MITAD
(Por Javier Manzano Franco)
El pasado jueves llegamos a la mitad de la Cuaresma, pero muchos no logramos alcanzarlo sin romper el ayuno, la abstinencia y la penitencia. Muchos no leyeron a Jeremías: “Así dice Yavé Sebaot, Dios de Israel: Enderezad vuestros caminos y enmendad vuestras obras, y yo permaneceré con vosotros en este lugar” (Jr 7, 3). Sánchez está barajando poner nada menos que al infame de Zapatero como cabeza de lista del PSOE para las elecciones europeas, PRISA planea un nuevo canal de televisión que blanquee (aún más) al PSOE, en Burgos fue detenido un ultraizquierdista que poseía un arsenal de explosivos en Gamonal, el Congreso ha vuelto a subir el sueldo un 2,5% a todos los diputados, que pasan a cobrar entre 6.000 y 10.000 al año…
Otros, aparentemente más católicos, abarrotan las iglesias ávidos de funciones, septenarios, besapiés, besamanos, conciertos de cornetas y tambores… cuando se han pasado todo el año sin pisarlas. Incluso se mueren por ir a “ensayos de costaleros” (¿habrá algo más ridículo y patético que ir a ver a cuarenta tíos levantando una mesa con mil ladrillos y un transistor en lo alto?) También los judíos se engreían de los vanos sacrificios en el Templo, y el Templo y su primogenitura fueron destruidos: “No pongáis vuestra confianza en vanas palabras, diciendo: ¡Oh, el templo de Yavé! ¡Oh el templo de Yavé! ¡Este es el templo de Yavé!” (Jr 7, 4) ¡Cuántos de estos cofrades anuales honran a Dios con los labios (si es que se plantean siquiera honrar a Dios y no a su propia sensualidad), estando su corazón lejos de Él! (Is 29, 13). Por suerte la Iglesia, el remanente fiel, aún corre en estos días como las muchedumbres en Cafarnaum no detrás de una mesa, sino detrás del mismo Cristo para que le imponga las manos y la sane, reteniéndole para que no se vaya (Lc 4, 40-42).
Estos colectivos, infiltrados por fuerzas subversivas desde principios del siglo pasado y finalmente envenenados por el modernismo, se enorgullecen de no cumplir con la abstinencia al igual que los herejes protestantes, aduciendo que “no es lo que entra por la boca lo que hace impuro al hombre” (Mt 15, 11). Lo que desean ignorar estos acidiosos es que la abstinencia de carne y lácteos no se debe a su impureza, sino a un gesto, en primer lugar, de obediencia ciega a Dios; y en segundo lugar, de desprendimiento de los placeres de la gula. Si estáis bautizados ya no sois tinieblas sino hijos de la Luz. San Pablo lo dijo, refiriéndose a los que apoyan la fornicación (i.e., “parejas en situación irregular”), la impureza (i.e., “dos personas que se aman”) y la avaricia: “Que nadie os engañe con palabras de mentira, pues por esto viene la cólera de Dios sobre los hijos de la rebeldía. No tengáis parte con ellos” (Ef 5, 6-7).
Pero cómo vamos a pedir a los fieles que tengan un santo temor de Dios y que le pidan que los libre del Mal cuando hay pastores que niegan su existencia, que se niegan a bendecirnos y a exorcizarnos la sal y el agua si vamos a la parroquia a pedirlo, que se resisten a desinfestar casas y a hacer liberaciones. Consecuencia de ello es el inusitado auge de una violencia y un odio en nuestras sociedades contra todo lo sagrado, lo verdaderamente amoroso y puro, lo decente y lo tradicional que no se pueden explicar sino como una infestación diabólica masiva. Sin embargo, tampoco hemos de estar confiados los conversos y pensar que hemos llegado a la meta, pues en cualquier momento puede retornar el espíritu de impureza con otros siete demonios y nosotros, en lugar de recoger con Jesús, podríamos desparramar, abriéndoles la puerta y ofreciéndoles alojamiento. ¿Seguiremos la próxima Cuaresma con Jesús, o habremos recaído y estaremos contra Él?
La semana pasada tuvimos la ocasión de conocer a través del Ex 20, 12-24 uno de los medios para no recaer: seguir los mandamientos de la Ley de Dios para con el prójimo. Sin embargo, el amor al prójimo está claramente jerarquizado: debe amarse al progenitor antes que al hermano, y al hermano antes que al amigo, y al paisano antes que al extranjero, y al cristiano antes que al infiel, y a la necesidad espiritual antes que a la necesidad material. Ante el récord de violaciones, crímenes y robos acaecido la semana pasada en Canarias en la mayor marea inmigratoria conocida desde la marcha verde de 1975, ante la instalación de plataformas de madera por parte de Marruecos cerca de nuestras Islas Chafarinas que ha obligado al Alto Mando Militar a enviar unidades de artillería… ¿es lícito amar al “prójimo” marroquí o mahometano en general silenciando estos sucesos en todos los medios para evitar una falsa “islamofobia”?
Qué sabio y misericordioso es Dios que no deja de llamarnos un solo día a la conversión. No había un día mejor como el esperpéntico 8 de marzo para que la Iglesia leyese la perícopa de la samaritana Santa Fotina, insólita fornicaria (y probablemente también adúltera) pagana que acabó siendo evangelizadora y mártir a manos del mismo Nerón. Esta mujer sencilla cree inmediatamente en el agua de vida eterna que es la gracia del Espíritu Santo, no porque el Señor la haya obnubilado ofreciéndole altos cargos en “Dicasterios”, ni en Comisiones Pontificias, ni en Sínodos, ni planteándole la posibilidad de ser sacerdotisa, sino todo lo contrario: porque le ha dicho claramente que es pecadora. Ha tirado al suelo el agua del mundo y sus ideologías y ha corrido a propagar el Evangelio: “Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será el Mesías?” (Jn 4, 28) Lo mismo puede decirse de la mujer adúltera, cuyo pasaje, tan traído y llevado por los (y sobre todo las) hipermisericordistas, ha sido leído por la Iglesia en el día de resaca del 8M. La mujer adúltera creyó en Jesús porque Él salvó su vida física, pero ante todo porque salvó su vida espiritual al ordenarle: “y en adelante, no peques más” (Jn 8, 11). ¿Por qué omiten este último versículo las lamias infanticidas, las proxenetas corruptoras de la infancia y la juventud, los lobos que, en su defensa de pecados que “desagradan a los mismos demonios”, llegan a profanar la Casa de Dios de la cual tendrían que ser lanzados desde el campanario?
Un comentario en “MITAD”
I. Caballero
Muy, muy bueno tu trabajo.
ENhorabuena
DIOS, PATRIA y REY LEGITIMO