Una empresa expulsa de un acto a una persona con Síndrome de Down por el hecho de serlo
Esta es la consecuencia de una sociedad aleccionada en el supremacismo abortista y eugenésico. Si las madres pueden abortar a sus hijos discapacitados, ¿cómo frenar el mensaje social de que los “discapacitados estorban”?.
Julia, una mujer de 49 años con síndrome de Down, acudió a una charla comercial de Media Salud con sus hermanas en un hotel de Motilla de Palancar. La organización, al verla, le pidió que se fuera para “no asustar a los asistentes”, a lo que sus hermanas y algunos asistentes respondieron con una salida en masa como protesta ante el acto discriminatorio contra la discapacitada. Imaginen como acabó la pobre Julia. Llorando claro.
Lo bueno de la noticia es que la sociedad no permaneció impasible, sino que respondió con valentía frente a la cultura de la muerte.