Reflexión sobre Skolae, el programa de ideología de género que el Gobierno de Navarra quiere imponer
Compartimos esta interesante reflexión de Teresa Jaurrieta, publicada en la web de la Federación España Educa en Libertad, sobre el programa Skoale de ideología de género que el Gobierno de Navarra, presidido por Uxue Barkos, pretende imponer a los alumnos de todos los centros escolares, tanto de la escuela pública como privada.
De la misma manera que cuando alguien habla de arbotantes, arquivoltas, cúpulas o linternas sabemos que está hablando de arquitectura; de la misma manera que cuando tratamos de aprendizaje significativo, evaluación por competencias o lectoescritura estamos hablando de pedagogía, cuando leemos términos como “deconstrucción de la masculinidad”, “heteropatriarcado”, “androcentrismo”, “indicadores de género”, “empoderamiento”, “homofobia” o “construcción de nuevas identidades”, se está hablando de ideología de género.
La batalla del lenguaje es un campo donde nos jugamos el presente y el futuro, por eso los ideólogos de género se baten muy bien en el lenguaje y es a través del lenguaje como pretenden dominar, a falta de argumentos científicos. Disponen un creciente manojo terminológico que transmite la apariencia de estar respaldado por sólidas construcciones científicas. Nada más lejos de la realidad. La ideología de género no es una ciencia, es una ideología. Y, como tal, sus defensores deben ser respetados: a priori, como los de cualquier otra.
En Skolae, programa obligatorio para los centros navarros que pretende imponer desde el gobierno Barkos para el próximo curso, estamos hablando de ideología de género. El Gobierno de Barkos asume una ideología determinada y concreta para imponer en las aulas, saltándose el principio básico de neutralidad ideológica de la Administración. Para ello debe adoctrinar primero a los profesores con muchas horas de formación específica, robarnos a los padres una libertad fundamental, recogida como tal en la Constitución, que es el derecho de los padres a educar según sus propias convicciones, y avasallar el derecho de los centros a la libertad pedagógica y al ideario –también recogido en la Constitución y en las leyes orgánicas sucesivas–. Y otro avasallamiento en el que se incurre (a mi modo de ver el más peligroso, por la vulnerabilidad del sujeto) es el asalto al alumnado, menor de edad, y en un tema que tiene que ver con su intimidad y convicciones.
La doctrina del Tribunal Supremo en sus sentencias del 11 febrero de 2009 aclara que “no autoriza a la Administración Educativa –ni tampoco a los centros docentes, ni los concretos profesores– a imponer o inculcar, ni siquiera de manera indirecta, puntos de vista determinados sobre cuestiones morales que en la sociedad española son controvertidas” y añade: “no se puede tratar de persuadir a los alumnos sobre ideas y doctrinas que –independientemente de que estén mejor o peor argumentadas– reflejan tomas de posición sobre problemas sobre los que no existe un generalizado consenso moral en la sociedad española” .
Esperamos que el gobierno Barkos recapacite y se dé cuenta de que imponer una ideología en las aulas es un estatismo puro y duro que puede acarrear males mayores que los que pretende solucionar.
La corresponsabilidad es bienvenida, el recurso a la resolución pacífica y dialogada de problemas es plausible, la igualdad deseable, la aceptación y el respeto a todas las personas es lo justo… pero todos estos objetivos del programa –buenos en sí mismos– están totalmente contaminados ideológicamente por la teoría de género, que proviene del marxismo y que es una teoría pseudocientífica. Y tenemos todo el derecho del mundo a no querer asumirla. Esos plausibles objetivos encabezados por la igualdad también se buscan de hecho desde otras perspectivas éticas, ideológicas o morales que muchos compartimos, sin imposiciones estatistas, y sin pretender imponerlos a nadie.
Por ello, desde Navarra Educa en Libertad pedimos a la consejera, María Solana, que ya que se trata de nuestros hijos, deje en nuestras manos la educación afectiva y sexual que consideremos oportuna, libre de sus injerencias tanto en la escuela concertada como en la escuela pública.
Teresa Jaurrieta Galdiano – Navarra Educa en Libertad
Fuente: página de la Federación España Educa en Libertad