izquierda. Eso lo último. Ya saben: lo último no es que se adopten políticas contrarias a la vida, a la dignidad de la persona, a la justicia social… todas esas políticas que la derecha adopta allí donde gobierna son lo último… si las ejecuta la izquierda. Si no ya es otra cosa.
Por supuesto hay algo en lo que todos los partidos ganan: Entre tanto ruido, el rebaño vuelve al redil, a animar a los suyos, que hace mucho que esto de la partitocracia se parece más al fanatismo de unos hinchas de fútbol que a la política como organización de la sociedad.
Ajustes partitocráticos. Las bandas mafiosas diseñan el nuevo reparto del pastel. Y se lo siguen comiendo. Total, lo pagamos usted y yo… vengan más pasteles.