Protestar o desobedecer
(Por Javier Garisoain) –
¿Qué será lo mejor para luchar de forma inteligente y eficaz contra el mal gobierno de nuestro tiempo? ¿Y si en lugar de salir a protestar nos esforzáramos en seguir cada uno en donde estamos siendo capaces de desobedecer?
Las protestas, manifestaciones y huelgas reguladas son imprescindibles en ocasiones -no lo niego- para dejar constancia de una oposición, o para dar un testimonio. Pero sirven de poco. Está demostradísimo. Las redes sociales digitales, internet, pueden también sernos útiles para comunicarnos unos con otros, para mantener la llama de la disidencia. Pero la nota distintiva entre nosotros ha de ser la vida real, la convivencia cara a cara, la proximidad, el servicio mutuo. La clave para recuperar nuestra libertad no puede estar en una movilización perpetua contra la tiranía, y menos aún en una cómoda guerrilla digital, sino en tratar de vivir nuestra vida conforme a nuestros principios, día a día, en el mundo real, independientemente de quién sea el que esté en el gobierno.
La cosa no es fácil porque el control y la censura nos obligan a pagar, a callar y a dar cuentas al gobierno sobre casi todo. Teniendo en cuenta esas limitaciones hay que tratar de descubrir los resquicios de libertad que aún quedan. Los cristianos del siglo XXI, invadidos en nuestras propias ciudades por los neopaganos, somos los nuevos mozárabes. Si fueramos capaces de agruparnos en pequeñas comunidades de familias libres y dedicáramos un tiempo a buscar esos resquicios podríamos hacernos fuertes y vivir cada uno según nuestra vocación, en libertad, que es de lo que se trata, a la espera de escenarios y tiempos más favorables.
Lo que está claro es que nunca conseguiremos quitarnos de encima a los carceleros progres del NOM yendo por libre, como individuos solitarios. Tampoco la vía electoral parece que vaya a despejar el panorama. Esperar que venga la salvación del propio sistema partitocrático parece bastante ingenuo. Por el contrario, familias amplias y conscientes de ser la resistencia… esa ha de ser la base. Seguido de agrupaciones de familias unidas en torno a pequeñas instituciones o a la pura amistad.Hubo un tiempo en que los malos gobiernos eran débiles, no tenían todos los recursos, no disponían de toda la información. Aun así siempre fue una tarea ardua rebelarse contra cualquier tiranía. Nunca fue sencillo reunir los requisitos que exige la teoría de la guerra justa. Ahora el poder dispone de una fuerza nunca vista. Por eso no parece tan buena idea, hoy por hoy, la del enfrentamiento directo contra las fuerzas del mal. Estamos muy verdes para eso.
Lo que nos queda es mucho sin embargo. Motivos enormes para resistir, para prepararse, para organizarnos… porque tenemos a nuestro favor la vida misma frente a la máquina, la realidad frente al metaverso, la humanidad frente al transhumanismo, y la confianza en Dios -nuestra arma secreta- frente a la desesperación de la oscuridad.
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4 comentarios en “Protestar o desobedecer”
José Fermín Garralda
Hola, amables autor y lectores.
Pues teniendo Vd. parte de razón, no estoy del todo de acuerdo con Vd.
Me parece que en la balanza se ha olvidado de fortalecer el platillo de la acción exterior y en la calle (creo que Vd. lo llamaría protesta contra le ley injusta), que en su escrito lo veo capitidisminuido.
El equilibrio, la prudencia y la medida, no debieran inclinarse a favor del platillo que consiste en irse principalmente a casa, al estilo del “camino benedictino” (la familia y el grupo de familias nos formarían para saber y poder desobedecer la ley injusta), sino de un irse a casa en tanto en cuanto también nos quedamos en la plaza pública.
Es decir, deben afirmarse los dos términos de protesta y desobediencia, sabiendo que la desobediencia es más raíz -radical- que la protesta, y que ésta es un poderoso y necesario guardián de la anterior. Son dos caras de la misma moneda. Ambas realidades son necesarias, incluso si nos refugiásemos en las catacumbas, pues los cristianos tenían sus espías bien colocados por ahí. Afortunadamente, no hemos llegado a ese extremo, pues vemos manifestaciones por todo el mundo, incluida en China, en este caso contra las medidas recientes del covid. Por eso, no es aconsejable adelantar acontecimientos, y debemos animar a los católicos, españoles y carlistas a apoyar pancartas y hace propaganda en la calle.
José+maria
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José+maria
Dios es el señor de la historia
Antonio Jesús Sanabria Santiago
Totalmente de acuerdo. Yo añadiría más, copiando a una persona, que no era cristiano, pero era hombre de buena voluntad: la resistencia activa no violenta.
Esa estrategia la propone también el Movimiento Cultural Cristiano, e incluye contar con todas las personas de buena voluntad, a los que podemos orientar hacia el bien como forma de evangelización (“por sus obras los conoceréis”).
Esa resistencia se puede hacer desde donde estemos, sin broncas absurdas. Una forma, entre otras muchas, sería tener la menor relación posible con cualquier sociedad que cotice en bolsa (por ejemplo, no comprar por Amazon y usar lo menos posible la banca y sus instrumentos). Otra, sería ir pensando en constituir sociedades mutuas de ahorro, crédito y caución. Y muchas más.
Escuche en Radio María la referencia al libro de un autor católico, que plantea reducir el dineral a un simple medio de intercambio para productos y servicios sanos y útiles.
Y aunque estemos en Europa, tener como base de referente principal la hispanidad. Proponiendo sus bases culturales y doctrina social católica al mundo entero.