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19 de julio de 2019 7 / / /

Tronovacantistas

Se ha llegado a calificar a la CTC de tronovacantistas. Neologismo que rechaza el corrector del ordenador. No sabemos por ello lo que quiere decir. Pero intuimos que se refiere a que en la CTC no tenemos como nuestro Rey a un continuador de la Dinastía encabezada por Don Carlos V.

El calificativo no es adecuado. Por su composición viene a indicar a los partidarios de que el trono esté vacante. El componente “ista” así lo da a entender.

Como monárquicos que somos, queremos que el trono esté ocupado por un Rey legítimo. Porque desde 1833 hasta el presente lo ocupa una dinastía al servicio de la Revolución, contra la que venimos luchando.

El fallecimiento de Don Alfonso Carlos I, en 1936, supuso la extinción de la descendencia masculina de Don Carlos V. Sobre las distintas soluciones que nuestros mayores adoptaron y las divisiones sobrevenidas, no es momento de tratar. Porque la realidad es que hoy no hay un príncipe que enarbole la bandera de la Tradición.

En la CTC militamos quienes estamos convencidos de que no hay para España otra solución que la vuelta a su Tradición. Somos continuadores de quienes defendieron a la dinastía de Don Carlos V. Y luchamos bajo la misma Bandera. El carecer de un príncipe que personalice nuestras aspiraciones, no es razón para que renunciemos a ellas. En ellas está la salvación de España. Y esto es lo que tenemos que defender.

Ya Don Carlos VII, en su Testamento Político, admitía la posibilidad de que llegase un día en que nos quedásemos huérfanos de monarca. Pero añadía: la familia de mis admirables carlistas no se extinguirá jamás. En ello seguimos.

La Bandera que nos representa incluye, en el Escudo, la imagen de los Sagrados Corazones desde que D. Alfonso Carlos I lo decretó. Con ansia esperamos que un príncipe se adelante a enarbolarla.

Nuestra orfandad nos ha sido impuesta por los avatares de la historia. No la hemos buscado nosotros. Es, entre otras, la principal razón por la que no nos corresponde el calificativo de “tronovacantistas”.

Nadie, mejor que nosotros, sabe lo triste que es gritar “¡Viva el Rey!” y no conocer la persona a la que dedicamos nuestros fervores. Pero más triste sería meternos en casa, renunciando a ser gobernados un día por un continuador de los monarcas que engrandecieron a España.

Zortzigarrentzale.

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7 comentarios en “Tronovacantistas

  1. Zortzigarrentzale

    En la CTC seguimos trabajando en defensa de los principios de la España tradicional. Diga Lucía Clara Vista dónde trabajan más que nosotros. Y se trata de trabajar no de jugar a carlistas.
    Respecto a Carlos Octavista puedo decirla que he intentado acercarme a Don Domingo. No ha contestado a mis cartas, ni ha agradecido un pequeño obsequio que le hice. De poco valor material pero mucho sentimental para él. No quiere saber nada ni con el Carlismo ni siquiera con la tradición europea.
    Después de haber defendido a don Carlos VIII, yo no quiero mantener una ficción con un familiar suyo que nos ignora.

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  2. Zortzigarrentzale.

    Me consta que D. domingo no quiere saber nada de España por su propia hermana Mª. Isabel que pasa, o al menos pasaba hasta hace unos años, temporadas en Santillana del Mar.
    Es raro que Don Domingo haya publicado manifiestos y no me haya llegado una copia. En la organización carloctavista tuve un puesto destacado. Tampoco me han comunicado la existencia de esos supuestos manifiestos mis compañeros de entonces. Aunque ya han desaparecido casi todos, hace unos años todavía vivían.
    Tengo muchas pruebas, que estimo ocioso presentar aquí, del desinterés de D. Domingo por los asuntos de España.
    La relación de los hijos de D. Antonio con la familia usurpadora es buena. El mismo D. Domingo es ahijado de bautismo del usurpador D. Alfonso. Las hermanas de D. Domingo han visitado a Don Juan Carlos en distintas ocasiones. Con una de ellas se propasó el Emérito, echándola mano al trasero. Ella no lo denunció a la policía, pero le manifestó su desagrado: “Primos sí, pero esas confianzas, no”. Lo sé por testimonio de Mª. Isabel.

    De todas formas, si se conoce algún manifiesto político que D. Domingo, indíquenme la manera de que pueda leerlo yo. Estoy muy interesado.

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  3. tabaleter

    Me imagino que el ‘movimiento carloctavista internacional’ está integrado por una sola persona, que con poca razón y muy buena fe, ha sacado a la palestra a un tal ‘Domingo I’ a quien -muy legítimamente- el Carlismo le importa un comino y a quien solo conocen en su casa a la hora de comer. Creo que hacemos mucho daño a la Causa debatiendo sobre estos temas y creando expectativas sin ningún tipo de rigor.

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    1. Graller Timbaler

      Tabaleter dolçainer
      I home de be no pot esser.

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  4. Zortzigarrentzale

    Con verdadero interés he leído el supuesto manifiesto de Don Domingo. Me extraña que no se indique ni el lugar ni la fecha de su firma. Detalle que no ha faltado en ninguno de los manifiestos de los Reyes de nuestra Dinastía. Incluido don Carlos VIII, a quien seguí con cuerpo y alma.
    Los seguidores de Don Carlos VIII nos titulábamos “carlistas”; sin más. Lo de “carloctavistas” lo inventaron los tradicionalistas que no reconocían al Rey.
    Si a ello añadimos los datos que tengo del desinterés de Don domingo por los asuntos de España, llego a la conclusión que eso del Movimiento Carloctavista Internacional es una tomadura de pelo.

    Con esto termino la conversación.

    “Zortzigarrentzale”

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  5. identicon

    Luís B. de PortoCavallo

    «¡A chufla lo toma la gente,
    y a mí me da pena
    y me causa un respeto imponente!»
    (EL PIYAYO, de José Carlos de Luna —hoy en día eliminado de las Mil mejores poesías de la Lengua Castellana)

    No he leído en mi vida mayor cantidad de desatinos juntos que en estos desafortunados y desustanciaos comentarios a un sencillo y bastante aséptico artículo que no se mete con nadie personalmente (no como Vds., que lo trasladan al terreno del insulto personal), dónde sólo se expone una situación real (de realidad, res [cosa], que parece que todo hay que explicarlo ante tanta susceptibilidad diletante).

    Si la acomplejada bilis que excretan la utilizaran en otras cuestiones de mayor provecho, Dios y la causa se lo agradecerían el día del juicio.

    Y si algo nos enseña la Historia, especialmente la nuestra (la de España, digo) es que está claro que, de entre quimeras y medallitas, no es momento de entronizar reyes, sino de laborar por el reino de Dios y su justicia, que lo demás se dará por añadidura.

    Aunque me esté muy mal el decirlo, y comprobando lo atrevida que es la ignorancia, les recomiendo una detenida lectura del artículo que publiqué en 4 de mayo de 2019, > https://www.ahorainformacion.es/blog/esperanza-de-las-espanas-hispaniam-spes/> El rey es culmen social del gobierno de los hombres de bien, … cuando hay gentes de bien que gobernar. Lo otro, pretender construir la casa por el tejado, que viene a servir, a falta de mejor escusa, para sacudirse la culpa de no hacer nada.

    ¡¡¡Cómo tiene que estar disfrutando con estas absurdas diatribas de titiriteros el enemigo!!!
    (Y por “enemigo” me refiero al príncipe de este mundo, vaya a ser que también me malinterpreten).

    [P.E.: Lo dicho, dicho está.No se molesten en contestarme e insultarme también, que no voy a entrar en más polémicas estériles].

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  6. Zortzigarrentzale

    El comentario de Paquita Garina es un ejemplo de lo que nunca debemos hacer los carlistas.
    Crea una polémica donde no la había. Conculca los mandamientos de la Ley de Dios, formulando juicios temerarios y diciendo mentiras.
    Estas actitudes, por desgracia, se han dado en el Carlismo con más frecuencia que lo que fuera de desear. Son inevitables, porque somos humanos. Pero debemos esforzarnos en evitarlas.
    Muchas personas de buena fe, que se acercarían al Carlismo, no lo hacen porque actitudes como las de Paquita Garina, les impiden ver la belleza de nuestra Causa.
    Que el Señor se apiade de ella. Recemos porque cambie de actitud.

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