RESURREXIT
(Por Javier Manzano Franco)
Desde el pasado Domingo, en que debemos haber resucitado con Cristo, San Pablo nos manda alejarnos de “la vieja levadura” (1Co 5, 7), es decir, de toda “malicia y maldad” (1Co 5, 8). El Señor junto con Sus santos nos invita a celebrar este tiempo de Pascua llenos de pureza y de verdad, saltando por encima de la corrupción (Pesaj, “Pascua” en hebreo, significa precisamente “salto”, “paso por encima”).
En estos ocho días hemos tenido el placer de oír la Secuencia Victimae paschali laudes de Wipo de Borgoña, que incide no solo en 1Co 5, 7 (Cristo es la Pascua, ya inmolada) sino en la segunda lectura del Viernes Santo: el sacrificio mosaico del cordero pascual como figura del sacrificio de Cristo, Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. A partir de Su Resurrección, este Cordero se inmolará diariamente en todos los templos de la Tierra y, sin embargo, no morirá sino que seguirá vivo por siempre como el Fénix y como Rey de todo el Universo: “Digno es el Cordero, que ha sido degollado, de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la bendición” (Ap 5, 12).
En la madrugada del Sábado Santo al Domingo de Pascua nos cuenta San Marcos que Santa María Magdalena, María la madre de Santiago y Santa Salomé acudieron al sepulcro de Jesús a terminar el rito fúnebre interrumpido por el shabbath. La visión del ángel las deja “sobrecogidas de espanto” (Mc 16, 5) y huyen del túmulo demasiado aterrorizadas para entender su noticia de la Resurrección de Cristo. Gracias a los santos posteriores (San Ambrosio, Tratado de la virginidad, III; San Ignacio de Loyola, Ejercicios espirituales, n. 299; Santa Teresa de Jesús, Cuentas de conciencia, cap. XV, n. 6; Venerable María de Jesús de Ágreda, Mística Ciudad de Dios, n. 1471) sabemos hoy más que la angustiada Magdalena en aquellas horas: el Señor se encontraba en esos momentos visitando a Su Madre, pues nadie más que ella merecía ser la primera en verle y recibir Sus consuelos.
Mientras Nuestro Señor aún se halla con la Virgen, San Pedro y San Juan acompañan a la Magdalena al sepulcro. Fijémonos en que, aunque San Juan corre más deprisa, espera a que sea el Príncipe de los apóstoles el que entre primero en el monumento (Jn 20, 4-6), signo del respeto que debe infundirnos la figura del Sumo Pontífice… a pesar de que, en medio del desconcierto, fuera el apóstol más joven, y no San Pedro, aquel del que sabemos con certeza que vio y creyó (Jn 20, 8). Sin embargo, la buena nueva de la Resurrección no va a ser anunciada a ellos sino (como fue anunciada la de la Natividad a los pastores) a los más marginados de la comunidad judía: a las mujeres, que pese a ello han sido las que más han amado, perseverando al pie de la Cruz hasta la muerte del Redentor. Además tenía que ser una mujer, Santa María Magdalena, la Apostolorum Apostola(al decir de Rabano Mauro y de Santo Tomás de Aquino) que diera tan importante noticia a los hombres, pues si fue una mujer la que propagó la muerte a toda la especie humana, solo una mujer podía propagar el mensaje de la Vida eterna.
Mientras tanto, dos discípulos (Cleofás y otro de nombre desconocido) caminan hacia Emaús, “asustados” (Lc 24, 22). Siguen pensando según la lógica del mundo y no la de Dios: les decepciona que el Mesías, lejos de haber dirigido grandes ejércitos, haya sido entregado por los fariseos y crucificado. Jesús se les aparece y les/nos recuerda que la Gloria solo se alcanza por medio del sacrificio (Lc 24, 26) citando a los profetas del Antiguo Testamento, pero los ojos de los discípulos solo se abren del todo y le reconocen como Dios y Señor cuando actualiza Su sacrificio en la Cruz partiendo el pan (Lc 24, 30-31). De vuelta en Jerusalén, se encuentran con los once apóstoles ya advertidos, pues no solo Jesús se ha aparecido a la Magdalena y a los dos viajeros, sino también a San Pedro. Los apóstoles restantes no podían quedarse sin las consolaciones de su Maestro, e inmediatamente se aparece Jesús en mitad del Cenáculo bendiciéndoles con la paz. Estos hombres que durante tres años han acompañado a Nuestro Señor y le han visto hacer prodigios pero que en el último momento le han abandonado, creen ahora que es un espíritu (Lc 24, 37): ni viendo las cicatrices dejadas por los clavos en Sus divinas manos y pies llegan a estar seguros del todo y el Salvador tiene que comer delante de ellos para hacerles ver que realmente es Cristo resucitado. A la tercera creyeron; no obstante, un siglo después todavía había docetistas que creían en la naturaleza fantasmagórica de Jesús. Veinte siglos después, hay iletrados que incluso se atreven a decir que Jesús ni siquiera existió. ¡Cuánta cerrazón!
Hubo una segunda aparición a los apóstoles cuyo protagonista fue el escéptico Santo Tomás; ya hablaremos en otro momento de ella. La tercera tuvo lugar en el Lago Tiberíades, donde Jesús se aparece solo a siete discípulos que pescan a Sus órdenes. Jesús no va a ascender a los Cielos sin insistir antes en la importancia capital de la evangelización, del proselitismo, por medio de este símbolo: la barca capitaneada por San Pedro es Su Iglesia dirigida por el Papa, cuya misión principal no es cavar pozos, ni cultivar huertos sostenibles, ni crear escuelas de educación medioambiental y de igualdad de género, sino convertir a todos los pueblos a la Única Religión Verdadera y bautizarlos a todos (Mt 28, 19). Siguiendo las instrucciones de Cristo y no las de la ONU ni las del Foro de Davos (Mt 28, 20), la pesca siempre es copiosísima.
Mientras esperamos a que esto vuelva a cumplirse, los hijos fieles de la Iglesia bimilenaria (no sexagenaria) creemos y confiamos en que Jesús estará con nosotros hasta el fin del mundo.
5 comentarios en “RESURREXIT”
I. Caballero
Gracias, Javier, porque siempre lo que escribes es excelente, demuestras hasta la saciedad tu FE en Cristo y te leemos agradecidos.
DIOS, PATRIA y REY LEGITIMO
Javier Manzano Franco
Muchísimas gracias por leerme. Viva Cristo Rey, viva España católica y viva el Rey legítimo.
I. Caballero
No tienes que darnos las gracias, amigo y correligionario, Javier, somos los lectores los que estamos muy AGRADECIDOS.
Siempre
Viva Cristo Rey
DIOS, PATRIA y REY LEGITIMO
Ramón de Argonz
Muchas gracias, amigo.
Javier Manzano Franco
Gracias a usted por leerme.