14 de mayo de 2024 1

EUNTES IN MUNDUM UNIVERSUM

El quinto y último Domingo de Pascua volvimos a la Epístola de Santiago en el lugar donde la habíamos dejado. El Apóstol de España incide en esta ocasión en la importancia fundamental de las obras, sin las cuales la fe está muerta: “Ponedla en práctica [la Palabra de Dios] y no os contentéis solo con oírla que os engañaríais” (Sant 1, 22). A continuación, Santiago describe el modo de poner en práctica la Palabra: refrenar la lengua (Sant 1, 26), ayudar a los desvalidos (viudas y huérfanos) y “conservarse sin mancha en este mundo” (Sant 1, 27). No se refiere el Apóstol con este último mandato a mantener una detestable actitud quietista, en que uno tiene tanto miedo a mancharse con el mundo que al final renuncia a actuar en él con la ayuda de Dios y se cruza de brazos, esperando ridículamente a que el Señor lo haga todo mágicamente y por tanto pecando por omisión en lugar de invertir los talentos que se le han dado. No. Se refiere a estar en el mundo, como pidió Nuestro Señor, pero pensando en Su Reinado social y no olvidando la Palabra. ¡Cuántos, en cambio, la han olvidado! El Gobierno de Mallorca, formado por PP y por Vox, subvencionan sin embargo a asociaciones separatistas que apoyaron el referéndum ilegal catalán del 1 de octubre como la Asociación de Escritores en Lengua Catalana, con 16.000 euros. En Torrelodones, su segunda teniente de alcalde, Sonsoles Palacios, mintió en un documento oficial para desvincularse de Jacobo Robatto, con quien mantenía conversaciones diarias y que hizo presiones para que le adelantaran la licencia urbanística de una parcela comparada por 370.000 euros en marzo de 2023. Por otro lado, hemos sabido por la UCO que la trama Aldama desvió mordidas a sociedades del pueblo portugués de Elvas, donde vive el hermano de Pedro Sánchez, para que comprase un palacete con dos cheques bancarios. Lo que se ha sabido menos, sin embargo, para evitar millares de denuncias colectivas masivas, es que una Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia ha condenado a la empresa Janssen a pagar 40.000 euros por las trombosis sufridas a causa de las vacunas.

Jesús anuncia a los apóstoles en la Última Cena: “Cuanto pidiereis al Padre os lo dará en mi nombre” (Jn 16, 23). En este momento culminante de la institución del Sacramento más santo, caen los velos y “ya nos os hablaré más en parábolas, antes os hablaré claramente del Padre” (Jn 16, 25). Tenía que producirse, sin embargo, Su dolorosa Pasión y Su Muerte, pero aun antes de la prueba de la Resurrección ya los apóstoles, justo en este momento en que se está produciendo la transubstanciación, ya creen que Jesús “conoce todas las cosas” (es decir, que es la segunda Persona de la Trinidad, cuyo principal atributo es la Sabiduría) y que “ha salido de Dios” (Jn 16, 30). Jesús les anuncia que va al Padre, refiriéndose a Su Ascensión que el Remanente Fiel ha celebrado este jueves. Al finalizar la Sagrada Cena, Jesús dice al Padre: “Esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, único Dios verdadero, y a tu enviado Jesucristo” (Jn 17, 3); “no ruego por el mundo, sino por los que Tú me diste; porque son Tuyos, y todo lo Tuyo es Mío, y Yo he sido glorificado en ellos” (Jn 17, 9-10); “Padre Santo, guarda en Tu nombre a estos que me has dado para que sean uno como Nosotros” (Jn 17, 11). Jesús es glorificado en los apóstoles porque estos creen firmemente en que Él “ha salido de Dios” y en que Él y solo Él es el único Camino: solo a partir de aquí pueden llegar a ser uno, una Iglesia Universal, Católica, gobernada por “apóstoles”, “profetas”, “evangelistas”, “pastores y doctores” “para la perfección consumada de los santos” y “para la edificación del cuerpo de Cristo”, como explica San Pablo en Su Epístola a los Efesios (Ef 4, 7-13). Duele mucho ver cómo los dones que Jesús ha repartido son pisoteados cuando vemos a estos hombres, en vez de glorificar a Jesús, felicitando a los infieles budistas por la celebración de una fiesta idolátrica y hablando de la “sabiduría eterna” de un pagano como Siddharta Gautama (jamás lo llamemos “Buda” porque no puede estar iluminado el que no cree en la Luz que es Cristo). El Espíritu Santo orienta, pero no nos pone una pistola en el pecho; cuando recibimos mucho del Espíritu y lo tiramos al barro en pos de ídolos e ideologías, no tengamos la menor duda de que pagaremos mucho.

Los tres días previos al jueves de la Ascensión, la Iglesia de Cristo debe celebrar el triduo de Rogativas con procesiones en que se salmodie la Letanía de los Santos para pedir perdón por los pecados propios y de la comunidad y la bendición para los frutos de la tierra. Nuevamente es nuestro santo patrono, Santiago, quien nos dice cómo hay que actuar en estos tres días: confesar las faltas y orar los unos por los otros, pues “mucho puede la oración fervorosa del justo” (Sant 5, 16), poniendo como ejemplo a San Elías, fundador del Carmelo, quien con su oración retenía o provocaba la lluvia. En este triduo de rogativas también hay que tener en cuenta las instrucciones que da el mismo Jesucristo por medio de la parábola del amigo importuno (Lc 11, 5-8). Pidamos a Dios incansablemente, “porque quien pide recibe, y quien busca halla, y al que llama se le abre” (Jn 11, 10). Pero nuevamente, no esperemos que Dios lo vaya a hacer todo por nosotros; eso sería casi tanto como creer en la magia y Jesús nos lo dice claramente: “¿cuánto más vuestro Padre Celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?” Con la ayuda del Espíritu de Dios, son las personas y los pueblos los que cambian el rumbo de la historia.

Finalmente, el jueves pasado celebramos la Ascensión de Cristo a los Cielos y la promesa de que volverá por segunda vez (Hch 1, 11). Jesús, que conoce todas las cosas, advirtió hace ya 1991 años contra los fanáticos que pretenden poner fecha a Su Venida porque han visto cuatro vídeos de YouTube: “No os toca a vosotros conocer los tiempos ni los momentos que el Padre ha fijado en virtud de Su Poder soberano” (Hch 1, 7). Tampoco dijo Jesús antes de ascender a los Cielos: “Cruzaos de brazos, limitaos exclusivamente a rezar Rosarios y que cada uno crea en lo que quiera, que ya lo arreglo yo todo milagrosamente”, sino “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado se salvará, mas el que no creyere, se condenará” (Mc 16, 15-16). Los apóstoles lo entendieron, y gracias a eso cristianizaron el Imperio más depravado hasta la fecha. En la España actual, en cambio, mueren cada mes doscientos españoles y nacen y/o se nacionalizan 1500 extranjeros, la mayoría musulmanes.